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PANEL PRIVADO DEL FORISTA EL UNGIDO: Devocionales....
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De: Reina4 (Mensaje original) |
Enviado: 02/01/2018 03:19 |
El peor rechazo
Jorge Monroy
No hay nada que golpee tan profundamente a alguien como el rechazo. El saber que alguien nos considera indignos, desagradables o incompetentes, afecta la percepción que tenemos de nuestro propio valor. Un trabajo reprobado o la pérdida de un empleo, son cosas que contaminan el paisaje de nuestras vidas. Felizmente, la mayoría de nosotros podemos manejar esta clase de situaciones, aunque la experiencia no es nada agradable.
La Biblia habla de una clase diferente de rechazo, que es otro asunto completamente diferente. Es difícil concebir el terror final que experimentarán quienes rechazan la amorosa oferta de salvación de Dios. Oirán estas tres palabras viniendo de la boca del Señor Jesús: “Apartaos de mí”. El Señor dice estas palabras más de una vez en los Evangelios para anunciar el juicio final de los desobedientes. Estas personas encontrarán su destino en la agonía de la separación eterna de Dios.
Muchas personas han tenido dificultad para aceptar la clara severidad de las palabras de Jesús. No reconocen que este rechazo final es, en realidad, la respuesta apropiada a la negativa del incrédulo de recibir la solución del Señor en cuanto al problema del pecado de la humanidad. Sí, este rechazo es el final del camino, un camino pavimentado con toda una vida de decisiones que dejaron a Dios fuera.
Cada decisión de actuar de modo independiente, es una decisión de aceptar el veredicto final del Salvador. O, como lo expresó G. K. Chesterton: “El infierno es el gran cumplido de Dios a la realidad de la libertad humana, y a la dignidad de la elección humana”. |
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De: Reina4 |
Enviado: 02/01/2018 03:21 |
El plan de rescate del Señor
enviado por Jorge Monroy
El Creador puso a dos personas con almas puras en el huerto del Edén, pero cuando Adán y Eva eligieron desobedecer, sus corazones se volvieron pecaminosos. Dios les había dicho que el castigo por su pecado era la muerte (Gn 2.17).
Los primeros padres de la humanidad legaron su condición pecaminosa a todo el género humano. Por eso, todos nacemos con un corazón en rebeldía contra Dios. Al igual que un niño que desafía a sus padres tocando un objeto prohibido, nosotros desobedecemos a nuestro Padre celestial porque preferimos seguir nuestros propios deseos.
No es nuestra mala conducta lo que nos condena, sino el hecho de que nuestra naturaleza está corrompida. Nuestros hechos, sean buenos o malos, no son los que determinan dónde pasaremos la eternidad. Aparte del Señor, nadie es justo; ninguna persona ha hecho tanto bien que pueda ganarse un lugar en el cielo. Pero el Padre celestial nos ama y quiere que vivamos con Él eternamente. Por eso, antes de la creación del mundo, concibió una solución.
El plan de redención era sencillo: tenía que hacerse un sacrificio perfecto por el pecado de la humanidad, para que pudiéramos presentarnos sin mancha delante de un Dios santo.
El sacrificio fue Jesucristo, quien murió en la cruz, llevando todo nuestro pecado. Cuando ponemos nuestra fe en Él como nuestro Salvador, nuestra naturaleza “carnal” muere con Él. Y el Espíritu Santo viene a hacer nuevos nuestros corazones para que podemos encontrar gozo en la obediencia a Dios. ¡Somos rescatados y hechos libres! |
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De: Reina4 |
Enviado: 02/01/2018 03:24 |
Jesús, nuestro salvavidas
enviado por Jorge Monroy
Leer | JUAN 3.16-18
Imagine un río crecido por la lluvia y corriendo sobre las rocas. Usted ha caído en esa agua sucia y no puede luchar contra la corriente por mucho tiempo. Su cabeza se hunde dos veces y emerge escupiendo después de haber tragado algo de la suciedad. Una tercera sumergida podría matarlo. Pero de repente, desde la orilla, alguien le lanza un chaleco salvavidas, que flota frente a su pecho. ¿Lo tomaría?
