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Da: IGNACIOAL (Messaggio originale) |
Inviato: 01/12/2009 12:43 |
LA CRISTIANOFOBIA
Alejandro Bermúdez nos explica sobre la fobia que existe con el cristianismo y sobre todo con la Iglesia Católica en diferentes ámbitos .
Es
un hecho histórico que el cristianismo ha sufrido persecuciones desde
sus orígenes , quizás su mensaje revolucionario no ha sido muy popular
entre las clases acomodadas .
Luego
la Iglesia Católica , como institución humana que es , ha tenido sus
sombras . Lo reconoció en su dia S.S. Juan Pablo II . Ninguna religión
ha hecho nunca esa autocrítica y ha pedido perdón por sus pecados .
A
pesar de todo ha pervivido durante más de dos milenios y a pesar de
crisis vocacionales y de los tiempos que corren , donde la ética , la
justicia , la moral , la fe , los valores tradicionales y las creencias
, son frecuentemente vilipendiados y pisoteados , con imposiciones ,
coaccines y falta al respeto y a la dignidad ; paraece que persistirá
por mucho tiempo .
La Cristianofobia parte 1
La Cristianofobia parte 2
La Cristianofobia parte 3
La Cristianofobia parte 4
La Cristianofobia parte 5 (2)
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LA CRISTIANOFOBIA II.
LA CRISTIANOFOBIA
Puede ser :
1- CULTURAL . ( Académicos y Artistas ) . |
Fotografía titulada San Bernardo y la leche Mariana (2002).
SI
ÉSTE PINTOR ES CATÓLICO ¿POR QUÉ PINTA UNA OBRA BLASFEMA? ¿Y QUÉ
HUBIERA PASADO SI SE HUBIERA TRATADO DE LA IMAGEN DE MAHOMA O DE BURLA
A LOS JUDÍOS? ¿HABRÍA SIDO LA MISMA RESPUESTA DE PARTE DE LAS
AUTORIDADES RELIGIOSAS? . ( Recordemos lo que sucedió con la
publicación de Versículos Satánicos ) .
El
cuadro realizado por un pintor oriundo de Arroyo Seco revolucionó a esa
localidad santafesina luego de la interpretación realizada por personas
católicas sobre una imagen de Jesucristo que tiene "pechos" dibujados.
Aún no hubo reacción del Arzobispado
La obra en cuestión fue donada, junto a piezas de otros artistas, para
la asunción de las nuevas autoridades y puede verse en el centro
cultural dependiente de la Municipalidad de esa localidad, ubicada a 32
kilómetros al sur de Rosario y a 193 de la capital provincial.
2- IDEOLOGICA . |
Un
ejemplo histórico fué la purga de los Popes ( religiosos ) rusos por
Lenin . Había que depurar a Rusia de la religión , ya que ...
" La religión es el opio del pueblo " .
En
nuestro medio tenemos la imposición política en la escuela de la "
Educación para la Ciudadanía " . No se permite a los padres que elijan
la formación moral , etica o religiosa que ellos decidan . Se le impone
a sus hijos desde el ministerio correspondiente . |
" El Corán es la única ley |
Vale como ejemplo también la primera foto .
Dicen
los progres que esto es arte, que los fachas no tienen sensibilidad,
que en realidad no es ni una blasfemia contra Dios, ni contra la
Religión Católica, ni lo que vemos en las imágenes son masturbaciones
de la Virgen María, posados obscenos de Jesucristo, etc.
Es
indignante ver publicadas estas obras en ningún medio, pero es
necesario darlas a conocer para que todo el mundo sepa que el gobierno
autonómico de Extremadura, socialista, dirigido por Juan Carlos Ibarra
es el promotor y financiador de las mismas.
El
colmo: el consejero de Cultura firma el prólogo de una publicación que
recopila dichas "obras" artísticas. "Es un trabajo de singular
contenido, comprometido, una obra seria" reza el prólogo del consejero socialista.
