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PANEL PRIVADO DEL FORISTA EL UNGIDO: Compartiendo versículos de la Biblia...
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De: Reina4 (Mensaje original) |
Enviado: 02/01/2018 03:06 |
Buenas noches a todos:
Me da mucho placer dejarles mis saludos deseando que todos estén bien. Voy a abrir un tema donde podemos leer versículos de la Biblia. A veces por que estamos muy ocupados no tenemos tiempo de leer. Ojalá les guste.
Con Cariño...
Hortencia
Hebreos 2:5-18
Hebreos 2:5-18
Traducción en lenguaje actual (TLA)
Jesús nos salva
5 "Dios no ha puesto a los ángeles como jefes del mundo en que vamos a vivir en el futuro. En ese mundo 6 el jefe será otro. Pues la Biblia dice:
«Dios, ¿qué somos los mortales para que pienses en nosotros y nos tomes en cuenta?
7 »¡Nos creaste casi iguales a los ángeles! Nos trataste como a reyes; 8 nos diste plena autoridad sobre todo lo que hiciste; nos diste dominio sobre toda tu creación».
Y si Dios le dio «dominio sobre toda la creación», eso quiere decir que nada de lo creado queda fuera de su gobierno. Claro, todavía no vemos que él gobierne sobre todas las cosas. 9 Pero Dios nos ama y envió a Jesús a morir para salvarnos. Por eso, aunque Dios permitió que, por algún tiempo, Jesús fuera menos importante que los ángeles, ahora Jesús ha recibido gloria y honor.
10 Dios hizo todas las cosas para él mismo, y quiere que su gloria la compartan todos los que lo aman y obedecen. Para eso, Dios tenía que hacer perfecto a Jesucristo y dejarlo morir, pues Jesucristo es el Salvador de ellos. 11 Todos los que aman y obedecen a Dios son sus hijos, y Dios es padre de todos ellos. Y como Jesús también es Hijo de Dios, no se avergüenza de tratarlos como hermanos, 12 pues él le dijo a Dios:
«Cuando mi pueblo se junte para adorarte en el templo, yo les hablaré de ti, y te cantaré alabanzas.»
13 También dice:
Y añade:
«Aquí estoy, con los hijos que Dios me ha dado.»
14 Nosotros somos seres de carne y hueso. Por eso Jesús se hizo igual a nosotros. Sólo así podía morir para vencer al diablo, que tenía poder para matar a hombres y a mujeres. 15 Con su muerte, Jesús dio libertad a los que se pasaban la vida con miedo a la muerte. 16 Queda claro que Jesús no vino para ayudar a los ángeles, sino a todos los descendientes de Abraham. 17 Para poder ayudarlos, tenía que hacerse igual a ellos. Por eso Jesús es un Jefe de sacerdotes en quien se puede confiar, pues está lleno de amor para servir a Dios. Además, por medio de su muerte, Jesús logró que Dios nos perdonara nuestros pecados. 18 Y como Jesús mismo sufrió, y el diablo le puso trampas para hacerlo pecar, ahora, cuando el diablo nos pone trampas, Jesús puede ayudarnos a todos."
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De: Reina4 |
Enviado: 01/09/2020 20:44 |
Juan 2:23-25 Reina-Valera 1995
Jesús conoce a todos los hombres
23 "Mientras estaba en Jerusalén, en la fiesta de la Pascua, muchos creyeron en su nombre al ver las señales que hacía. 24 Pero Jesús mismo no se fiaba de ellos, porque los conocía a todos; 25 y no necesitaba que nadie le explicara nada acerca del hombre, pues él sabía lo que hay en el hombre." |
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De: Reina4 |
Enviado: 09/09/2020 22:16 |
Juan 3:1-15 Reina-Valera 1995
Jesús y Nicodemo
3 "Había un hombre de los fariseos que se llamaba Nicodemo, dignatario de los judíos. 2 Éste vino a Jesús de noche y le dijo:
—Rabí, sabemos que has venido de Dios como maestro, porque nadie puede hacer estas señales que tú haces, si no está Dios con él.
3 Le respondió Jesús:
—De cierto, de cierto te digo que el que no nace de nuevo no puede ver el reino de Dios.
