Eres página en blanco todavía,
alárgandote a mí, lúbrica oferta
con determinación de mano abierta,
ofrecimiento y ruego en armonía.
Voy a escribir en ti. Ya estás vacía
de antiguas escrituras, letra muerta,
toda de blanco ya; se me despierta
la tinta de las venas; eres mía.
Ah, qué palabras trazaré, vitales
como latir de corazón, carnales
como ansiedad de muslos separados.
Completaré tu folio con viñetas
de tus protuberancias, arcos, grietas,
cada ángulo de ti, por ambos lados.