La respuesta parece obvia —¡por supuesto que sí! Pero muchísimas personas que se están ahogando en la vertiginosa corriente del mundo, se niegan a asirse del salvavidas espiritual: Jesucristo. Él murió en la cruz por toda la humanidad, pero las personas tienen una responsabilidad en la salvación. La persona tiene que reconocer su impotencia y confesar la necesidad que tiene de Cristo. Eso significa que el creyente nuevo acepta el sacrificio de Cristo como verdadero y personal, creyendo de corazón que no hay otra manera de ser salvo.
No es necesario entender todo acerca de la fe y la Biblia para ser salvo; Dios se asegurará de que sus hijos aprendan del Espíritu Santo cualquier cosa que necesiten saber. Pero es muy importante entender que no podemos salvarnos a nosotros mismos.
¿Puede usted recordar cuándo recibió a Jesucristo como su Salvador? Dios le está llamando, anhelando que usted reconozca su necesidad de Él, y que le pida que le rescate del pecado. Él es fiel, y le responderá salvándole y limpiándole.
Dios le está ofreciendo un salvavidas y esperando sacarle a la seguridad eterna. La decisión es suya. ¿Escogerá a Cristo y la vida eternal? |
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De: Reina4 |
Enviado: 02/01/2018 03:27 |
La razón de nuestra seguridad
Desde la eternidad pasada y a lo largo de la historia, Dios todopoderoso ha gobernado con autoridad suprema. Nada está oculto de su conocimiento o más allá del alcance de su control. Por causa de su soberanía, nosotros, por la fe en Cristo, somos parte de su familia, y podemos vivir con la seguridad de que:
• Dios obra para nuestro bien. La Biblia declara que Dios tiene el poder de hacer que, a sus ojos, todas las circunstancias de nuestra vida obren para nuestro bien. Él tiene el conocimiento, el poder y el deseo para lograrlo. Dios promete hacer esto por aquellos que ama y pertenecen a Él.
• Dios nos protege cada día. La Biblia dice que “el ángel del Señor acampa en torno a los que le temen” (Sal 34.7 NVI). Sin el permiso de su voluntad, nada puede tocar a los hijos de Dios. Cuando nuestro Padre celestial permite que sucedan cosas dolorosas, debemos confiar en su naturaleza inmutable y en sus promesas imperecederas. Las personas y las circunstancias cambian, no así el tierno y bondadoso carácter del Señor.
• Dios tiene el control sobre nuestro futuro. Él ha ideado todo un plan para el cuerpo de Cristo y para cada uno de sus miembros —un plan tan magnífico más allá de lo imaginable (1 Co 2.9). Podemos confiar nuestro futuro a Dios porque su carácter y sus planes son perfectos.
Descansar en la soberanía del Señor nos hará libres del temor y la ansiedad. Si usted no tiene seguridad en cuanto a cualquiera de los puntos mencionados antes, confiese su falta de fe al Padre celestial. Pídale que le perdone, y comprométase a meditar en su carácter y sus promesas. |
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De: Reina4 |
Enviado: 02/01/2018 03:29 |
Las promesas de Dios
enviado por Jorge Monroy
Las promesas de Dios manifiestan su intención de derramar bendiciones. Ellas entran dentro de varias categorías, y entender la diferencia nos ayudará a saber cómo apropiarnos de las bendiciones que nuestro Padre tiene reservadas para nosotros.
Algunas promesas bíblicas son de carácter general, pero otras son específicas. Esto significa que ciertas promesas tuvieron que ver con una persona, un tiempo o un propósito específicos, y por eso no pueden aplicarse a nosotros. Por ejemplo, Génesis 18.10 anunció un hijo a Sara. Nosotros no podemos asumir que Dios hará lo mismo por nosotros. Él puede, sin duda, utilizar ese pasaje para inculcar en nosotros su deseo de bendecirnos de esa manera. Pero debemos evitar tomar las promesas al azar, esperando que ellas se cumplan en nosotros, sea como sea.
