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De: IGNACIOAL (Mensaje original) |
Enviado: 23/11/2009 12:56 |
LAS MENINAS DE VELÁZQUEZ...
LA OBRA MAESTRA DEL GENIAL PINTOR SEVILLANO .
" La Familia de Felipe IV " . LAS MENINAS
LAS MENINAS EN EL MUSEO DEL PRADO DE MADRID .
Las Meninas es la obra más famosa de Velázquez.
Fue pintada por el genial artista sevillano en 1656 según Antonio
Palomino, fecha bastante razonable si tenemos en cuenta que la infanta
Margarita nació el 12 de julio de 1651 y aparenta unos cinco años de
edad. Sin embargo, Velázquez aparece con la Cruz de la Orden de
Santiago en su pecho, honor que consiguió en 1659. La mayoría de los
expertos coincide en que la cruz fue pintada por el artista cuando
recibió la distinción, apuntándose incluso a que fue el propio Felipe
IV quien lo hizo. La
estancia en la que se desarrolla la escena sería el llamado Cuarto del
Príncipe del Alcázar de Madrid, estancia que tenía una escalera al
fondo y que se iluminaba por siete ventanas, aunque Velázquez sólo
pinta cinco de ellas al acortar la sala. El Cuarto del Príncipe estaba
decorado con pinturas mitológicas, realizadas por Martínez del Mazo copiando originales de Rubens, lienzos que se pueden contemplar al fondo de la estancia.
En la composición, el maestro nos presenta a once personas, todas ellas
documentadas excepto una. La escena está presidida por la infanta
Margarita y a su lado se sitúan las meninas María Agustina Sarmiento e
Isabel de Velasco. En la izquierda se encuentra Velázquez con sus
pinceles, ante un enorme lienzo cuyo bastidor podemos observar. En la
derecha se hallan los enanos Mari Bárbola y Nicolasillo Pertusato, este
último jugando con un perro de compañía. Tras la infanta observamos a
dos personajes más de su pequeña corte: doña Marcela Ulloa y el
desconocido guardadamas. Reflejadas en el espejo están las regias
efigies de Felipe IV y su segunda esposa, Mariana de Austria. La
composición se cierra con la figura del aposentador José Nieto. Las
opiniones sobre qué pinta Velázquez son muy diversas. Soehner, con
bastante acierto, considera que el pintor nos muestra una escena de la
corte. La infanta Margarita llega, acompañada de su corte, al taller de
Velázquez para ver como éste trabaja. Nada más llegar ha pedido agua,
por lo que María Sarmiento le ofrece un búcaro con el que paliar su
sed. En ese momento el rey y la reina entran en la estancia, de ahí que
algunos personajes detengan su actividad y saluden a sus majestades,
como Isabel de Velasco. Esta idea de tránsito se refuerza con la
presencia de la figura del aposentador al fondo, cuya misión era abrir
las puertas de palacio a los reyes, vestido con capa pero sin espada ni
sombrero. La pequeña infanta estaba mirando a Nicolasillo, pero se
percata de la presencia de sus regios padres y mira de reojo hacia
fuera del cuadro. Marcela Ulloa no se ha dado cuenta de la llegada de
los reyes y continúa hablando con el aposentador, al igual que el
enano, que sigue jugando con el perro. Pero el verdadero misterio está en lo que no se ve, en el cuadro que está pintando Velázquez. Algunos
autores piensan que el pintor sevillano está haciendo un retrato del
Rey y de su esposa a gran formato, por lo que los monarcas reflejan sus
rostros en el espejo. Carl
Justi considera que nos encontramos ante una instantánea de la vida en
palacio, una fotografía de cómo se vivía en la corte de Felipe IV.
