El misterio está en explicar por qué no se crea más empleo cuando todo el mundo está de acuerdo en que eso es deseable. No hay ningún otro acuerdo mayor. El problema está en el abuso del verbo"crear". Podríamos parafrasear una conocida ley física: El empleo no se crea ni se destruye; se transforma. El volumen de empleados es una cantidad heterogénea que admite esta división: (A) El empleo realmente productivo que trae consigo un ulterior aumento de los empleos y del bienestar. (B) El empleo poco improductivo o incluso parasitario. En su extremo lo llamamos enchufismo, clientelismo, puestos a dedo para los amiguetes, y no digamos la corrupción política.
¿Cómo se consigue acrecer el empleo A? Haciendo que la sociedad se organice bien, para empezar, las empresas y los organismos públicos. Para ello se necesita que los tranbajadores desplieguen una alta moral del esfuerzo, que los empresarios consigan una buena productividad, que los gobernantes mantengan un Estado eficiente. Visto así, el empleo A lo "crea" la sociedad entera. Desde luego no lo "crean" solo los empresario, ni menos el Gobierno. Lo malo es que esa misma sociedad también puede alentar el empleo B. La clave está en que predomine o no la ética del esfuerzo y de la honradez. Siempre será una cuestión de grado.
Debe entenderse que cada empresario en particular tenderá a contratar el menor número posible de empleados para una producción prevista. Esa es una buena decisión. Es la suma de todos los esfuerzos de la sociedad la que hará que se contrate un número creciente de empleos. Pero la condición es que, para ese logro, decrezca todo lo psible el empleo B.
¿Por qué en España hay tanto paro? Muy sencillo. Porque no abunda la ética del esfuerzo, es baja la productividad general y en el sector público hay mucho empleo B. ¿Por qué eso es así? Porque el sistema laboral es muy rígido, debido sobre todo a que los sindicatos son formidables grupos de presión. Añádase el clientelismo de los partidos políticos y el escaso espíritu de esfuerzo por parte de los trabajadores y estudiantes. Lo que hay que hacer no es tanto "crear" empleos sino transformar los empleos B en empleos A. O lo que es casi lo mismo: para que aumente el empleo productivo hay que poner en la calle a un millón de empleados públicos que producen poco. También habrá empleados privados en la misma situación cuando las empresas estén subvencionadas. Ya es paradoja, que para "crear" empleo haya, primero, que "descrearlo". Por eso hay que atender siempre a la clasificación binaria que digo. Se podría complicar un poco con algunas subdivisiones, pero esto es solo un billete para hacer pensar, no una tesis doctoral. Lo que sí digo es que lo escrito se apoya en muchas lecturas, algunas investigaciones y una cierta experiencia. Vale.