La Biblia contiene muchas promesas incondicionales, garantías cuyo cumplimiento no requiere nada de nuestra parte. Por ejemplo, Dios ha dicho que Él llevará nuestras cargas cada día (Sal 55.22), que nunca nos desamparará ni dejará (He 13.5), y que vendrá otra vez (Jn 14.3). También encontramos muchas promesas condicionales que son garantías con la estipulación: “si… entonces” (Pr 3.5, 6; 1 Jn 1.9).
Dios se deleita en satisfacer las necesidades y los deseos de sus hijos. Pero también le promete a los no creyentes que al pedir perdón de sus pecados y recibir al Señor Jesús como Salvador personal, serán salvos (Jn 3.16). ¿Ha respondido usted a esa promesa? Si no lo ha hecho, no espere más tiempo. Después de aceptar a Cristo, hay muchas más promesas divinas esperando por usted. |
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De: Reina4 |
Enviado: 03/01/2018 02:12 |
Cómo manejar nuestras ansiedades
Gedeón fue alguien que experimentó gran ansiedad. Convencido de que Dios había abandonado a los israelitas, tenía que trillar el grano en un lagar para mantenerlo oculto de sus enemigos, los madianitas. Creía que su familia era una de las más débiles, y que él era inferior a cualquier hombre.
Dios llamó entonces a Gedeón —que de ninguna manera se consideraba a sí mismo capaz— para que liderara la lucha contra los madianitas. ¡Imaginemos su angustia! Pero obedeció y reunió a sus hombres, para luego ver que el Señor regresaba la mayoría de ellos a sus casas antes de la batalla.
Aunque este giro de los acontecimientos pondría ansioso a cualquiera, el pueblo de Israel obtuvo la victoria porque fue el Señor quien ganó la batalla, y con ello Gedeón aprendió cuán poderoso y personal era su Dios (Jue 6−7).
Así como lo descubrió Gedeón, conocer a Dios estrechamente es una de las claves para hacer frente a la angustia. Quienes manejan bien la ansiedad conocen al Señor de manera personal. Son los que proceden con calma, mientras que otros se ahogan en el estrés. Si se les preguntara cómo lo hacen, responderían: “Leyendo la Palabra. Orando. Confiando en Dios”. Estas sencillas frases apuntan a una forma de vida, no a un método. Esa forma de vida está centrada en Cristo, y está dedicada a conocerlo en por completo.
Los métodos del hombre para manejar la ansiedad sirven solamente para distraernos del estrés o para anestesiarnos. El método de Dios sustituye nuestra preocupación con su paz. |
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De: Reina4 |
Enviado: 03/01/2018 02:14 |
Obstáculos a la rectitud
enviado por Jorge Monroy
Leer | GÁLATAS 5.16, 17
Solo porque algo sea normal o “muy común”, no significa que sea correcto o beneficioso para nosotros. De hecho, obstaculizamos los planes de Dios para nuestra vida cuando ponemos la mente en las cosas, actitudes, ideas y hábitos pecaminosos, o incluso aspiraciones comunes como el dinero, el sexo, la fama y el poder. La razón es que el hombre natural no percibe las cosas de Dios (1 Co 2.14).
Observe que no hay nada malo en comer, pero la Biblia cataloga a la glotonería como pecaminosa (Pr 23.20, 21). Tampoco hay nada inmoral en la intimidad sexual cuando se practica dentro de los parámetros del matrimonio dados por Dios. Mientras nuestros deseos estén sometidos a la dirección del Espíritu Santo, nuestra relación con Dios puede continuar armoniosamente. Pero cuando los anhelos se desenfrenan, nuestra comunicación con el Señor se obstruye.
Para dar al Espíritu Santo el control de nuestra vida, debemos estar convencidos de que no podemos vivir rectamente con nuestras propias fuerzas. La mayoría de nosotros no se da cuenta de que vivir de una manera agradable a Dios requiere que luchemos y que entreguemos a Él todo nuestro ser —mente, voluntad, emociones y conciencia. Pídale a Dios que le revele sus áreas de debilidad, y luego dele cada fragilidad cuando ésta se revele. Pero esto hay que hacerlo, no una sola vez, sino todos los días. Cada mañana, cuando despierte, es sabio que le diga al Señor: “Padre, hoy soy totalmente tuyo. No puedo vivir en santidad por mí mismo, pero te pido que Tú vivas la vida cristiana en mí”.