Tomado de :
http://blogs.larioja.com/plazadelaimprenta/2007/3/14/arte-socialista-extremadura
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Del laicismo europeo a la pena de muerte saudí
El cardenal Telesphore Toppo, arzobispo de Ranchi, rezando ante una imagen destrozada de la Virgen, en el convento de carmelitas de Balliguda (India)
Las
amenazas que se ciernen sobre los cristianos están revestidas de
múltiples barnices. En Europa, la violencia no se manifiesta desde la
extorsión o el terrorismo, sino desde las políticas abiertamente
contrarias al Magisterio eclesial y la intención -más o menos
explícita, más o menos tácita- de expulsar a los católicos de la esfera
pública. Sirvan como ejemplo la omisión del cristianismo en la
Constitución europea, las exposiciones culturales blasfemas o las
medidas beligerantemente laicistas adoptadas por el Gobierno español en
los últimos años.
En otras latitudes, el acoso a los católicos es todavía mucho más
severo. Benedicto XVI recordó, en 2006, a «aquellos católicos que
mantienen su fidelidad a la Sede de Pedro sin ceder a compromisos, a
veces incluso a precio de graves sufrimientos». Así vive, por ejemplo,
la Iglesia en Arabia Saudí: derramando la sangre e incluso perdiendo la
vida. El Gobierno de Riad prohíbe cualquier expresión de fe no
musulmana, y castiga con la cárcel a quienes porten símbolos
cristianos. Cruces, Biblias, rosarios o estampas son pruebas
suficientes para pasar una temporada en prisión, o sufrir vejaciones y
torturas. No son palabras vacías: Mohamed Saleh, un joven saúd de 23
años, fue encarcelado y ejecutado, el pasado 18 de marzo, en la Meca,
por haberse convertido del Islam al cristianismo. Según relató el
misionero Federico Bertuzzi a la agencia de noticias ACPress, cuando
las autoridades supieron de su conversión, fue inmediatamente detenido
en régimen de aislamiento y condenado a muerte, en un juicio en el que
no tuvo posibilidad de defensa.
La sangre de este joven árabe se suma a la de tantos mártires que
entregan la vida a causa de su fe. Según los últimos datos de Ayuda a
la Iglesia Necesitada (AIN), organización dependiente de la Santa Sede,
en 2006 fueron asesinados 24 católicos por todo el mundo. Su Secretario
General, el francés Pierre Morel, aseguró hace unos días que «allí
donde la Iglesia es perseguida, su sufrimiento es grande, pero uno de
los frutos de este sufrimiento es que gana en fuerza, en tamaño y en
santidad». Y así es, pues, de otro modo, no se comprende la
perseverancia de aquellos que viven su fe en países que cuentan por
cientos las iglesias que han sido pasto de las llamas radicales, los
conventos saqueados por el odio a Cristo, las viviendas de fieles
arrasadas en nombre de cualquier credo intransigente, y que son
hostigados, en pleno siglo XXI, como lo fueron los cristianos de la
Roma imperial. A todos ellos, el Papa Benedicto XVI, sucesor de aquel
pescador crucificado cabeza abajo por ser fiel al Evangelio, lanzó hace
dos años el siguiente mensaje: «A algunos se les pide a veces el
testimonio supremo de la sangre... No cabe duda de que seguir a Cristo
es difícil, pero -como Él dice- sólo quien pierde la vida por causa
suya y del Evangelio la salvará, dando pleno sentido a su existencia.
