Y la reina opina....

Toda esta polémica generada por las opiniones de la reina, no sólo me asombran.... Mayoritariamente, me disgustan. En un país donde hemos luchado ampliamente por la libertad de expresión, nos permitimos el lujo de poner coto a ese derecho... Como si aquí unos pudieran opinar y otros no.

Desde mi punto de vista, que no está de acuerdo en muchas de las opiniones vertidas por la reina, pero que aún así, las respeta, todo esto se ha llevado a un debate absolutamente innecesario.

Dicen sus detractores que la reina es reina de todos y que no tiene derecho a opinar y a posicionarse, porque entonces se pone en contra de una parte de los españoles.... Recordaría a esas personas, que la reina se ha posicionado contraria a los toros, y nadie se ha rasgado las vestiduras, aunque, según ese criterio, dejaría de representar a todos los amantes de la fiesta nacional.

Asímismo, en un estado aconfesional, la reina muestra constantemente su postura católica, y ello, una vez más, es contrario a una gran parte de la población....

Pero llegaria más lejos.... Aqui hay republicanos, a los que, por lo tanto, no representa, y si desmenuzamos más, es rica, por lo que no representaría a los pobres... En fin, señores, que cada persona, por sus actos diarios, está posicionada en contra de otros, y eso no la convierte en mejor ni en peor.

Creo que la reina, como mujer y sobre todo, como persona, es dueña y señora de sus sentimientos, pensamientos e ideología, que los puede expresar libremente, porque así lo garantiza la constitución, y que ello no nos debe asustar ni escandalizar. Porque la reina no tiene absolutamente ningún poder político para imponer sus opiniones, y ni siquiera ejerce el derecho a voto. Y por lo tanto, en nada nos afectan sus opiniones.

Creo que todos, sabiendo su postulado católico, sabíamos, aún sin decirlo, cuales eran sus ideas, porque las contrarias no serían acordes con su fé.

Y desde mis opiniones contrarias, e incluso no especialmente monárquicas, defiendo su derecho a hablar... porque los tiempos en que se tapaban las bocas terminó hace muchos años... y sobre todo, porque es inconcebible que en el siglo XXI alguien deba temer las consecuencias de expresar su opinión.

Doña Sofía, diga usted lo que le dé la real gana.

BRUJITA