Los habitantes de la antigua Grecia se llamaban a sí mismos helenos, y a su tierra, Grecia, la llamaban la Hélade.
El territorio de la Grecia antigua coincide aproximadamente con el
actual, pero para completar el mundo helénico es preciso añadir las
costas egeas de Asia Menor, así como las del sur de Italia y la isla de
Sicilia. La historia y la cultura griegas están íntimamente
relacionadas con el paisaje. La Grecia continental es prácticamente una
cadena montañosa que se hunde en el Mar Egeo, cuyas numerosas islas no
son más que las cimas de esta cordillera sumergida. Este fenómeno ha
dado lugar a unas líneas costeras muy recortadas y abruptas, con
abundantes penínsulas y pequeñas islas próximas, además de unos valles
interiores cerrados y de difícil acceso. Las llanuras, por el
contrario, son escasas y de pequeña extensión. El nexo de unión de
estas diferentes áreas es el mar, vía de enlace de los diferentes
territorios y factor de expansión del mundo griego. La escasez de
terreno fértil obligará al griego antiguo a buscar nuevas tierras que
alimenten a la población sobrante. De ahí la vocación comercial del
pueblo heleno o la colonización de nuevos territorios, que
caracterizarán a la Grecia antigua. Pero el paisaje griego, con ser
importante, no ayuda por sí solo a explicar el maravilloso legado
cultural helénico. El racionalismo como actitud ante la vida, la
consideración del hombre como medida de todas las cosas, el amor a la
belleza y un elevado sentido estético o la democracia como sistema
político, son valores espirituales presentes en nuestro mundo. "Opino
que es justo favorecer al pueblo en general en detrimento de los nobles
y los ricos, porque es el pueblo quien, al dar los hombres para la
marina y el comercio, constituye la fuerza de Atenas. En consecuencia,
justo es que participe de los cargos que dependen de una elección",
dirá Jenofonte en el siglo IV. Estos valores, sin duda
una deuda reconocible con el mundo griego, no surgen de manera
repentina, sino que son el fruto de evolución de casi 3.000 años.
Durante estos tres milenios, pueblos diferentes poblaron las tierras de
la Hélade. Desde el año 3000 a.C., en que finaliza el Neolítico, hasta
el 1100 antes de nuestra Era, se desarrolla la Edad del Bronce. En esta
etapa emergen sucesivamente tres grandes culturas. La primera, la
Cicládica, tiene como característica principal el desarrollo de un
floreciente comercio. Mucho más importante será la cultura minoica,
cuyo núcleo es la isla de Creta. Alrededor del 1900 a.C. surgen
grandiosos palacios en Cnosós y Festo, imponentes residencias reales
con cientos de habitaciones, algunas de ellas bellísimamente decoradas
con frescos vivos y coloristas. Los palacios cretenses señalan la
aparición de un poder absoluto, sustentado económicamente por una
intensa actividad comercial, basada en el intercambio de suntuosos
objetos de artesanía....