4 Nicodemo le preguntó:
—¿Cómo puede un hombre nacer siendo viejo? ¿Puede acaso entrar por segunda vez en el vientre de su madre y nacer?
5 Respondió Jesús:
—De cierto, de cierto te digo que el que no nace de agua y del Espíritu no puede entrar en el reino de Dios. 6 Lo que nace de la carne, carne es; y lo que nace del Espíritu, espíritu es. 7 No te maravilles de que te dije: “Os es necesario nacer de nuevo.” 8 El viento sopla de donde quiere, y oyes su sonido, pero no sabes de dónde viene ni a dónde va. Así es todo aquel que nace del Espíritu.
9 Le preguntó Nicodemo:
—¿Cómo puede hacerse esto?
10 Jesús le respondió:
—Tú, que eres el maestro de Israel, ¿no sabes esto? 11 De cierto, de cierto te digo que de lo que sabemos, hablamos, y de lo que hemos visto, testificamos; pero no recibís nuestro testimonio. 12 Si os he dicho cosas terrenales y no creéis, ¿cómo creeréis si os digo las celestiales? 13 Nadie subió al cielo sino el que descendió del cielo, el Hijo del hombre, que está en el cielo. 14 Y como Moisés levantó la serpiente en el desierto, así es necesario que el Hijo del hombre sea levantado, 15 para que todo aquel que en él cree no se pierda, sino que tenga vida eterna."
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De: Reina4 |
Enviado: 09/09/2020 22:17 |
Juan 3:16-21 Reina-Valera 1995
De tal manera amó Dios al mundo
16 "»De tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree no se pierda, sino que tenga vida eterna. 17 Dios no envió a su Hijo al mundo para condenar al mundo, sino para que el mundo sea salvo por él. 18 El que en él cree no es condenado; pero el que no cree ya ha sido condenado, porque no ha creído en el nombre del unigénito Hijo de Dios. 19 Y ésta es la condenación: la luz vino al mundo, pero los hombres amaron más las tinieblas que la luz, porque sus obras eran malas, 20 pues todo aquel que hace lo malo detesta la luz y no viene a la luz, para que sus obras no sean puestas al descubierto. 21 Pero el que practica la verdad viene a la luz, para que se ponga de manifiesto que sus obras son hechas en Dios." |
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De: Reina4 |
Enviado: 09/09/2020 22:19 |
Juan 3:22-30 Reina-Valera 1995
El amigo del esposo
22 "Después de esto vino Jesús con sus discípulos a tierras de Judea, y estuvo allí con ellos y bautizaba. 23 También Juan bautizaba en Enón, junto a Salim, porque había allí muchas aguas. Y la gente llegaba y se bautizaba, 24 pues aún no habían encarcelado a Juan.
25 Entonces se produjo una discusión entre los discípulos de Juan y algunos judíos acerca de la purificación. 26 Y vinieron a Juan y le dijeron:
—Rabí, el que estaba contigo al otro lado del Jordán, de quien tú diste testimonio, él también bautiza, y todos van a él.
27 Respondió Juan:
—No puede el hombre recibir nada a menos que le sea dado del cielo. 28 Vosotros mismos me sois testigos de que dije: “Yo no soy el Cristo, sino que soy enviado delante de él.” 29 El que tiene a la esposa es el esposo; pero el amigo del esposo, el que está a su lado y lo oye, se goza grandemente de la voz del esposo. Por eso, mi gozo está completo. 30 Es necesario que él crezca, y que yo disminuya."
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De: Reina4 |
Enviado: 09/09/2020 22:20 |
Juan 3:31-36 Reina-Valera 1995
El que viene de arriba
31 "El que viene de arriba está por encima de todos; el que es de la tierra es terrenal y habla de cosas terrenales. El que viene del cielo está por encima de todos, 32 y de lo que ha visto y oído testifica, pero nadie recibe su testimonio. 33 El que recibe su testimonio, ése atestigua que Dios es veraz, 34 porque aquel a quien Dios envió, las palabras de Dios habla, pues Dios no da el Espíritu por medida. 35 El Padre ama al Hijo y ha entregado todas las cosas en su mano.
