El ángel de YHVH ni ningún otro ángel
es Jesucristo:
No se debe estar de acuerdo con
la creencia errada de algunos dualistas que han dicho de su mente carnal hinchada,
que el ángel de YHVH es Jesucristo. Sostienen esta creencia, porque Manoa y su
mujer al relacionar al ángel en mención con Elohei, dijeron haber visto a YHVH,
sin saber a ciencia cierta lo que
decían; y aún en la mala interpretación que le hacen a Éxodo 3:2, sin detenerse
a reflexionar en los versículos subsiguientes de este capítulo, que ya no se
menciona al ángel de YHVH apareciendo en seguida después que Moisés lo vio en la
gran visión, sino a YHVH mismo, quien al ver que Moisés iba a mirar, le habló
desde la zarza ardiente; y por esto Moisés tuvo miedo de mirar a Dios (Éx.
3:3-6). Otros detalles que nos indican sin duda alguna que el ángel de YHVH no
es el mimo YHVH, son dos escenas del antiguo pacto, en los que hay una buena
distinción de ambos, tanto que en una de ellas que YHVH hablando con Moisés, a
este le dice que envía su ángel en quien ha puesto su nombre para que vaya delante
de él; y en la otra escena el ángel de YHVH le clama a YHVH, y de este recibe
buenas palabras consoladora con respecto a las ciudades de Judá (Zc. 1:12-13).
Además de esos detalles, son los que se notan en los
textos sagrados siguientes, en los que se pueden observar que el Hijo es
superior a los ángeles, y ninguno de estos es el mismo Jesucristo:
“Nadie os defraude de
vuestro premio deleitándose en la humillación de sí mismo y en la adoración de
los ángeles, basándose en las visiones que ha visto, hinchado
sin causa por su mente carnal, pero no asiéndose a la Cabeza, de la
cual todo el cuerpo, nutrido y unido por las coyunturas y ligamentos, crece con
el crecimiento que da Dios”
(Col. 2:18-19).
“Tanto hecho superior a los ángeles, cuanto heredó mas
excelente nombre que ellos, porque ¿a cual de los ángeles dijo Dios jamás, mi Hijo eres tú, yo te he engendrado
hoy?; y otra vez: Yo
seré padre para él, y el será hijo para mí. Y de
nuevo, cuando trae al Primogénito al mundo, dice: Y
ADORENLE TODOS LOS ÁNGELES DE DIOS. Y
de los ángeles dice: El que hace a sus ángeles,
espíritus y a sus ministros, llama de fuego.
Pero del Hijo dice: TU TRONO, OH DIOS, ES POR LOS SIGLOS DE LOS SIGLOS, Y
CETRO DE EQUIDAD ES EL CETRO DE TU REINO”
(Hb. 1:4-8).