Alguna vez, una adivina me dijo: “Haz todo lo que te diga tu jefe”.
Lo repitió como si mi vida dependiera de ello. Sabio consejo, pensé,
mientras trabajaba en un proyecto importante que necesitaba el aporte de mi jefe.
Como si necesitara una prueba de lo buena que era la adivina, esa noche,
al revisar mi horóscopo en el periódico, leí: “Haz todo lo que diga tu jefe”.
Al salir de la corte, un abogado se vuelve hacia su cliente, que tiene
un gesto sombrío, y le dice:
—¿Por qué pones esa cara, Zoran? ¡Te declararon inocente!
—Lo sé, pero ahora realmente estoy en problemas —responde Zoran—.
¡Acabo de ofrecer mi departamento en renta por tres años!
Un pordiosero se acerca a una ancianita en la playa.
—Por favor, señora —suplica—, no he comido nada en 24 horas.
—Qué bien —dice la abuela—, así no tendrás que preocuparte por sufrir
calambres si te metes a nadar.
Un sacerdote, un ministro y un rabino quieren saber quién de ellos es mejor en su trabajo.
Se internan en el bosque, encuentran un oso e intentan convertirlo.
Más tarde se reúnen los tres.
—Cuando encontré al oso —dice el sacerdote— le leí el catecismo y lo rocié con agua bendita.
La próxima semana hará su Primera Comunión.
—Yo encontré a un oso —cuenta el ministro—, y le prediqué la palabra de Dios.
El oso quedó tan sorprendido que me dejó bautizarlo.Ambos voltean a ver al rabino, quien yace en una camilla rodante, con todo el cuerpo enyesado.—Pensándolo bien —exclama el religioso—, quizá no debí haber comenzado con la circuncisión.
José, Miguel, María y Tomás hablan sobre los empleos de sus sueños.
—Me gustaría ser abogado —dice José—, para así poder defender a mis compatriotas.
—Me gustaría estar en el congreso —dice Miguel—, para proponer leyes que beneficien a mis compatriotas.
—Yo quiero ser doctora —dice María—, para poder atender a mis compatriotas.
—Y tú, Tomás, ¿qué te gustaría ser? —preguntá José.
—¡Yo quiero ser compatriota!
Hannu quiere que todo salga perfecto durante un viaje de aniversario de bodas al hotel de playa
donde él y su esposa pasaron su luna de miel 30 años atrás, así que decide llegar un día antes
que su esposa para hacer todos los arreglos. Esa noche le envía un mensaje electrónico,
pero se equivoca al escribir la dirección y quien lo recibe es la viuda de un ministro religioso
que acaba de morir.
Al día siguiente, el hijo de la viuda encuentra a su madre desmayada frente a la computadora.
En la pantalla ve el siguiente mensaje electrónico: “Querida esposa: Acabo de llegar y todo está
listo para tu arribo el día de mañana. Espero que tu viaje sea tan placentero como el mío.
P.D. ¡Hace muchísimo calor!”
El presidente francés Nicolas Sarkozy visita una fábrica de acero. Para sorpresa del jefe,
Sarkozy felicita a uno de sus empleados, Morton, con un efusivo abrazo. Lo mismo ocurre
cuando el presidente Obama va de visita, y una vez más con Vladimir Putin.
Sin mostrarse impresionado, el jefe le dice a Morton:
—Apuesto a que no conoces al Papa.
Morton se encoge de hombros y responde, muy tranquilo:
—Jugamos juntos al golf.
El jefe toma la respuesta como una afrenta personal y paga los pasajes de ambos al Vaticano.
Durante una bendición papal, Morton se escabulle, y al poco rato reaparece al lado del Papa.
Dos hombres chinos golpean suavemente al jefe en el hombro y le preguntan:
—¿Quién es el hombre de blanco que está de pie junto a Morton?