36 El que cree en el Hijo tiene vida eterna; pero el que se niega a creer en el Hijo no verá la vida, sino que la ira de Dios está sobre él."
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De: Reina4 |
Enviado: 19/09/2020 18:26 |
Juan 4:1-38 Reina-Valera 1995
Jesús y la mujer samaritana
4 Cuando, pues, el Señor supo que los fariseos habían oído decir: «Jesús hace y bautiza más discípulos que Juan» 2 (aunque Jesús no bautizaba, sino sus discípulos), 3 salió de Judea y se fue otra vez a Galilea. 4 Y le era necesario pasar por Samaria. 5 Fue, pues, a una ciudad de Samaria llamada Sicar, junto a la heredad que Jacob dio a su hijo José. 6 Y estaba allí el pozo de Jacob. Entonces Jesús, cansado del viaje, se sentó junto al pozo. Era como la hora sexta.
7 Llegó una mujer de Samaria a sacar agua; y Jesús le dijo:
—Dame de beber 8 —pues sus discípulos habían ido a la ciudad a comprar alimentos—.
9 La mujer samaritana le dijo:
—¿Cómo tú, siendo judío, me pides a mí de beber, que soy mujer samaritana? —porque judíos y samaritanos no se tratan entre sí—.
10 Respondió Jesús y le dijo:
—Si conocieras el don de Dios, y quién es el que te dice: “Dame de beber”, tú le pedirías, y él te daría agua viva.
11 La mujer le dijo:
—Señor, no tienes con qué sacarla, y el pozo es hondo. ¿De dónde, pues, tienes el agua viva? 12 ¿Acaso eres tú mayor que nuestro padre Jacob, que nos dio este pozo, del cual bebieron él, sus hijos y sus ganados?
13 Jesús le contestó:
—Cualquiera que beba de esta agua volverá a tener sed; 14 pero el que beba del agua que yo le daré no tendrá sed jamás, sino que el agua que yo le daré será en él una fuente de agua que salte para vida eterna.
15 La mujer le dijo:
—Señor, dame esa agua, para que no tenga yo sed ni venga aquí a sacarla.
16 Jesús le dijo:
—Ve, llama a tu marido, y ven acá.
17 Respondió la mujer y dijo:
—No tengo marido.
Jesús le dijo:
—Bien has dicho: “No tengo marido”, 18 porque cinco maridos has tenido y el que ahora tienes no es tu marido. Esto has dicho con verdad.
19 Le dijo la mujer:
—Señor, me parece que tú eres profeta. 20 Nuestros padres adoraron en este monte, pero vosotros decís que en Jerusalén es el lugar donde se debe adorar.
21 Jesús le dijo:
—Mujer, créeme que la hora viene cuando ni en este monte ni en Jerusalén adoraréis al Padre. 22 Vosotros adoráis lo que no sabéis; nosotros adoramos lo que sabemos, porque la salvación viene de los judíos. 23 Pero la hora viene, y ahora es, cuando los verdaderos adoradores adorarán al Padre en espíritu y en verdad, porque también el Padre tales adoradores busca que lo adoren. 24 Dios es Espíritu, y los que lo adoran, en espíritu y en verdad es necesario que lo adoren.
25 Le dijo la mujer:
—Sé que ha de venir el Mesías, llamado el Cristo; cuando él venga nos declarará todas las cosas.
26 Jesús le dijo:
—Yo soy, el que habla contigo.
27 En esto llegaron sus discípulos y se asombraron de que hablara con una mujer; sin embargo, ninguno dijo: «¿Qué preguntas?» o «¿Qué hablas con ella?» 28 Entonces la mujer dejó su cántaro, fue a la ciudad y dijo a los hombres:
29 —Venid, ved a un hombre que me ha dicho todo cuanto he hecho. ¿No será éste el Cristo?
30 Entonces salieron de la ciudad y vinieron a él.
31 Entre tanto, los discípulos le rogaban, diciendo:
—Rabí, come.
32 Él les dijo:
—Yo tengo una comida que comer, que vosotros no sabéis.
33 Entonces los discípulos se decían entre sí:
—¿Le habrá traído alguien de comer?