Angel del Campo afirma que Velázquez hace en su obra una lectura de la
continuidad dinástica. Sus dos conclusiones más interesantes son las
siguientes: las cabezas de los personajes de la izquierda y las manchas
de los cuadros forman un círculo, símbolo de la perfección. En el
centro de ese círculo encontramos el espejo con los rostros de los
reyes, lo que asimila la monarquía a la perfección. Si unimos las
cabezas de los diferentes personajes se forma la estructura de la
constelación llamada Corona Borealis, cuya estrella central se denomina
Margarita, igual que la infanta. De esta manera, la continuidad de la
monarquía está en la persona de Margarita, en aquellos momentos
heredera de la corona. Del Campo se basa para apoyar estas teorías en
la gran erudición de Velázquez, quien contaba con una de las
bibliotecas más importantes de su tiempo. Jonathan
Brown piensa que este cuadro fue pintado para remarcar la importancia
de la pintura como arte liberal, concretamente como la más noble de las
artes. Para ello se basa en la estrecha relación entre el pintor y el
monarca, incidiendo en la idea de que el lienzo estaba en el despacho
de verano del rey, pieza privada a lo que sólo entraban Felipe IV y sus
más directos colaboradores. En cuanto a la técnica con que Velázquez pinta esta obra maestra -considerada por Luca Giordano
"la Teología de la Pintura"- el primer plano está inundado por un
potente foco de luz que penetra desde la primera ventana de la derecha.
La infanta es el centro del grupo y parece flotar, ya que no vemos sus
pies, ocultos en la sombra de su guardainfante. Las figuras de segundo
plano quedan en semipenumbra, mientras que en la parte del fondo
encontramos un nuevo foco de luz, impactando sobre el aposentador que
recorta su silueta sobre la escalera. La
pincelada empleada por Velázquez no puede ser más suelta, trabajando
cada uno de los detalles de los vestidos y adornos a base de pinceladas
empastadas, que anticipan la pintura impresionista. Predominan las
tonalidades plateadas de los vestidos, al tiempo que llama nuestra
atención el ritmo marcado por las notas de color rojo que se
distribuyen por el lienzo: la Cruz de Santiago, los colores de la
paleta de Velázquez, el búcaro, el pañuelo de la infanta y de Isabel de
Velasco, para acabar en la mancha roja del traje de Nicolasillo. Pero
lo que verdaderamente nos impacta es la sensación atmosférica creada
por el pintor, la llamada perspectiva aérea, que otorga profundidad a
la escena a través del aire que rodea a cada uno de los personajes y
difumina sus contornos, especialmente las figuras del fondo, que se
aprecian con unos perfiles más imprecisos y colores menos intensos.
También es interesante la forma de conseguir el efecto espacial,
creando la sensación de que la sala se continúa en el lienzo, como si
los personajes compartieran el espacio con los espectadores. Como bien
dice Carl Justi: "No hay cuadro alguno que nos haga olvidar éste".
LOS PERSONAJES :
P E R S O N A J E S . 1- Infanta Margarita . 2- Doña Isabel de Velasco .3- Doña María Agustina Sarmiento de Sotomayor. 4- Mari Bárbola . 5- Nicolasito Pertusato . 6- Doña Marcela de Ulloa . 7- Don Diego Ruíz Azcona . 8- Don José Nieto Velázquez . 9- Velázquez . 10- El Rey Felipe IV. 11- LA Reina Mariana de Austria
- 1- La infanta Margarita,
la primogénita de los reyes, es la figura principal. Tiene cinco años y
está acompañada de sus meninas y de otros personajes. Va vestida con el
guardainfante y la basquiña gris y crema. Es la alegría de sus padres
como única superviviente de los varios hijos que fueron naciendo y
muriendo. La infanta Margarita fue la persona de la familia real más
retratada por Velázquez,
ya que desde muy joven estaba comprometida en matrimonio con un
pariente materno, y se enviaban, cada cierto tiempo, retratos
realizados por el pintor para informar a Leopoldo I sobre el aspecto de su prometida. Se conservan de ella sobresalientes retratos en el Museo Kunsthistorisches de Viena. La pintó por primera vez cuando no había cumplido los dos años de edad. Ese cuadro se encuentra en Viena y se considera como una de las joyas de la pintura infantil.[16]
- 2- Doña Isabel de Velasco, hija de don Bernardino López de Ayala y Velasco, VII conde de Fuensalida, y Gentilhombre de Cámara de su Majestad. Contrajo matrimonio con el duque de Arcos
y murió en 1659, tras haber sido dama de honor de la Infanta. Es la
otra menina, está al otro lado, en pie, vestida con la falda o basquiña
de guardainfante, en actitud también de hacer una reverencia.