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De: Reina4 |
Enviado: 03/01/2018 02:15 |
La guerra spiritual
Jorge Monroy
Los creyentes estamos atrapados en una batalla entre el reino de Dios y el reino de las tinieblas, pero el Señor ha proporcionado todo lo que necesitamos para mantenernos firmes contra las fuerzas del mal. Entonces, ¿por qué pecamos los cristianos? Pienso que hay varias razones:
• No estamos conscientes de la batalla. Aunque sabemos que hay una guerra espiritual cada día de nuestras vidas, es fácil olvidar la guerra invisible que se está librando a nuestro alrededor.
• Ignoramos al enemigo. Satanás nos golpeará con una estratagema tras otra si no reconocemos sus tácticas o no comprendemos sus propósitos.
• No estamos adiestrados para la batalla. Los creyentes son soldados, quiéranlo o no. La Palabra de Dios es el manual que da instrucción para discernir el engaño, resistir la tentación, mantenerse firme en la fe, y andar en integridad.
• Le permitimos un punto de apoyo a Satanás. El principal campo de batalla para los cristianos es la mente. Si comenzamos a escuchar al tentador y pensar en los beneficios de sus sugerencias, ganará terreno en nuestros pensamientos, sentimientos y deseos. Si no es frenado, el punto de apoyo se convertirá en una fortaleza, y pronto nos encontraremos enlodados en el pecado.
El tiempo para prepararse para esa batalla es ahora mismo. Usted no puede ser complaciente y no darse cuenta de su enemigo; de lo contrario, se convertirá en su víctima. Comience llenando su mente con la Palabra de Dios, y escuche obedientemente las advertencias interiores del Espíritu. Esa es la manera para experimentar el gozo de la victoria en Cristo. |
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De: Reina4 |
Enviado: 03/01/2018 02:18 |
Cómo triunfar ante la adversidad
Jorge Monroy
Muchas personas se paralizan ante situaciones difíciles, ya sea por temor o por resentimiento. Esas personas esperan que Dios elimine las pruebas, pero el Padre celestial no actúa siempre de esa manera. El Señor quiere que sus hijos confíen en Él para que puedan triunfar ante la adversidad.
La manera como una persona responde a la adversidad revela su identidad. Y las situaciones difíciles son las ocasiones cuando los hijos de Dios más necesitan respaldar con hechos sus palabras. Es fácil decir: “Yo confío en el Señor” o “Mi Dios es fiel” cuando todo marcha bien. Pero, a menos que los creyentes reconozcan que Él es soberano aun en la adversidad, podrán sentirse tentados a quejarse y a buscar que los compadezcan. Quienes confían en la fidelidad y en la soberanía del Señor tendrán su vista puesta en Él, y como resultado verán que su ansiedad y sus dudas se apaciguarán.
Para superar la adversidad, debemos comenzar a avanzar en medio de ella. Aunque es posible que no sepamos cuál sea el propósito de Dios, es fundamental que el creyente que esté sufriendo se rinda a la voluntad de Dios. Rendirse totalmente al Señor aumentará nuestra fe, nos conformará a la imagen de Cristo, y hará que el plan de Dios se lleve a cabo para nuestras vidas.
Rendirse no parece ser la manera de avanzar. Pero, al hacerlo, le estamos dando el control a Dios, y diciendo: “Guíame adondequiera que yo vaya”. Entregarse a Dios de esa manera, requiere mucha fe, pero podemos hacerlo pues servimos a un Señor que es digno de nuestra confianza. |
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De: Reina4 |
Enviado: 04/01/2018 02:23 |
¿Me ama Dios?
Enviado por Jorge Monroy
La vida puede golpearnos con circunstancias inesperadas y desagradables. Cuando eso sucede, el impacto y el dolor pueden hacer que nos preguntemos: ¿Se interesa Dios por mí realmente?