No existe otro camino para ser discípulos suyos; no hay otro camino
para testimoniar su amor». José Antonio Méndez
Bombas, atentados, asesinatos y leyes extremistas para expulsar a los cristianos de Oriente Medio
Las
noticias sobre atentados contra templos y fieles cristianos en Oriente
Medio son tan frecuentes que varios países de la Unión Europea, como
Francia y Alemania, ya han propuesto medidas especiales para acoger a
los refugiados que tengan que huir de aquella región por su fe en
Cristo. Iraq, Irán, Palestina, Siria..., incluso Argelia, al norte de
África, parecen empeñados en imponer un éxodo religioso para quien no
sea musulmán. En Argelia, las últimas leyes anticonversión llevarán
a la cárcel a todo aquel que evangelice, como le ocurrió en febrero al
sacerdote católico Pierre Wallez, que fue condenado por celebrar la
Eucaristía con unos inmigrantes de Camerún que esperaban para cruzar a
Europa. En Iraq, los ataques contra la Iglesia hicieron arder, en los
primeros días de 2008, hasta seis templos. Y eso no es lo peor: los
coches bomba contra objetivos católicos han costado la vida a varias
decenas de personas. Acaso el suceso más impactante fue el secuestro y
asesinato del arzobispo de Mosul, a finales de febrero. Monseñor Rahho
fue secuestrado a la salida de una iglesia, torturado y asesinado a
tiros. Sus tres acompañantes también fueron acribillados, en el momento
del secuestro, por los radicales islamistas. Y los ataques se
recrudecen semana tras semana, a través de amenazas, expulsiones de sus
hogares, extorsión económica, violaciones, matrimonios forzados con
guerrilleros de la Jihad... Ante este panorama, muchos
cristianos iraquíes han optado por huir. Dado que los cristianos son
sólo el 3% de la población, este éxodo ha llevado al obispo auxiliar de
Bagdad a alertar de que «existe el riesgo de que en el país deje de
haber cristianos si no se trabaja para garantizarles la seguridad y la
estabilidad». Al parecer, las milicias iraquíes de Al Qaeda siguen el
modelo que los islamistas llevan años imponiendo en Tierra Santa: la
presión en Palestina es tal que, si hace 50 años los cristianos árabes
eran el 10% de la población, hoy son menos del 2%.
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Messaggio 4 di 6 di questo argomento |
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Los ataques a cristianos se multiplican y recrudecen por todo el mundo
La fe católica, proscrita El
Coliseo romano está hoy en ruinas, y desde sus gradas hace siglos que
no se jalea al rugir de los leones. Sin embargo, veintiún siglos
después, cristianos de todo el orbe siguen padeciendo la persecución a
causa de su fe. Y en no pocos casos, hasta la muerte. En la aldea
global, se multiplican los nerones que acosan y hostigan a
los creyentes en Cristo: islamistas, fanáticos y narcotraficantes,
políticos laicistas, hinduístas exaltados, comunistas, líderes
tribales, traficantes de madera... El anuncio del Evangelio y el
testimonio de vida de quienes creen en Cristo están proscritos en un
creciente número de países
Iglesia del Corazón de Jesús, en Kirkuk (Iraq), incendiada en enero de 2008 «El
verdadero enemigo del Islam es el Papa, Alá lo maldiga, y el líder de
la campaña cruzada, Bush». Con estas incendiarias palabras comienza un
video de diez minutos colgado, hace unas semanas, en una web vinculada a la red terrorista Al Qaeda. No es un hecho aislado: los yihadistas
islámicos de Ben Laden han puesto precio a la cabeza del Santo Padre en
múltiples ocasiones. Incluso el sanguinario magnate saudí apuntó hacia
Benedicto XVI, tras la llamada guerra de las viñetas, y lo acusó de estar implicado en una suerte de cruzada anti-Islam por Europa. «Los cristianos y judíos son los terroristas, y su pasado y su presente son testigos de esto», brama una voz en off
durante un momento del último video anticristiano colgado en Internet
por los extremistas musulmanes. Sin embargo, por más que quienes desean
imponer el Corán a golpe de cimitarra y dinamita se empeñen en señalar
a los cristianos como perseguidores, la realidad es otra. Por todo el
mundo se multiplican los ataques y las persecuciones contra los
creyentes en Cristo, y cada vez son más los miembros de la Iglesia que
viven como proscritos a causa de su fe.
