El hallazgo de Moisés ( hacia 1775 ) Lienzo197, 5 x 339, 7, Este cuadro se remonta a la obra, del mismo nombre, de Veronés, que actualmente se encuentra en la galería de Dresde más aún, Tiepolo lleva su veneración al Renacimiento tardío hasta el extremo de vestir incluso a sus figuras con el ropaje de aquella época. Sin embargo, la ténica píctorica y el claro colorido pertenecen por completo al siglo XVIII. Desgraciadamente, el cuadro fue cortado por el lado derecho.
GIAMBATTISTA TIÉPOLO ( 1696 - 1770 )
Autorretrato de Giovanni Battista Tiepolo y su hijo Giovanni Doménico (Con una peluca blanca) .
El Hallazgo de Moisés.Giambattista Tiépolo
1775 .
GALERIA DE DRESDE
Giambattista (o Giovanni Battista) Tiepolo o Tiépolo (Venecia, 5 de marzo de 1696 - Madrid, 27 de marzo de 1770), pintor y grabador italiano, considerado el último gran pintor de la era barroca. Es una de las figuras más importantes del rococó italiano.
Era hijo de un corredor de barcos. Su maestro fue Gregorio Lazzarini, pero aprendió aún más de la obra de los maestros que le precedieron: Tiziano, Tintoretto y, sobre todo, Veronés. Es el más grande decorador del siglo.
En 1719 se casó con una hermana del vedutista Francesco Guardi, Maria Cecilia, de la que tuvo nueve hijos, dos de los cuales fueron también buenos pintores: Lorenzo y en especial Giovanni Domenico Tiepolo, que comenzó a colaborar con él en la década de 1740.
Pintor fecundo e imaginativo, alcanzó enorme éxito, y recibió encargos de Venecia, Milán, Bérgamo y Vicenza. Fue asistido en Venecia por un experto en perspectiva, Gerolamo Mengozzi-Colonna. El éxito de estos frescos hizo que se le contratara en otros lugares de Europa, como la Residencia de Wurzburgo y, al final de su carrera, en Madrid.
Partió a Madrid (donde fallecería), llamado por el rey Carlos III, a principios del año 1762. Su tarea principal fue decorar al fresco varios techos del Palacio Real de Madrid. Acudió con sus hijos Giandomenico y Lorenzo. Viudo de Maria Cecilia Guardi, le acompañó su nueva novia, mucho más joven que él y frecuente modelo de sus figuras femeninas.
Sus principales trabajos en Madrid fueron los frescos del Palacio Real (a destacar los del Salón del Trono) y una serie de cuadros para el altar del Convento de San Pascual (Aranjuez). Cuando falleció, su estilo empezaba a ser cuestionado y este altar fue desmontado y mutilado, para ser sustituido por otras obras al gusto neoclásico que imponía Mengs.