34 Jesús les dijo:
—Mi comida es que haga la voluntad del que me envió y que acabe su obra. 35 ¿No decís vosotros: “Aún faltan cuatro meses para que llegue la siega”? Yo os digo: Alzad vuestros ojos y mirad los campos, porque ya están blancos para la siega. 36 Y el que siega recibe salario y recoge fruto para vida eterna, para que el que siembra se goce juntamente con el que siega. 37 En esto es verdadero el dicho: “Uno es el que siembra y otro es el que siega.” 38 Yo os he enviado a segar lo que vosotros no labrasteis; otros labraron y vosotros habéis entrado en sus labores.
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De: Reina4 |
Enviado: 19/09/2020 18:27 |
Juan 4:39-42 Reina-Valera 1995
39 "Muchos de los samaritanos de aquella ciudad creyeron en él por la palabra de la mujer, que daba testimonio diciendo: «Me dijo todo lo que he hecho.» 40 Entonces vinieron los samaritanos a él y le rogaron que se quedara con ellos, y se quedó allí dos días. 41 Muchos más creyeron por la palabra de él, 42 y decían a la mujer:
«Ya no creemos solamente por lo que has dicho, pues nosotros mismos hemos oído y sabemos que verdaderamente éste es el Salvador del mundo, el Cristo.»"
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De: Reina4 |
Enviado: 19/09/2020 18:28 |
Juan 4:43-54 Reina-Valera 1995
Jesús sana al hijo de un noble
43 Dos días después salió de allí y fue a Galilea, 44 pues Jesús mismo dio testimonio de que al profeta no se le honra en su propia tierra. 45 Cuando llegó a Galilea, los galileos lo recibieron, pues habían visto todas las cosas que había hecho en Jerusalén, en la fiesta, porque también ellos habían ido a la fiesta.
46 Fue, pues, Jesús otra vez a Caná de Galilea, donde había convertido el agua en vino. Había en Capernaúm un oficial del rey, cuyo hijo estaba enfermo. 47 Cuando oyó aquel que Jesús había llegado de Judea a Galilea, fue a él y le rogó que descendiera y sanara a su hijo, que estaba a punto de morir. 48 Entonces Jesús le dijo:
—Si no veis señales y prodigios, no creeréis.
49 El oficial del rey le dijo:
—Señor, desciende antes que mi hijo muera.
50 Jesús le dijo:
—Vete, tu hijo vive.
El hombre creyó la palabra que Jesús le dijo, y se fue. 51 Cuando ya él descendía, sus siervos salieron a recibirlo, y le informaron diciendo:
—Tu hijo vive.
52 Entonces él les preguntó a qué hora había comenzado a mejorar. Le dijeron:
—Ayer, a la hora séptima, se le pasó la fiebre.
53 El padre entonces entendió que aquélla era la hora en que Jesús le había dicho: «Tu hijo vive.» Y creyó él con toda su casa. 54 Esta segunda señal hizo Jesús cuando fue de Judea a Galilea."
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De: Reina4 |
Enviado: 27/09/2020 16:51 |
Juan 5:1-18 Reina-Valera 1995
El paralítico de Betesda
5 "Después de esto había una fiesta de los judíos, y Jesús subió a Jerusalén.
2 Hay en Jerusalén, cerca de la Puerta de las Ovejas, un estanque, llamado en hebreo Betesda, el cual tiene cinco pórticos. 3 En estos yacía una multitud de enfermos, ciegos, cojos y paralíticos, que esperaban el movimiento del agua, 4 porque un ángel descendía de tiempo en tiempo al estanque y agitaba el agua; el que primero descendía al estanque después del movimiento del agua quedaba sano de cualquier enfermedad que tuviera. 5 Había allí un hombre que hacía treinta y ocho años que estaba enfermo. 6 Cuando Jesús lo vio acostado y supo que llevaba ya mucho tiempo así, le dijo:
—¿Quieres ser sano?
7 El enfermo le respondió:
—Señor, no tengo quien me meta en el estanque cuando se agita el agua; mientras yo voy, otro desciende antes que yo.
8 Jesús le dijo:
—Levántate, toma tu camilla y anda.
