 G. Klimt, El Beso, 1907-1908, österreichische Galerie, Vienna. En
esta obra asistimos a la experiencia amorosa idealizada. El Eros y el
Thanatos se unen. La mujer es la protagonista, del hombre apenas si
vemos el rostro. La pareja está ensimismada, fuera del mundanal ruido.
El fondo es neutro, en el que destaca la peana floreal. Fuerza las
anatomías para que los cuerpos formen un rectángulo de contornos
limpios. Usa formas diferentes para cada sexo, a la mujer le
corresponden los círculos, los roleos y las curvas, mientras que al
hombre lo ortogonal. Klimt llegó a incluir teselas, cristales, esmaltes y pan de oro. Es por eso que se considera a Klimt como precursor de collage del Cubismo, aunque los objetivos del artista son los puramente ornamentales.
Escrito por: Beatriz Aragonés Escobar. Licenciada en Historia del Arte
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