El socialismo es como un cáncer que hay que extirpar para
que el enfermo, que es la sociedad, pueda curarse. Existe un remedio
menos sangriento que la lucha armada: La opinión pública. Hoy la
batalla se libra en el terreno de la opinión pública. Mientras los
sudamericanos y españoles no se percaten del fracaso y las falsedades
del nuevo socialismo del siglo XXI, sus sociedades seguirán cayendo en
un nivel mayor de pobreza, corrupción y violencia.
Es esencial
que la gente del pueblo comprenda las verdaderas causas de la miseria.
Sólo así comenzarán a despreciar a líderes pseudopatriotas,
carismáticos y mediocres; empezando a elegir gobernantes que propongan
una honrada reforma del Estado, reduciéndolo al mínimo, liberalizando
la economía; garantizando la libertad, la propiedad privada y el Estado
de Derecho.