Himno a Atón
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Salmo 104
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Tú te elevas espléndido en el horizonte...
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Te has vestido de gloria y de magnificencia.
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Tú brillas en el horizonte del Oriente.
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El que se cubre de luz como de vestidura...
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Tú colmas la tierra con tus dones.
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Del fruto de sus obras se sacia la tierra. ...la tierra está llena de tus beneficios.
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Las Dos Tierras están de fiesta, los hombres despiertan y saltan sobre sus pies a causa de ti.
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Sale el hombre a su labor y a su labranza hasta la tarde.
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Los árboles y las plantas reverdecen. Los pájaros abandonan sus nidos, sus alas están en adoración delante de tu ka.
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A sus orillas habitan las aves de los cielos; cantan entre las ramas.
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Las ovejas brincan.
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Los montes altos para las cabras montesas...
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Todo lo que vuela y bate sus alas vive, cuando Tú resplandeces para ellos.
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...allí anidan las aves. En las hayas de su casa la cigüeña...
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Los barcos suben y descienden el río, todo camino está abierto cuando Tú apareces.
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Los arroyos que van entre los montes...
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Tus rayos penetran hasta el fondo del mar.
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Que estableces tus aposentos entre las aguas...
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Tú has creado el Nilo en el Mundo Inferior y lo llevas sobre la tierra, donde Tú quieres, para alimentar a los habitantes de Tarneri.
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Tu eres el que envía las fuentes por los arroyos... Dan de beber a todas las bestias del campo; mitigan su sed los asnos monteses.
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Tú creas de lo que ellos viven.
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...para el servicio del hombre, sacando el pan de la tierra, y el vino que alegra el corazón del hombre, el aceite que hace brillar el rostro y el pan que sustenta la vida del hombre.
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Tú has colocado al Nilo en el cielo, para que caiga para ellos.
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Él riega los montes desde sus aposentos...
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Él bate las montañas con sus ondas, como el mar, para regar sus campos...
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Sobre los montes estaban las aguas. A tu represión huyeron, Al sonido de tu trueno se apresuraron.
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Y para sus rebaños...
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Él hace producir el heno para las bestias y la hierba...
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¡Cuán numerosas son Tus obras y misteriosas a nuestros ojos! ¡Tú, único Dios, que no tienes semejante!
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¡Cuán innumerables son tus obras, oh, Yaveh, hiciste todas ellas con sabiduría!
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