Del laicismo europeo a la pena de muerte saudí
El cardenal Telesphore Toppo, arzobispo de Ranchi, rezando ante una imagen destrozada de la Virgen, en el convento de carmelitas de Balliguda (India) Las
amenazas que se ciernen sobre los cristianos están revestidas de
múltiples barnices. En Europa, la violencia no se manifiesta desde la
extorsión o el terrorismo, sino desde las políticas abiertamente
contrarias al Magisterio eclesial y la intención -más o menos
explícita, más o menos tácita- de expulsar a los católicos de la esfera
pública. Sirvan como ejemplo la omisión del cristianismo en la
Constitución europea, las exposiciones culturales blasfemas o las
medidas beligerantemente laicistas adoptadas por el Gobierno español en
los últimos años.
En otras latitudes, el acoso a los católicos es todavía mucho más
severo. Benedicto XVI recordó, en 2006, a «aquellos católicos que
mantienen su fidelidad a la Sede de Pedro sin ceder a compromisos, a
veces incluso a precio de graves sufrimientos». Así vive, por ejemplo,
la Iglesia en Arabia Saudí: derramando la sangre e incluso perdiendo la
vida. El Gobierno de Riad prohíbe cualquier expresión de fe no
musulmana, y castiga con la cárcel a quienes porten símbolos
cristianos. Cruces, Biblias, rosarios o estampas son pruebas
suficientes para pasar una temporada en prisión, o sufrir vejaciones y
torturas. No son palabras vacías: Mohamed Saleh, un joven saúd de 23
años, fue encarcelado y ejecutado, el pasado 18 de marzo, en la Meca,
por haberse convertido del Islam al cristianismo. Según relató el
misionero Federico Bertuzzi a la agencia de noticias ACPress, cuando
las autoridades supieron de su conversión, fue inmediatamente detenido
en régimen de aislamiento y condenado a muerte, en un juicio en el que
no tuvo posibilidad de defensa.
La sangre de este joven árabe se suma a la de tantos mártires que
entregan la vida a causa de su fe. Según los últimos datos de Ayuda a
la Iglesia Necesitada (AIN), organización dependiente de la Santa Sede,
en 2006 fueron asesinados 24 católicos por todo el mundo. Su Secretario
General, el francés Pierre Morel, aseguró hace unos días que «allí
donde la Iglesia es perseguida, su sufrimiento es grande, pero uno de
los frutos de este sufrimiento es que gana en fuerza, en tamaño y en
santidad». Y así es, pues, de otro modo, no se comprende la
perseverancia de aquellos que viven su fe en países que cuentan por
cientos las iglesias que han sido pasto de las llamas radicales, los
conventos saqueados por el odio a Cristo, las viviendas de fieles
arrasadas en nombre de cualquier credo intransigente, y que son
hostigados, en pleno siglo XXI, como lo fueron los cristianos de la
Roma imperial. A todos ellos, el Papa Benedicto XVI, sucesor de aquel
pescador crucificado cabeza abajo por ser fiel al Evangelio, lanzó hace
dos años el siguiente mensaje: «A algunos se les pide a veces el
testimonio supremo de la sangre... No cabe duda de que seguir a Cristo
es difícil, pero -como Él dice- sólo quien pierde la vida por causa
suya y del Evangelio la salvará, dando pleno sentido a su existencia.