- 3- Doña María Agustina Sarmiento de Sotomayor, menina de la infanta, hija del conde de Salvatierra y heredera del Ducado de Abrantes por vía materna de su madre Catalina de Alencastre, que contraería matrimonio más tarde con el conde de Peñaranda, Grande de España. Agustina pleitearía por sus derechos a suceder en el Condado de Monterrey.
La Infanta ha pedido un poco de agua para beber y doña María Agustina
le ofrece sobre una bandeja, un búcaro, es decir, una vasija hecha de arcilla
porosa y perfumada que refrescaba el agua. La menina inicia el gesto de
reclinarse ante la real persona, gesto propio del protocolo de palacio.[17]
- 4- Mari Bárbola es la enana hidrocéfala que vemos a la derecha. Entró en Palacio en 1651,
año en que nació la infanta y la acompañaba siempre en su séquito, «con
paga, raciones y cuatro libras de nieve durante el verano».[18]
- 5- Nicolasito Pertusato,
enano italiano, está a su lado y aparece golpeando con su pie a un
mastín pintado en primer término, con aire tranquilo. Nicolasito llegó
a ser ayuda de cámara en Palacio.
- 6- Doña Marcela de Ulloa
está detrás de doña Isabel. Va adornada con tocas de viuda. Era la
Camarera Mayor (o guarda mayor de la princesa) viuda de don Diego de
Portocarrero y madre del famoso cardenal Portocarrero y antes había servido a la condesa de Olivares.
- 7-
El personaje que está a su lado, medio en penumbra, es un guardadamas
pero no lo menciona Palomino en su relato, aunque los estudios
recientes aseguran que se trata de don Diego Ruiz Azcona, prelado vasco de familia hidalga que fuera obispo de Pamplona y arzobispo de Burgos, ostentando el cargo de Ayo de los Infantes de España.
- 8- Don José Nieto Velázquez
(tal vez pariente del pintor) es el personaje que se ve al fondo del
cuadro, en la parte luminosa, atravesando el corredor por un vano cuya
puerta abierta nos muestra los típicos cuarterones tan de moda en
aquellos tiempos. Este señor fue jefe de la Tapicería y Aposentador de
la reina. Como dice el crítico de arte Harriet Stone no se puede estar
seguro si su intención es salir o entrar de la sala.[19]
- 9- A la izquierda y delante de un gran lienzo, el espectador ve al autor de la obra, Velázquez.
Está de pie y mantiene en sus manos la paleta y el pincel, en una
actitud pensativa, como si examinase a sus modelos antes de aplicar
otra pincelada. Está trabajando rodeado de unos personajes cuya
identidad se conoce totalmente.
- 10 y 11- Felipe IV y su esposa Mariana de Austria,
en la lejanía del cuadro, se reflejan en un espejo detrás del pintor.
Con el espejo, se desvela qué pinta Velázquez: pinta a los reyes, que
posan "fuera del cuadro", más o menos en el lugar donde está el
espectador. Es un truco que nos integra en la pintura, fusionando
realidad y apariencia.
DOCUMENTALES :
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La Familia de Felipe IV (Las Meninas), 1656, Museo del Prado . MADRID. ( España ) .