En primer lugar, la Biblia nos dice que “Dios es amor” (1 Jn 4.8), lo cual significa que su naturaleza se caracteriza por la compasión y el cuidado de nosotros. El amor tuvo su origen en el Señor, y Él es nuestro mayor ejemplo de cómo expresarlo. Esta verdad, combinada con su santidad, significa que su amor es perfecto.
Segundo, sabemos que Dios nos ama porque nos llama sus hijos. “A los que creen en su nombre, les dio el derecho de ser hijos de Dios”, escribe Juan en su evangelio (Jn 1.12 NVI). Lamentablemente, algunas personas no tienen una madre o un padre que les demuestre amor. Pero Dios es el padre perfecto. Sería contrario a su carácter no amar a sus hijos de manera incondicional.
Por último, el Señor dio la demostración suprema de su amor en la cruz. Todos nosotros estábamos muertos en nuestros pecados, pero Cristo hizo lo máximo para darnos vida: vino al mundo como una expresión del amor infinito de su Padre, y al dar su vida por nosotros hizo lo que nadie más era capaz de hacer.
Después de considerar estos hechos en cuanto al amor de Dios, ¿cómo no esperar que Él se ocupe incluso de los detalles más pequeños de nuestra vida? Examine las maneras como Él le está expresando su amor a usted, y recuerde las palabras de Jesús en cuanto a esto: “Nadie tiene amor más grande que el dar la vida por sus amigos” (15.13 NVI). |
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De: Reina4 |
Enviado: 04/01/2018 02:25 |
Confiar en el Dios que todo lo puede
enviado por Jorge Monroy
Muchas personas ridiculizarían la idea de que Dios bendice a los creyentes por medio de sus flaquezas. Puede parece ilógico pensar en términos de beneficio. Pero para los cristianos sus defectos pueden servir como camino de bendición.
1. Nuestra insuficiencia nos obliga a trabajar con la ayuda del poder del Espíritu Santo. Lo que sea que nos ponga de rodillas y nos conduzca a Dios, tiene que ser bueno.
2. La conciencia de nuestras limitaciones puede aliviar nuestra carga de tratar de hacer la voluntad de Dios con nuestras propias fuerzas.
3. Esa conciencia le da la oportunidad al Señor de utilizarnos al máximo. Si somos los suficientemente humildes para reconocer nuestra necesidad, Dios nos elevará a grandes alturas.
4. Reconocer nuestras insuficiencias le da a Dios toda la gloria por su trabajo. Las personas que tienen una mente espiritual pueden identificar cuando algo es de Dios, y cuándo no. Si usted está en el Espíritu, la gloria irá merecidamente al Señor.
5. La insuficiencia puede capacitarnos para vivir con gozo y serenidad espiritual. O le damos nuestras cargas a Dios y dejamos de afanarnos, o actuamos con nuestras propias fuerzas y nos sentiremos abrumados.
Al igual que el apóstol Pablo, no debemos pensar que somos competentes por nosotros mismos, sino más bien reconocer que nuestra competencia viene de Dios (2 Co 3.5). ¿Qué aspecto de su vida está usted tratando de manejar con sus propias fuerzas? Renuncie a tener el control, y espere las bendiciones de Dios, sabiendo que Él desea el bien de sus hijos. |
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De: Reina4 |
Enviado: 04/01/2018 02:26 |
Las bendiciones de la insuficiencia
Jorge Monroy
La mayoría de nosotros suponemos que los sentimientos de insuficiencia son enemigos que deben ser vencidos, en vez de amigos que deben ser empleados. Sin embargo, en algunos casos estos sentimientos pueden prepararnos para alcanzar grandes logros.
Esto es lo que el apóstol Pablo descubrió cuando se dedicó a predicar el evangelio. A pesar de su gran erudición y sus muchos dones, Pablo reconoció que no era digno de trabajar para el Señor. Gracias a esa actitud, pudo ir más allá de sus limitaciones personales y experimentar el poder sobrenatural.
