Si tu problema al menos por ahora no tiene solución. ¿Para qué gastar energías enfadándote, tomándola con los demás y poniendo el grito en el cielo? Esto es undespilfarro de saliva y fuerzas innecesario. Así que cuando te ocurra algo que no sea de tu agrado, primero sosiégate, analiza el problema, busca soluciones si las tiene, y si no ¡Pues intenta sacarle un punto cómico al asunto! Seguro que después lo recuerdas como una mera anécdota con la que te reirás mucho y también te darás cuenta de que el problema no fue para tanto.
|