LAS MENINAS EN EL MUSEO DEL PRADO. MADRID :
0:39
Museo del Prado
SITUACIÓN DE LOS PERSONAJES EN LA OBRA :
DETALLE AMPLIADO DEL CUADRO DE LA FAMILIA DE FELIPE IV " LAS MENINAS " DE VELÁZQUEZ ,
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Velázquez , Faucoult y Picasso : Las Meninas http://aquileana.wordpress.com/2007/09/06/las-meninas-de-velazquez/
El
pintor contempla, el rostro ligeramente vuelto y la cabeza inclinada
hacia el hombro. Fija un punto invisible, pero que nosotros los
espectadores, nos podemos asignar fácilmente ya que este punto somos
nosotros mismos: nuestro cuerpo, nuestro rostro, nuestros ojos. El
pintor sólo dirige la mirada hacia nosotros en la medida en que nos
encontramos en el lugar de su objeto. Ahora bien, exactamente enfrente
de los espectadores – de nosotros mismos – sobre el muro que constituye
el fondo de la pieza, el autor ha representado una serie de cuadros; y
he aquí que entre todas estas telas colgadas hay una que brilla con un
resplandor singular. Pero es que no se trata de un cuadro: es un
espejo. Lo que se refleja en él es lo que todos los personajes de la
tela están por ver, si dirigen la mirada de frente: es, pues, lo que se
podría ver si la tela se prolongara hacia delante.
Sobre
este fondo, a la vez cercano y sin limites, un hombre destaca su alta
silueta; esta visto de perfil; en una mano sostiene el peso de una
colgadura; sus pies están colocados en dos escalones diferentes; tiene
una rodilla flexionada. Quizá va a entrar en el cuarto; quizá se limita
a observar lo que pasa en el interior, satisfecho de ver si ser visto.
Lo mismo que el espejo fija el envés de la escena. En última instancia,
¿qué hay en este lugar perfectamente inaccesible, ya que está fuera del
cuadro, pero exigido por todas la líneas de su composición? ¿Cuál es el
espectáculo, cuáles son los rostros que se reflejan primero en las
pupilas de la infanta, después de los cortesanos y el pintor y, por
último, en la lejana claridad del espejo?
Este
centro es, en la anécdota, simbólicamente soberano ya que esta ocupado
por el rey Felipe IV y su esposa. Pero, sobre todo, lo es por la triple
función que ocupa en relación con el cuadro. En él vienen a
superponerse con toda exactitud la mirada del modelo en el momento en
que se pinta, la del espectador que contempla la escena y la del pintor
en el momento en que compone su cuadro (no el representado, sino el que
está delante de nosotros y del cual hablamos). Quizá haya, en este
cuadro de Velázquez, una representación de la representación clásica y
la definición del espacio que ella abre. En efecto, intenta representar
todos sus elementos, con sus imágenes, las miradas a las que se ofrece,
los rostros que hace visibles, los gestos que la hacen nacer. Pero
allí, en esta dispersión que aquélla recoge y despliega en conjunto, se
señala imperiosamente, por doquier, un vacío esencial: la desaparición
necesaria de lo de lo que la fundamenta – de aquel a quien se asemeja y
de aquel a cuyos no es sino semejanza. Este sujeto mismo – que es el
mismo – ha sido suprimido. Y libre al fin de esta relación que la
encadenaba, la representación puede darse como pura representación.
IMÁGENES AMPLIADAS PARA APRECIAR DETALLES Y ESTILO .
http://es.wikipedia.org/wiki/Las_Meninas LAS MENINAS
EXCELENTE ARTÍCULO
Infanta Margarita de Austria, personaje central de Las Meninas , heredera al trono hasta el nacimiento del príncipe Carlos, ( que luego reinaría como Carlos II " El Hechizado " ) .
LA INFANTA MARGARITA :
La
infanta llama la atención de otras figuras, tiene una posición central
en el cuadro y además, existe la tensión especial en relación al foco
brillante.