9 Al instante aquel hombre fue sanado, y tomó su camilla y anduvo. Era sábado aquel día.
10 Entonces los judíos dijeron a aquel que había sido sanado:
—Es sábado; no te es permitido cargar tu camilla.
11 Él les respondió:
—El que me sanó, él mismo me dijo: “Toma tu camilla y anda.”
12 Entonces le preguntaron:
—¿Quién es el que te dijo: “Toma tu camilla y anda”?
13 Pero el que había sido sanado no sabía quién era, porque Jesús se había apartado de la gente que estaba en aquel lugar. 14 Después lo halló Jesús en el Templo y le dijo:
—Mira, has sido sanado; no peques más, para que no te suceda algo peor.
15 El hombre se fue y contó a los judíos que Jesús era quien lo había sanado.
16 Por esta causa los judíos perseguían a Jesús e intentaban matarlo, porque hacía estas cosas en sábado. 17 Jesús les respondió:
—Mi Padre hasta ahora trabaja, y yo trabajo.
18 Por esto los judíos aun más intentaban matarlo, porque no sólo quebrantaba el sábado, sino que también decía que Dios era su propio Padre, haciéndose igual a Dios."
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De: Reina4 |
Enviado: 27/09/2020 16:52 |
Juan 5:19-29 Reina-Valera 1995
La autoridad del Hijo
19 "Respondió entonces Jesús y les dijo:
—De cierto, de cierto os digo: No puede el Hijo hacer nada por sí mismo, sino lo que ve hacer al Padre. Todo lo que el Padre hace, también lo hace el Hijo igualmente, 20 porque el Padre ama al Hijo y le muestra todas las cosas que él hace; y mayores obras que éstas le mostrará, de modo que vosotros os admiréis. 21 Como el Padre levanta a los muertos y les da vida, así también el Hijo a los que quiere da vida, 22 porque el Padre a nadie juzga, sino que todo el juicio dio al Hijo, 23 para que todos honren al Hijo como honran al Padre. El que no honra al Hijo no honra al Padre, que lo envió.
24 »De cierto, de cierto os digo: El que oye mi palabra y cree al que me envió tiene vida eterna, y no vendrá a condenación, sino que ha pasado de muerte a vida. 25 De cierto, de cierto os digo: Viene la hora, y ahora es, cuando los muertos oirán la voz del Hijo de Dios, y los que la oigan vivirán. 26 Como el Padre tiene vida en sí mismo, así también ha dado al Hijo el tener vida en sí mismo; 27 y, además, le dio autoridad de hacer juicio, por cuanto es el Hijo del hombre. 28 No os asombréis de esto, porque llegará la hora cuando todos los que están en los sepulcros oirán su voz; 29 y los que hicieron lo bueno saldrán a resurrección de vida; pero los que hicieron lo malo, a resurrección de condenación."
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De: Reina4 |
Enviado: 27/09/2020 16:53 |
Juan 5:30-47 Reina-Valera 1995
Testigos de Cristo
30 "»No puedo yo hacer nada por mí mismo; según oigo, así juzgo, y mi juicio es justo, porque no busco mi voluntad, sino la voluntad del Padre, que me envió. 31 Si yo doy testimonio acerca de mí mismo, mi testimonio no es verdadero. 32 Otro es el que da testimonio acerca de mí, y sé que el testimonio que da de mí es verdadero. 33 Vosotros enviasteis mensajeros a Juan, y él dio testimonio de la verdad. 34 Pero yo no recibo testimonio de hombre alguno; sin embargo, digo esto para que vosotros seáis salvos. 35 Él era antorcha que ardía y alumbraba, y vosotros quisisteis regocijaros por un tiempo en su luz. 36 Pero yo tengo un testimonio mayor que el de Juan: las obras que el Padre me dio para que cumpliera, las mismas obras que yo hago, dan testimonio de mí, de que el Padre me ha enviado. 37 También el Padre, que me envió, ha dado testimonio de mí. Nunca habéis oído su voz, ni habéis visto su aspecto, 38 ni tenéis su palabra morando en vosotros, porque no creéis a quien él envió. 39 Escudriñad las Escrituras, porque a vosotros os parece que en ellas tenéis la vida eterna, y ellas son las que dan testimonio de mí; 40 y no queréis venir a mí para que tengáis vida.