Sin embargo, nos dejamos vencer fácilmente por nuestras insuficiencias, usando nuestras limitaciones como excusa para no asumir tareas difíciles; cuando recibimos el llamado a servir, decimos: “No puedo hacer esto” o “no quiero tener esa responsabilidad”. Pero nuestras excusas son inaceptables porque el Espíritu Santo nos dará el poder para realizar cualquier tarea que el Señor nos asigne.
A menos que hagamos uso del poder sobrenatural de Dios, corremos el riesgo de fracasar una y otra vez. Primero, nos perdemos del gozo, la paz y el contentamiento que se derivan de responder por fe al llamamiento del Señor, y de experimentar su poder. Además, nuestra vacilación puede privar a otras personas de los beneficios de nuestro servicio.
Quizás usted sienta que no tiene mucho que ofrecer, pero si es un hijo de Dios Él le ha equipado con todo lo que necesita para servirle. Jamás subestime la influencia de una persona que ha aprendido a depender de la suficiencia del Dios todopoderoso. |
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De: Reina4 |
Enviado: 06/01/2018 06:13 |
Niveles de fe en la vida del creyente
enviado por Jorge Monroy
El tema de la fe estuvo presente en todo el ministerio de Cristo. Valoró grandemente la fe de Abraham, y alabó la confianza plena en Dios, como la del centurión. También exhortaba a creer a quienes tenían una fe débil. Muchos de nosotros estamos incluidos dentro de esta categoría; una y otra vez luchamos con las dudas y las preocupaciones.
El Señor señala en el libro de Mateo cinco ejemplos de poca fe. Mencionó a personas que sentían que sus recursos eran insuficientes (6.30). Al igual que ellas, podemos sentir ansiedad al pensar que tenemos poco tiempo, fuerzas o dinero.
Luego está la terrible tormenta; Jesús estaba durmiendo tranquilamente, pero los discípulos estaban atemorizados (8.23-26). El temor constante demuestra falta de confianza. En otra ocasión, Pedro dejó que la duda lo dominara. Por orden de Jesús, comenzó a caminar sobre el agua, pero comenzó a hundirse cuando le falló la fe (14.31).
Otro incidente tuvo que ver con el fracaso de los discípulos de llegar a una conclusión correcta en cuanto a las enseñanzas y las acciones de Jesús (16.5-12).
En el quinto ejemplo, los discípulos —que antes habían echado fuera demonios— no pudieron hacerlo en otra situación (17:14-21). Por ser su fe tan pequeña, les faltó el poder divino para realizar una tarea más difícil.
Para robustecernos espiritualmente, debemos quitar nuestros ojos de las circunstancias, y mirar al Señor. Si confiamos en su carácter y creemos sus promesas, podremos vencer la ansiedad y tener una fe más grande. ¿En quién tiene usted fija su mirada? |
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De: Reina4 |
Enviado: 06/01/2018 06:14 |
Para pedir cosas grandes a Dios
enviado por Jorge Monroy
Jesús habló muchas veces del papel de la oración en favor del creyente y de la iglesia. Él garantizó su presencia cuando dos o más se reunieran para orar. También prometió actuar cada vez que los creyentes se dirigieran a Dios con la autoridad del nombre de Cristo. Jesús enseñó que Dios debe ser el centro de nuestras peticiones, y demostró con su ejemplo que la base para el ministerio es la comunión con el Padre. Si queremos que Dios derrame su poder en una situación, es importante que hagamos dos cosas:
Primero, debemos depender únicamente de los méritos y la mediación de Jesús. Nuestra vida como hijos de Dios comenzó cuando reconocimos nuestro pecado y aceptamos la muerte expiatoria de Cristo por nosotros (Ro 5.6). Él actuó como nuestro mediador y nos reconcilió con el Padre (1 Ti 2.5). Si queremos que Dios haga cosas poderosas en y a través de nosotros, tenemos que seguir en ese mismo espíritu de dependencia de Cristo (Gá 2.20).
