El
18 de julio de 1936 los militares más conservadores del Ejército
español se levantaron en armas contra la República. Este
acto significaba el fin del experimento democrático realizado
en España desde abril de 1931. La caída de la Dictadura
del general Miguel Primo de Rivera y el descrédito de la Monarquía
habían posibilitado la proclamación de la II República
Española como panacea que pretendía sacar al país
de su histórico atraso. Sin embargo, los años que van
desde 1931 a 1936 se convirtieron en fiel reflejo de las contradicciones
de la sociedad española. De un lado muchos pedían un cambio
social y económico profundo que acabara definitivamente con el
poder oligárquico en España. Del otro, ese mismo poder,
apoyado por el Ejército y la Iglesia, luchaba por defender su
posición privilegiada. Las elecciones de febrero de 1936 sólo
sirvieron para dividir aún más a los españoles
y tras el triunfo del Frente Popular la oligarquía ya solo tuvo
fe en una acción salvadora del Ejército que librara a
España de la anarquía y la revolución. Se daba
paso así a la Guerra Civil Española.
A mediados de julio de 1936 España está dividida en dos zonas
tras la sublevación de parte del Ejército contra el gobierno
republicano. Fracasadas las negociaciones entre ambos bandos, comienza
la guerra civil. El primer paso es el traslado a la península de un
fuerte contingente militar al mando de Franco. Más tarde, columnas de
sublevados marcharon desde Sevilla hacia Badajoz, buscando enlazar con
los rebeldes de Cáceres. El 11 de agosto las tropas franquistas entran
en Mérida, mientras que, en el norte, las de Mola toman Tolosa. El 14
de agosto Yagüe toma Badajoz, mientras, en Cataluña, las columnas
anarquistas de Durruti se dirigen hacia Aragón. La ofensiva republicana
en Andalucía, comenzada el 29 de julio se da por fracasada el 20 de
agosto, ante la imposibilidad de tomar Córdoba. Igualmente resultan
fallidos los intentos de recuperar las Baleares. El 3 de septiembre las
tropas sublevadas toman Talavera y avanzan hacia Madrid. Dos días más
tarde, Mola ocupa Irún y, el día 28, Varela entra en Toledo. En
octubre, Madrid es bombardeada por la aviación. El 7 de noviembre los
sublevados, al mando de Varela, fracasan en su intento de tomar la
capital, pese a lo cual el gobierno republicano decide trasladarse a
Valencia. El 14 de enero de 1937 comienza la ofensiva rebelde sobre
Málaga, que caerá el 8 de febrero. En el centro, las tropas franquistas
intentan estrangular Madrid, produciéndose las batallas del Jarama y
Guadalajara. En esta última, el contraataque republicano obligó a las
tropas franquistas a retirarse. El 31 de marzo de 1937 Mola inicia la
ofensiva en el País Vasco, con fuertes bombardeos aéreos que, el 26 de
abril, arrasarán Guernica. El 19 de junio, Dávila, sustituto del
fallecido Mola, toma Bilbao. Entre el 6 y el 24 de julio, una ofensiva
republicana para romper el cerco de Madrid da inicio a la batalla de
Brunete. Hacia el 13 de julio se agotó el empuje republicano, dando
lugar al contraataque de las tropas franquistas de Varela. El 24 de
agosto de 1937 comienza la ofensiva republicana en Belchite, para
distraer el ataque franquista que se estaba produciendo en Santander.
Pese a ello, el 21 de octubre las tropas sublevadas toman Gijón y
Avilés, desapareciendo el frente norte. El 15 de diciembre los
republicanos atacan Teruel, que cae el 7 de enero de 1938, aunque se
pierde el 22 de febrero. El 10 de marzo, los sublevados atacan en el
frente de Aragón, reconquistando Belchite. Ocho días más tarde
Barcelona comienza a ser bombardeada. La ofensiva franquista ya aparece
imparable: el 3 de abril cae Lérida, y el 14 llegan al Mediterráneo,
rompiendo en dos el territorio republicano. El 25 de julio de 1938 los
republicanos lanzan una ofensiva en el Ebro. También en Extremadura, en
agosto, para cortar la penetración de Queipo de Llano sobre Almadén. En
el frente del Ebro, agotada el 1 de agosto la ofensiva republicana,
Yagüe inicia la respuesta franquista, que obliga a los republicanos a
replegarse. A finales de 1938 comienza la ofensiva sublevada sobre
Cataluña. Paralelamente, en enero del 39 los republicanos atacan en
Extremadura, pero serán neutralizados a comienzos de febrero. En
Cataluña, el día 26 cae Barcelona, siendo ocupada toda la región. El
bando republicano se descompone a marchas forzadas. Azaña, en Francia,
renuncia a la presidencia de la República, mientras que en marzo se
subleva la guarnición de Cartagena. El 28 de ese mes cae Madrid. Entre
el 29 y el 1 de abril se desploman los últimos reductos republicanos,
principalmente Alicante y Valencia. La guerra civil ha terminado.