La
presencia tan destacada de la infanta Margarita se ha interpretado como
una alusión política, pues ella era la única descendiente con opciones
de heredar el trono. Su hermana mayor María Teresa
iba a casarse con el rey de Francia y eso la excluía del trono español.
De acuerdo a esta situación, algunos sugieren que el reflejo de los
reyes en el espejo es un símbolo de apoyo o ejemplo que la infanta ha
de tener en cuenta para su futuro. Finalmente, ella no heredó el trono
pues Felipe IV llegó a tener un heredero varón (Carlos II).
CARLOS II .
LA MENINA . María Agustina Sarmiento de Sotomayor, menina real .
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A la izquierda del cuadro, se encuentra el pintor delante de una gran tela; se considera que este es el mejor autorretrato de Velázquez.Sobre su pecho se encuentra,pintado posteriormente el emblema de la orden de Santiago.
EL AUTORRETRATO:
El pintor aparece como una torre y destaca sobre las otras figuras de la pintura.
Velázquez
querría proclamar la nobleza de su arte cometiendo una "osadía": se
incluyó a sí mismo en un retrato de la familia real, ocupando un puesto
destacado y relegando a los reyes a una imagen diminuta. Pero hay que
precisar que la presencia de los reyes no es "real", sino un reflejo;
los reyes están en la sala con el pintor, pero no a su lado sino a
cierta distancia. De este modo, sin violentar el protocolo, Velázquez
alardea de su posición en la Corte y reclama para la profesión de
pintor un tratamiento acorde como servidor del rey. Como dice Tolnay:
Las Meninas son como un manifiesto sobre la pintura como arte liberal.[17]
Detalle de la puerta del fondo donde se encuentra José Nieto, punto de fuga del cuadro .
EL APOSENTADOR :
El punto de fuga de la perspectiva
está detrás de la puerta donde se encuentra José Nieto; precisamente,
allí es donde va la vista en busca de la salida del cuadro; la gran
luminosidad existente en este punto provoca que la mirada se fije en
ese lugar.
Detalle de Las Meninas. Espejo del fondo donde están reflejados Felipe IV de España y Mariana de Austria.
EL ESPEJO :
La
estructura espacial y la posición del espejo están de tal manera que
parece que Felipe IV y Mariana, se encontraran al lado de la pintura,
en el lugar donde se encuentra el observador del lienzo, delante de la
infanta y sus acompañantes. Según Janson, no solamente la infanta y sus
sirvientes están presentes para distraer a la pareja real, sino que la
atención de Velázquez se concentra en ellos mientras pinta su retrato.[30]
Aunque sólo pueden ser vistos reflejados en el espejo, la
representación de la pareja real tiene un lugar central en la pintura,
tanto por la jerarquía social como en la composición del cuadro. Como
espectadores, en relación a ellos, nuestra posición es incierta. La
cuestión es saber si el observador de la pintura está cerca de la
pareja real, o si los reemplaza y contempla la escena con sus propios
ojos; es una cuestión que genera polémica. La segunda hipótesis es,
para saber cual es el objetivo de la atención de las miradas de
Velázquez, de la infanta y de Mari Bárbola, que mira directamente hacia
el observador de la pintura.[31]
En Las Meninas
se supone que la reina y el rey están fuera de la pintura, y su reflejo
en el espejo los sitúa en el interior del espacio pictórico.[32]
El espejo, situado sobre el triste muro del fondo, muestra lo que hay:
la reina, el rey y, según las palabras de Harriet Stone, las generaciones de espectadores que han venido a tomar el sitio que la pareja tiene en el cuadro.[33]
Los
personajes reflejados en el espejo están elaborados de manera más
rápida y con una técnica esbozada. Un espejo sobre el muro del fondo
refleja los bustos de los reyes, que quizás estaban posando para ser
retratados, y son sorprendidos por la visita de su hija y sus
acompañantes. Una hipótesis alternativa del historiador H.W. Janson es
que el espejo refleja la tela de Velázquez, tela que ya tiene pintada
con la representación de los reyes.[34]
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Detalle del espejo de El Matrimonio Arnolfini de Jan van Eyck. Van Eyck se muestra a sí mismo mediante el espejo. El espejo de Las Meninas puede ser visto como una imagen que pretende representar la pareja real dentro del espacio pictórico. Probablemente Las Meninas han estado influenciadas por la tela de Jan van Eyck, El matrimonio Arnolfini. Cuando Velázquez estaba pintando Las Meninas, el cuadro de Van Eyck formaba parte de la colección de palacio de Felipe IV y Velázquez, sin duda, conocía muy bien esta obra.[36] En El matrimonio Arnolfini
de manera similar, hay un espejo en la parte posterior de la escena
pictórica, que refleja dos personajes de cara y una pareja de espalda.