No existe otro camino para ser discípulos suyos; no hay otro camino
para testimoniar su amor». José Antonio Méndez
Bombas, atentados, asesinatos y leyes extremistas para expulsar a los cristianos de Oriente Medio Las
noticias sobre atentados contra templos y fieles cristianos en Oriente
Medio son tan frecuentes que varios países de la Unión Europea, como
Francia y Alemania, ya han propuesto medidas especiales para acoger a
los refugiados que tengan que huir de aquella región por su fe en
Cristo. Iraq, Irán, Palestina, Siria..., incluso Argelia, al norte de
África, parecen empeñados en imponer un éxodo religioso para quien no
sea musulmán. En Argelia, las últimas leyes anticonversión llevarán
a la cárcel a todo aquel que evangelice, como le ocurrió en febrero al
sacerdote católico Pierre Wallez, que fue condenado por celebrar la
Eucaristía con unos inmigrantes de Camerún que esperaban para cruzar a
Europa. En Iraq, los ataques contra la Iglesia hicieron arder, en los
primeros días de 2008, hasta seis templos. Y eso no es lo peor: los
coches bomba contra objetivos católicos han costado la vida a varias
decenas de personas. Acaso el suceso más impactante fue el secuestro y
asesinato del arzobispo de Mosul, a finales de febrero. Monseñor Rahho
fue secuestrado a la salida de una iglesia, torturado y asesinado a
tiros. Sus tres acompañantes también fueron acribillados, en el momento
del secuestro, por los radicales islamistas. Y los ataques se
recrudecen semana tras semana, a través de amenazas, expulsiones de sus
hogares, extorsión económica, violaciones, matrimonios forzados con
guerrilleros de la Jihad... Ante este panorama, muchos
cristianos iraquíes han optado por huir. Dado que los cristianos son
sólo el 3% de la población, este éxodo ha llevado al obispo auxiliar de
Bagdad a alertar de que «existe el riesgo de que en el país deje de
haber cristianos si no se trabaja para garantizarles la seguridad y la
estabilidad». Al parecer, las milicias iraquíes de Al Qaeda siguen el
modelo que los islamistas llevan años imponiendo en Tierra Santa: la
presión en Palestina es tal que, si hace 50 años los cristianos árabes
eran el 10% de la población, hoy son menos del 2%.
Los últimos bastiones del comunismo siguen acosando a los cristianos Desde aquel famoso ¿Cuántas divisiones tiene el Papa?,
que pronunció Stalin, hasta hoy, no ha pasado ni tan siquiera un siglo.
Hoy, el comunismo que alentó el líder soviético se ha extinguido casi
por completo. Casi. China y Cuba se mantienen ancladas en la ideología
que más muertos provocó durante el siglo XX, y ahora, como entonces, la
Iglesia padece grandes restricciones en ambos países. En China las
autoridades intentan sembrar la división a través de la llamada Iglesia patriótica,
dependiente de Pekín. A través de esta asociación, el Gobierno controla
que la ordenación de sacerdotes y obispos, las prédicas de los clérigos
y las actividades pastorales no cuestionen la legitimidad de su régimen
político-militar. Por el contrario, los católicos que se mantienen
fieles al Papa necesitan permiso para cualquier reunión, tienen vetadas
las Eucaristías y toda actividad evangelizadora es castigada con penas
de cárcel, persecuciones y torturas. En la Cuba castrista, la situación no es mucho mejor para quienes profesan la fe en Cristo. A pesar de la retirada oficial
del dictador Fidel Castro, los católicos encuentran numerosos problemas
en su ejercicio apostólico: espías en los consejos pastorales,
micrófonos ocultos en despachos de obispos, policía política que
registra a los misioneros para requisar Biblias, libros, rosarios... J.
D., un estudiante chileno, relata en la web de AIN su visita
a una iglesia clandestina regentada por jóvenes cubanos: «En Cuba hay
internados mixtos obligatorios. Entre los 12 y los 14, los jóvenes
tienen que inscribirse y pasar tres años lejos de su familia. El
adoctrinamiento es constante. La promiscuidad no es sólo permitida,
sino inducida. Cualquier muestra de religiosidad es castigada, y la
única manera de acceder a una carrera es pasar por ellos. Una noche,
cuando todos bailaban en el gimnasio, salí de Camagüey con un
seminarista y llegamos hasta uno de estos centros. En otro edificio nos
esperaban, escondidos, 15 jóvenes. Subimos las escaleras hasta llegar a
un techo. Nos sentamos en el suelo, nos persignamos y leímos la Biblia.
Terminamos y nos despedimos rápido, porque no podía notarse que habían
ido. Hace poco sorprendieron a dos de ellos con material religioso, y
los expulsaron».
