Pierde toda esperanza de tenerme,
cese todo tu afán de conseguirme.
Hazlo pronto que puedo arrepentirme
y de tanto dolor desfallecerme.
Me he sentido tan triste,
tan inerme que es difícil que logre corregirme.
Habla si algo tuvieras que decirme
aunque pueda tu voz enloquecerme.
Raras veces sentí la acometida
de tu amor hostigándome los sesos.
Era magro tu empeño, exiguo,
enjuto; y por más que llegabas
encendida eran fríos tus mimos y
tus besos encallados en un constante luto.
Heriberto Bravo Bravo SS.CC