Aunque estos personajes son muy pequeños para poder ser identificados,
una hipótesis es que una de las imágenes corresponde al pintor, justo
en el momento de entrar a pintar.
LA GEOMETRÍA DEL CUADRO :
Esquema geométrico de composición de Las Meninas.Amarillo: ejes del centro de la imagen. Azul: eje del tercio de la imagen. Verde: Punto de fuga geométrico. Rojo: Punto de fuga de los Reyes.
OPINIONES :
- El pintor barroco Luca Giordano en 1700 dijo que representa la «teología de la pintura».[44]
- El filósofo Théophile Gautier en el siglo XIX a la vista de la pintura exclamó la famosa frase: «¿Dónde está el cuadro?»[45]
- Thomas Lawrence, uno de los mejores retratistas ingleses de la generación del siglo XIX, la calificó como la «filosofía de la pintura».[46]
- Stirling-Maxwell, dentro del libro Annals of the Artists of Spain del año 1848, compara «... el realismo de Las Meninas con una fotografía, un anticipo del invento de Daguerre».[47]
- El gran pintor del impresionismo Édouard Manet,
después de una estancia en Madrid el año 1865 y visitar durante unos
días el Museo del Prado, expresó su sorpresa delante la obra del pintor
español con la que se identificaba por la sutileza de su cromatismo y
la clave de arte moderno que se abre con su obra.[48] Con esta impresión escribió a su amigo, el pintor Henri Fantin-Latour, realizando el siguiente comentario: «Velázquez,
por si solo justifica el viaje. Los pintores de todas las escuelas que
le rodean, en el museo de Madrid, parecen simples aprendices. Es el
pintor de los pintores».
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- José Ortega y Gasset, en su libro Papeles sobre Velázquez, deja escrito: «El
tema de Velázquez es siempre la instantaneidad de una escena. Nótese
que si una escena es real consta, por fuerza, de instantes en cada uno
de los cuales los movimientos son distintos.»
- Raffaello Causa, en la monografía dedicada a Diego Velázquez de la Pinacoteca de los GeniosLas Meninas de esta manera: «Una
serie de retratos reunidos en un sugestivo cuadro de conjunto, que es
como una ventana abierta de par en par y, de golpe, a la rigurosa
etiqueta de palacio. Todos los personajes que rodean a la infanta
Margarita han estado identificados; a la izquierda está el autorretrato
del pintor.»
- También en una modalidad filosófica se encuentra la interpretación publicada en 1966 por Michel Foucault en su texto sobre Las Meninas, como un ensayo de introducción en su libro Les mots et les choses.
Foucault considera la pintura como una estructura de conocimiento que
invita al observador a participar en la representación dentro de otra
representación.[49]
- En el año 1980, los críticos Snyder y Cohn observaron:
Velázquez
quería que la imagen proyectada en el espejo dependiera del resto de la
tela pintada. ¿Por qué quería ésto? La imagen luminosa del espejo
parece reflejar al rey y a la reina, pero hace algo más, va contra
natura. La imagen reflejada es sólo un reflejo. ¿Un reflejo de qué? Del
dueño de la obra verdadero; del arte de Velázquez.[50]
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