Hispanoamérica, o la incómoda voz de la Iglesia
Cruces en Anapu (Brasil), en memoria de la Hermana Dorothy Stang, asesinada en febrero de 2005 en la selva amazónica brasileña . Acaso
el mayor de los males que azota América del Sur no sea ni la pobreza,
ni las carencias educativas, sino la talla de sus representantes
políticos. Al menos, de buena parte de ellos. Durante los últimos años,
el populismo se ha aliado con el movimiento indigenista para resucitar
prácticas chamánicas y mitos ancestrales, con los que distraer a una
población mal alimentada y más adoctrinada que formada. El expolio de
los recursos naturales y las políticas sectarias que están a la orden
del día en países como Brasil, Venezuela o Bolivia, chocan con la voz
de la Iglesia católica que no ceja en su empeño por reclamar libertad e
igualdad social. El mensaje cristiano incomoda a los políticos más
dogmáticos, y a los líderes del narcotráfico y las mafias madereras,
que no dudan en amenazar a misioneros, sacerdotes u obispos para
acallar sus denuncias. La situación ha llegado a tal extremo que, por
ejemplo, tres obispos brasileños se han visto obligados a contratar una
escolta privada, tras las amenazas de muerte que les ha valido su
trabajo pastoral en defensa de la vida y de la libertad. Algo que
ocurre sólo tres años después del asesinato de la religiosa
estadounidense Dorothy Stang, acribillada a tiros por su defensa de los
agricultores brasileños frente a las mafias que controlan el mercado de
la madera y de la droga. También en la Venezuela de Hugo Chávez, la
noche del pasado 27 de febrero, el palacio arzobispal de Caracas fue
asaltado por grupos afines al Presidente venezolano, quien ha
endurecido su discurso contra la Iglesia y sus prelados tras las
críticas que reciben sus políticas por parte de la Conferencia
Episcopal del país.
África: el ratón de laboratorio del wahabismo saudí Entraron
de noche en su casa, lo asesinaron a sangre fría y saquearon la
residencia. Era un grupo armado y sumamente agresivo, contra el que
nada pudo hacer el sacerdote nigeriano Michel Gajere. Pocas horas antes
de morir, el clérigo había puesto a salvo a los integrantes del grupo
juvenil de su parroquia, preocupado por ver cómo una manifestación
convocada en la ciudad de Maiduguri, al noreste de Nigeria, había
desembocado en una oleada de altercados violentos contra los
cristianos. Aquella misma noche, la del 18 de febrero de 2006, otras 15
personas murieron, y cuatro templos, la residencia del obispo,
numerosas viviendas de fieles católicos y varios edificios dependientes
de la Iglesia fueron pasto de las llamas. Sirva el caso del sacerdote
Michael Gajere como botón de muestra para ilustrar la situación que
vive África. Según los últimos datos de Ayuda a la Iglesia Necesitada,
de 2006, nueve sacerdotes, una religiosa y una voluntaria seglar
murieron de forma violenta a causa de su fe. A pesar de no tener aún
las cifras oficiales de 2007 y 2008, hace sólo unas semanas, el 14 de
abril, las agencias de noticias se hacían eco de la muerte del
misionero inglés Brian Thorp, asesinado en Kenia a pocos metros de su
parroquia. Estos ataques están enraizados en la misma causa: una
combinación de pobreza extrema con las intenciones islamistas de
extender la sharia por el Continente negro. La
mayoría de los asesinatos son ejecutados por personas sin recursos ni
educación -a veces instigados por líderes tribales-, que ven en los
religiosos y en los templos blancos fáciles para sus violentísimos
saqueos. Al subdesarrollo, se añade otro ingrediente mucho más
peligroso: las autoridades islámicas alientan las agresiones, al tiempo
que extienden sus redes por el Cuerno de África: Etiopía, Somalia y
Kenia. Los wahabitas de Arabia Saudí ven en esta región la
brecha por la que inocular sus postulados a todo el continente: acceso
al norte por Egipto y al África subsahariana por Sudán. Un dato: Riad
ha financiado con más de 2.500 millones de dólares la construcción de
mezquitas y escuelas coránicas en Chad, Etiopía, Nigeria, Kenia, Congo,
Camerún, Senegal y Malawi.