41 »Gloria de los hombres no recibo. 42 Pero yo os conozco, que no tenéis el amor de Dios en vosotros. 43 Yo he venido en nombre de mi Padre y no me recibís; si otro viniera en su propio nombre, a ése recibiríais. 44 ¿Cómo podéis vosotros creer, pues recibís gloria los unos de los otros y no buscáis la gloria que viene del Dios único? 45 No penséis que yo voy a acusaros delante del Padre. Moisés, en quien tenéis vuestra esperanza, es quien os acusa, 46 porque si creyerais a Moisés, me creeríais a mí, porque de mí escribió él. 47 Pero si no creéis a sus escritos, ¿cómo creeréis a mis palabras?"
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De: Reina4 |
Enviado: 04/10/2020 01:17 |
Juan 6:1-15 Reina-Valera 1995
Alimentación de los cinco mil
6 "Después de esto, Jesús fue al otro lado del Mar de Galilea, el de Tiberias. 2 Y lo seguía una gran multitud, porque veían las señales que hacía en los enfermos. 3 Entonces subió Jesús a un monte y se sentó allí con sus discípulos. 4 Y estaba cerca la Pascua, la fiesta de los judíos. 5 Cuando alzó Jesús los ojos y vio que había venido a él una gran multitud, dijo a Felipe:
—¿De dónde compraremos pan para que coman estos?
6 Pero esto decía para probarlo, porque él sabía lo que iba a hacer. 7 Felipe le respondió:
—Doscientos denarios de pan no bastarían para que cada uno de ellos tomara un poco.
8 Uno de sus discípulos, Andrés, hermano de Simón Pedro, le dijo:
9 —Aquí hay un muchacho que tiene cinco panes de cebada y dos pescados; pero ¿qué es esto para tantos?
10 Entonces Jesús dijo:
—Haced recostar a la gente.
Había mucha hierba en aquel lugar, y se recostaron como en número de cinco mil hombres. 11 Tomó Jesús aquellos panes y, después de dar gracias, los repartió entre los discípulos, y los discípulos entre los que estaban recostados; de igual manera hizo con los pescados, dándoles cuanto querían. 12 Y cuando se saciaron, dijo a sus discípulos:
—Recoged los pedazos que sobraron, para que no se pierda nada.
13 Recogieron, pues, y llenaron doce cestas de pedazos que de los cinco panes de cebada sobraron a los que habían comido. 14 Entonces aquellos hombres, al ver la señal que Jesús había hecho, dijeron: «Verdaderamente éste es el Profeta que había de venir al mundo.»
15 Pero entendiendo Jesús que iban a venir para apoderarse de él y hacerlo rey, volvió a retirarse al monte él solo."
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De: Reina4 |
Enviado: 04/10/2020 01:18 |
Juan 6:16-21 Reina-Valera 1995
Jesús anda sobre el mar
16 "Al anochecer descendieron sus discípulos al mar, 17 y entrando en una barca iban cruzando el mar hacia Capernaúm. Ya había oscurecido, y Jesús todavía no había venido a ellos. 18 El mar estaba agitado, porque soplaba un fuerte viento. 19 Cuando habían remado como veinticinco o treinta estadios, vieron a Jesús que andaba sobre el mar y se acercaba a la barca, y tuvieron miedo. 20 Pero él les dijo:
—Yo soy; no temáis.
21 Entonces ellos lo recibieron con gusto en la barca, la cual llegó en seguida a la tierra a donde iban."
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De: Reina4 |
Enviado: 04/10/2020 01:18 |
Juan 6:22-24 Reina-Valera 1995
La gente busca a Jesús
22 "Al día siguiente, la gente que estaba al otro lado del mar se dio cuenta de que no había habido allí más que una sola barca, y que Jesús no había entrado en ella con sus discípulos, sino que estos se habían ido solos. 23 Pero otras barcas habían llegado de Tiberias junto al lugar donde habían comido el pan después de haber dado gracias el Señor. 24 Cuando vio, pues, la gente que Jesús no estaba allí, ni sus discípulos, entraron en las barcas y fueron a Capernaúm, buscando a Jesús." |
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De: Reina4 |
Enviado: 04/10/2020 01:19 |
Juan 6:25-59 Reina-Valera 1995
Jesús, el pan de vida
25 "Y hallándolo al otro lado del mar, le preguntaron:
—Rabí, ¿cuándo llegaste acá?