Segundo, debemos apartarnos de todo pecado. Cuando el Salvador pagó en la cruz nuestro castigo, el poder del pecado sobre nosotros fue destruido. Sin embargo, su presencia sigue en este mundo, y también en nosotros. El chisme, la holgazanería, la gula y la egolatría siguen siendo comunes. El remedio para todo pecado es confesarlo a Dios, apartarse de esa actitud o conducta, y recibir el perdón y la limpieza del Señor (1 Jn 1.9). Él utiliza vasos que estén limpios.
Si queremos pedir cosas grandes a Dios, tenemos que venir a Él con manos y corazones limpios; es decir, basándonos solamente en los méritos de su Hijo Jesucristo. |
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De: Reina4 |
Enviado: 06/01/2018 06:17 |
Las obras y la oración
enviado por Jorge Monroy
Cada día suceden milagros, como cuando las mentes se abren, los ciegos espiritualmente ven la verdad del evangelio, y los rebeldes se convierten en hijos de Dios.
Nuestro Padre celestial espera que nos acerquemos con peticiones grandes. Él ve si lo que pedimos está basado en los méritos y la obra de reconciliación de Cristo; si hemos confesado todo pecado conocido; y si creemos firmemente en que Él hará lo que ha dicho. Por tanto, no debemos dudar; nuestro Padre quiere que estemos seguros de que Él cumplirá sus promesas, y que responderá para nuestro bien. Él se deleita en dar regalos a sus hijos (Mt 7.11).
Dios responde nuestras peticiones cuando están en armonía con su plan. Y sabemos que Él no actuará de una manera que no sea acorde con su carácter. Así que, al escudriñar la Biblia podemos descubrir si nuestros deseos están de acuerdo con la naturaleza y los propósitos de Dios. También podemos aprender de quienes tuvieron un dilema similar: de Eliseo, quien llegó al agotamiento y cayó en la desesperación; de Rut y Noemí, unas viudas pobres que necesitaron la ayuda del Señor; o de David, cuya vida estuvo en peligro. Sus interacciones con Dios —y las maneras como Él respondió— nos dirán cómo podemos hablar con nuestro Padre celestial de nuestras dificultades. Y podemos estar seguros de que el Espíritu Santo nos ayudará (Ro 8.26).
Dios es el único que conoce las acciones ideales que habremos de tomar, y el momento adecuado para hacerlo. Pero Él nos invita a pedir con fe, y a seguir pidiendo (Mt 7.7). |
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De: Reina4 |
Enviado: 09/01/2018 02:00 |
Cuando las puertas se cierran
enviado por Jorge Monroy
Dios tiene el poder de abrir cualquier puerta. Sin embargo, Él puede decidir que aquellas que nos parecen importantes sigan cerradas. ¿Por qué permite el Señor que sea así?
• Por nuestra protección. Él podría estar evitando que cometamos un error. Cuando actuamos por nuestra propia cuenta, es posible que no tengamos el conocimiento suficiente para tomar decisiones correctas.
• Por redirección. Dios pudiera estar enviándonos por un camino nuevo. Su plan podría incluir mayores oportunidades, una satisfacción más grande, más productividad, un período de sufrimiento, o una oportunidad para glorificar su nombre. El Señor cerró las puertas en Asia para que el apóstol Pablo ministrara en el continente de Europa. Su obediencia llevó al establecimiento de iglesias en Filipos, Tesalónica y Corinto. Aunque Pablo experimentó muchos sufrimientos, también conoció el gozo de participar en la obra de Dios.
• Para probarnos. Cuando Dios dice “No”, nuestra fe es probada, y descubrimos lo que creemos de Él y sus planes.
• La perseverancia. Cuando las puertas se cierran, tenemos la oportunidad de desarrollar tenacidad. Romanos 5.3-5 nos dice que debemos “gloriarnos en las tribulaciones”, por los resultados positivos que el Señor producirá por medio de ellos.
• El tiempo correcto. A veces, nuestro Padre celestial pone señales de alto en nuestro camino para hacer su voluntad en el tiempo perfecto.
• La desobediencia. La rebeldía en el pasado puede afectar las experiencias y las bendiciones futuras.
Cuando una puerta se cierre, espere en el Señor y pregúntele cuál es su propósito. |
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