«Cada vez hay más ataques en Asia y tenemos miedo» El
11 de marzo no sólo es un día trágico para los madrileños. También en
Lahore (Pakistán), habrá quien no pueda olvidar esa fecha. El 11-M de
2008, una bomba hizo saltar por los aires un centro de Cáritas, un
colegio católico, una librería de las hermanas Paulinas y parte de la
residencia del obispo, además de causar daños en la catedral lahorí. El
extremismo islámico, alentado por las leyes anti-conversión
aprobadas por el Gobierno de Pakistán, golpea con creciente dureza a
los que no profesan la fe de Mahoma. En el atentado de Lahore murieron
14 personas, entre ellas dos alumnas del colegio y un voluntario de
Cáritas. La Hermana Minna forma parte de la comunidad de Paulinas que
regentan la librería católica de la ciudad. Ella vivió el atentado en
primera persona y resume la realidad del continente: «La bomba arrasó
la tienda y nosotras nos salvamos de milagro. Nos asustamos al oír la
explosión, pero los más perjudicados han sido los de Cáritas. Cada vez
hay más ataques en Asia y, aunque a nosotras nos quieren, tenemos
miedo». No es para menos. La espiral de violencia contra los cristianos
que apunta la religiosa es una realidad en el sur y sudeste asiático:
Indonesia, Malasia, Myanmar (Birmania), Sri Lanka... Incluso en
Filipinas, el país con mayor número de católicos del continente, el
obispo y los sacerdotes de la diócesis de Jolo se han visto obligados a
vivir con guardaespaldas, «porque los actos de violencia y las
hostilidades que se manifiestan en la vida cotidiana no cesan», explicó
el prelado filipino. Él mismo ha sido escupido por las calles de su
diócesis. En la India, los nacionalistas hindúes han conseguido imponer
multas y hasta la cárcel a quienes se conviertan al cristianismo. Para
quienes ya forman parte de la Iglesia, la cruz es otra: conventos
saqueados, iglesias calcinadas, fieles apaleados, sacerdotes
perseguidos... En este escenario, las palabras de la Hermana Minna
resuenan trágicas: «Tenemos miedo». ALFA Y OMEGA . Semanario Católico de Información . http://www.alfayomega.es/revista/2008/592/01_enportada1.html |
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La izquierda desde Marx ha opinado que la Religión es el opio del pueblo y la ha perseguido e intentado erradicar de la faz de la Tierra .
El cristianismo ha sido perseguido sistemáticamente a lo largo de la historia desde los emperadores romanos , hasta nuestros dias .
Hoy día la religión católica es la religión más perseguida y acosada del mundo , existe además una cristianofobia exacerbada y fomentada por la izquierda , muy evidente en España , por el Gobierno Socialista de Zapatero . Recurriendo a toda una estrategia de ingeniería social , para impedir , acortar y eliminar la influencia religiosa en un país que se ha confesado católico y sigue siendo mayoritariamente católico . La Iglesia Católica ha actuado en diversas ocasiones manifestando su oposición y rechazo a la manipulación ideológica del ciudadano por parte del Estado y pronunciándose valientemente en decisiones políticas que atentan contra la ética y la moral del hombre , como el aborto , la eutanasia , los matrimonios gay ...etc. Este pronunciamiento legítimo ha irritado a un gobierno de izquierdas , incompetente en la resolución de los problemas que acucian al ciudadano medio y que crea cortinas de humo y leyes polémicas que atentan contra las convicciones más íntimas de la persona , creando en la sociedad un " ruido " y una discordia que beneficia los intereses del gobierno , distrayendo la atención sobre la realidad de su pésima gestión política .
Sigue siendo útil y práctico demonizar a la Iglesia Católica y a sus ministros , destacando sus errores , fallos y pecados y ocultando o no reconociendo sus logros , ayudas y misión evangelizadora de paz y justicia en el mundo en beneficio de la Humanidad . Pero es un hecho histórico que la Iglesia ha sobrevivido a todas las calamidades y persecuciones durante más de 2000 años y a pesar de la crisis de valores actuales , sigue patente y plenamente vigente .
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