Entonces el esposo y el ciego deciden ir andando.
Después de un rato, el marido se irrita con el tictac del bastón del ciego
mientras lo golpea en la acera, y le dice: "¿Por qué no pones un trozo de
goma en el extremo de tu bastón? El tictac me está volviendo loco".
El ciego responde: "Si tú te hubieras puesto una goma en el extremo
de TU palo, estaríamos viajando en autobús".