EN LA FORMA DE CRISTO, DIOS REDIMIÓ AL LINAJE DE
DAVID:
El versículo
5 del Salmo 31, fue recitado por JESUCRISTO sobre la estaca de crucifixión,
poco antes de morir su humanidad, en alusión a lo que adujo el rey David, que
era su ancestro según la carne, cuando proféticamente clamando ante las
dificultades, no solo dijo: “EN TU MANO ENCOMIENDO MI ESPÍRITU”, sino también.
“TÚ ME HAS REDIMIDO ¡OH IEUE! DIOS DE VERDAD”. Cumpliéndose de esta manera con
el mismo IEUE (YHVH) en la forma de JESUCRISTO, la redención de su pueblo, por
quien saldó sobre la estaca de crucifixión, el precio del pecado que es la
muerte, al morir su carne cual Cordero sacrificado.
De esa
manera, Dios redimió al linaje de David de la tribu de Judá, de los pecados. Lo
que al tratarse de un sinécdoque, que dentro de las figuras literarias entre
otras cosas, significa: “LA PARTE POR EL TODO”, el mismo IEUE (YHVH) en su
forma semejante a los hombres, salvó además del pueblo de Israel, a los
gentiles, con el Nombre que antes de nacer del género humano, anunció en sueños
por medio de su ángel Gabriel a José, diciendo: “JOSÉ HIJO DE DAVID, NO TEMAS
RECIBIR A MARÍA TU MUJER, PORQUE LO QUE EN ELLA ES ENGENDRADO DEL ESPÍRITU SANTO ES, Y ELLA DARÁ A LUZ A UN HIJO, QUE LLAMARÁS SU NOMBRE IESUE, PORQUE
EL SALVARÁ AL PUEBLO DE SUS PECADOS” (Mt. 1:20-21). Y esto está relacionado a
otros textos proféticos, en los que IEUE (YHVH) revelando con bastante tiempo
de anticipación, anunció:
“Por esto el Señor mismo os dará señal: He
aquí que la virgen concebirá, y dará a luz un Hijo, y llamará su Nombre
Emanuel” (Is. 7:14). “Que traducido es Dios con nosotros” (Mt. 1:23).
“Pero tu
Belén, Efrata pequeña, que para estar entre las familias de Judá, de ti me
saldrá el que será Señor en Israel, y sus salidas son desde el principio, desde
los días de la eternidad. Pero los dejarás hasta el tiempo que dé a luz, la que
ha de dar a luz” (Mq. 5:2-3).
“Porque he
aquí que tinieblas cubrirán la tierra, y oscuridad las naciones; más sobre ti amanecerá
IEUE (YHVH), y sobre ti será vista su gloria. Y andarán las naciones a tu luz,
y lo reyes al resplandor de tu nacimiento” (Is. 60.2-3).
“Más no
habrá siempre oscuridad para la que está ahora en angustia, tal como la
aflicción que le vino en el tiempo que livianamente tocaron la primera vez en
la tierra de Neftalí; pues al fin llenará de gloria el camino del mar, de aquel
lado del Jordán, en Galilea de los gentiles. El pueblo que andaba en tinieblas,
vio gran luz, los que andaban en tierra de sombra de muerte, luz resplandeció
sobre ellos……..Porque un Niño nos es nacido; Hijo nos es dado, y el principado
sobre su hombro, y se llamará su Nombre Admirable, Consejero; Dios Fuerte,
Padre Eterno, Príncipe de Paz” (Is. 9:1-6).
“He aquí
vienen días, dice IEUE, en que yo confirmaré la buena palabra que he hablado a
la casa de Israel y a la casa de Judá. En aquellos días, y en aquel tiempo haré
brotar a David un Renuevo de Justicia, y hará juicio y justicia en la tierra”
(Jr. 33:14-15).
“He aquí yo
traigo a mi Siervo el Renuevo…..y quitaré el pecado de la tierra en un día”
(Zc. 3.8-9).
“…..y ahora
¿Qué hago yo aquí dice IEUE, ya que mi pueblo es llevado injustamente, y los
que en él se enseñorean, lo hacen aullar, dice IEUE, y continuamente es
blasfemado mi nombre todo el día?. Por lo tanto mi pueblo, por esta causa sabrá
mi Nombre en aquel día; porque YO MISMO que hablo, he aquí estaré presente
¡Cuán hermosos son sobre los montes, los pies del que trae alegres nuevas de
salvación, del que anuncia la paz, del que trae nuevas del bien, del que
publica salvación!, del que dice a Sión: ¡Tú Dios Reina! ¡Voz de tus atalayas!
Alzarán la voz, juntamente darán voces de júbilo, porque ojo a ojo verán que
IEUÉ (YHVH) vuelve a traer a Sión. Cantad alabanzas, alegraos juntamente,
soledades de Jerusalén; porque IEUE ha consolado a su pueblo, a Jerusalén ha
redimido. IEUE desnudó su santo brazo ante los ojos de todas las naciones, y
todos los confines de la tierra verán la salvación del Dios nuestro” (Is.
52:5-10).
“Y derramaré
sobre la casa de David y sobre los moradores de Jerusalén, Espíritu de gracia y
de oración, y mirarán a mí, a quien traspasaron, y llorarán como se llora por
hijo Unigénito, afligiéndose por él como quien se aflige por el
primogénito……..” (Zc. 12:10-14).