26 Respondió Jesús y les dijo:
—De cierto, de cierto os digo que me buscáis, no porque habéis visto las señales, sino porque comisteis el pan y os saciasteis. 27 Trabajad, no por la comida que perece, sino por la comida que permanece para vida eterna, la cual os dará el Hijo del hombre, porque a éste señaló Dios, el Padre.
28 Entonces le preguntaron:
—¿Qué debemos hacer para poner en práctica las obras de Dios?
29 Respondió Jesús y les dijo:
—Ésta es la obra de Dios, que creáis en aquel que él ha enviado.
30 Entonces le dijeron:
—¿Qué señal, pues, haces tú, para que veamos y te creamos? ¿Qué obra haces? 31 Nuestros padres comieron el maná en el desierto, como está escrito: “Les dio a comer pan del cielo.”
32 Y Jesús les dijo:
—De cierto, de cierto os digo: Moisés no os dio el pan del cielo, pero mi Padre os da el verdadero pan del cielo, 33 porque el pan de Dios es aquel que descendió del cielo y da vida al mundo.
34 Le dijeron:
—Señor, danos siempre este pan.
35 Jesús les respondió:
—Yo soy el pan de vida. El que a mí viene nunca tendrá hambre, y el que en mí cree no tendrá sed jamás. 36 Pero ya os he dicho que, aunque me habéis visto, no creéis. 37 Todo lo que el Padre me da, vendrá a mí, y al que a mí viene, no lo echo fuera. 38 He descendido del cielo, no para hacer mi voluntad, sino la voluntad del que me envió. 39 Y la voluntad del Padre, que me envió, es que no pierda yo nada de todo lo que él me da, sino que lo resucite en el día final. 40 Y ésta es la voluntad del que me ha enviado: que todo aquel que ve al Hijo y cree en él tenga vida eterna; y yo lo resucitaré en el día final.
41 Murmuraban entonces de él los judíos, porque había dicho: «Yo soy el pan que descendió del cielo», 42 y decían:
—Éste, ¿no es Jesús el hijo de José, cuyo padre y madre nosotros conocemos? ¿Cómo dice ahora: “Del cielo he descendido”?
43 Jesús respondió y les dijo:
—No murmuréis entre vosotros. 44 Nadie puede venir a mí, si el Padre, que me envió, no lo atrae; y yo lo resucitaré en el día final. 45 Escrito está en los Profetas: “Y todos serán enseñados por Dios.” Así que, todo aquel que oye al Padre y aprende de él, viene a mí. 46 No que alguien haya visto al Padre; sólo aquel que viene de Dios, ése ha visto al Padre. 47 De cierto, de cierto os digo: El que cree en mí tiene vida eterna. 48 Yo soy el pan de vida. 49 Vuestros padres comieron el maná en el desierto, y aun así murieron. 50 Éste es el pan que desciende del cielo para que no muera quien coma de él. 51 Yo soy el pan vivo que descendió del cielo; si alguien come de este pan, vivirá para siempre; y el pan que yo daré es mi carne, la cual yo daré por la vida del mundo.
52 Entonces los judíos discutían entre sí, diciendo:
—¿Cómo puede éste darnos a comer su carne?
53 Jesús les dijo:
—De cierto, de cierto os digo: Si no coméis la carne del Hijo del hombre y bebéis su sangre, no tenéis vida en vosotros. 54 El que come mi carne y bebe mi sangre tiene vida eterna, y yo lo resucitaré en el día final, 55 porque mi carne es verdadera comida y mi sangre es verdadera bebida. 56 El que come mi carne y bebe mi sangre permanece en mí y yo en él. 57 Así como me envió el Padre viviente y yo vivo por el Padre, también el que me come vivirá por mí. 58 Éste es el pan que descendió del cielo; no como vuestros padres, que comieron el maná y murieron; el que come este pan vivirá eternamente.
59 Estas cosas dijo en Capernaúm, enseñando en una sinagoga."
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