Querido Papá Noel:
Por
esas cosas de la vida nunca te escribí una carta, tal vez
sea porque nunca tuve deseos que nacieran realmente del
corazón...
Pasaron muchos años desde aquellas Navidades en que miraba
la leña en la esfufa con la ansiedad de ver algún
destello rojo o escuchar el sonido de los renos y las campanas...
siempre hacían que me durmiera antes para poder hacerte
invisible a mis ojos y de ese modo poder conservarte
intacto en el arcón mágico de mis sueños.
Como sabes ya cumplí muchos años y tengo encomendada
parte de tu misión, como en algún momento tuvieron
la responsabilidad mis padres. Mas allá de ello aún
cuando los velos de la inocencia son corridos uno a uno todos los
días y la erosión del tiempo hace eco en mi vida;
acá estoy... aún creyendo en los dictados del alma.
Ellos son muchos y me hablan sobre la magia, sobre lo
mágicos que somos; y por negarnos como tal estamos ciegos
ante nuestros corazones. Las miradas pierden brillo y las
armaduras crecen ¡Tenemos tanto miedo! De entregarnos, de
creer, de salir mal heridos.
Entonces
caminamos entre sombras pidiendo deseos desesperados a
gritos lejos de la convicción de que podemos hacerlos
posibles.
Para
pedirte un deseo tengo que apelar a mi ser mas pequeño y
sabio y a lo que me resta de inocencia. Mi mirada está
cansada muchas veces nublada, mi corazón comprimido... Hay
muchas cosas que no entiendo, sin embargo necesito seguir
creyendo, en todo y en todos. Me llegó la hora de ser
adulta de asumir responsabilidades y no quiero perder mi
sonrisa ni el cristal en mi mirada; vi muchos “grandes”
con caras largas, con mochilas cargadas de cuentas no
resueltas empeñados en seguir anclados en un pasado irreversible,
irrevocable, tuve mucho miedo de ser como ellos.
Si ya sé yo tengo lo mío... Pero volviendo a lo nuestro
te pido que saques de mis ojos las vendas invisibles, pero
no por ello irreales, que no me permiten ver la verdad,
dame fortaleza pero no me quites sensibilidad, dame
tenacidad sin volverme caprichosa...
Hey ! Algunos crecimos pero necesitamos de los sueños y de
las ilusiones para seguir. No puede existir un
desequilibrio tan grande como para desear desde nuestro
corazón algo que nunca va a estar a nuestro alcance.
Sé
que la fecha se aproxima pero si puedes, dentro de tu
bolsa inagotable agrega algo de todo esto y deja para
nosotros los “grandes” un poco, sólo un poco de magia para
poder creer en nosotros.
Con cariño:
Una niña que ya creció
A/D
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