En nuestro País, esta señalada fecha estará signada, de manera especial, por las deshilvanadas conmemoraciones de los cien y doscientos años de los movimientos fundamentales de nuestra historia nacional.

Esa doble motivación da pie para que hagamos memoria de las mujeres que intervinieron tanto en la Guerra por la Independencia nacional, como en el movimiento revolucionario de 1910.

Ocasión propicia para dejar sentado que hubo, también, Madres de la Patria; y para expresarlo con las palabras del recientemente laureado Carlos Pascual, “Insurgentas” y desde luego, más que simples “adelitas”, mujeres de la Revolución.

Dados los muchos siglos de machismo excluyente, es lógico que las páginas de la historiografía hayan hecho caso omiso del registro de las acciones de innumerables féminas cuya participación permanecerá condenada al anonimato.

No obstante, el relieve especial de la actuación de algunas de estas heroínas hizo que su impronta quedara registrada hasta en la historia oficial y que, por lo tanto, pudiéramos recordarlas en nuestros días.

Es el caso de la muy connotada y famosa Josefa Ortiz de Domínguez y su activa participación en las secretas tertulias de la conjura inicial de la gesta de liberación, y sus célebres taconazos para que el carcelero avisara que la conspiración había sido descubierta.

De Leona Vicario se sabe que fue esposa de Andrés Quintana Roo; que era una especie de correo secreto de los insurgentes; que contribuyó a la causa con parte de su peculio personal; que se le apresó con ese motivo; que se negó a delatar a los implicados en el movimiento; y que logró escapar, disfrazada de negra, para reunirse en Oaxaca con las tropas de Morelos.

Gertrudis Bocanegra fue una criolla michoacana, quien luego de conocer al cura Miguel Hidalgo, tomó la decisión de unirse a la causa libertaria a la que dedicó el resto de su vida, hasta que fue encarcelada y fusilada el 10 de octubre de 1817.

Menos conocidas, pero no menos importantes que las anteriores fueron Luisa Martínez, de quien se sabe que participó codo a codo con su esposo, un guerrillero apodado “El Jaranero”; quienes luego de una escaramuza, fueron apresados por la tropa enemiga y fusilados en el panteón de Erongarícuaro, Michoacán.

Altagracia Mercado, conocida como la “Heroína de Huichapan” de quien se recuerda que, en cuanto se enteró de la lucha por la Independencia, con su propio dinero armó un pequeño ejército, el cual llegó a encabezar.

De María Soto La Marina, se sabe que, al igual que Rita Pérez, la compañera de Pedro Moreno, no sólo le dieron apoyo a las huestes de Francisco Javier Mina, sino que ambas llevaron a cabo acciones que se pueden catalogar como heroicas.

En el movimiento revolucionario iniciado en 1910 también participaron de manera decidida mujeres, como la precursora Carmen Serdán, quien, bajo el seudónimo de Marcos Serrato, se desempeñó activamente en las filas del partido de Madero.

Aunque muy escasamente conocida y casi nunca mencionada, se debe de considerar a María Sandoval de Zarco, quien además de ser la primera mexicana que se graduó como abogada, al iniciar el Siglo XX se ocupó de defender a las mujeres presas y perseguidas por cuestiones políticas.

Sin poder soslayar a Juana Belén Gutiérrez de Mendoza, editora del seminario Vesper; a Dolores Jiménez y Muro redactora y suscriptora del plan político-social de la sierra de Guerrero, el antecedente más inmediato del Plan de Ayala y a la anarquista militante Elisa Acuña y Rosetti.

Luego del sacrificio de Madero, María Arias Bernal, Inés Malváez y Dolores Sotomayor formaron el club femenil Lealtad, entre cuyos propósitos manifiestos figuraban el trabajo político y la acción directa para derrocar al chacal Victoriano Huerta.

Como se ha dicho, la participación de muchísimas mujeres quedó en el anonimato; mujeres jóvenes y maduras, damas de sociedad, intelectuales, coronelas, soldadas rasas y amas de casa que hicieron su aportación, tanto para el movimiento insurgente como para que estallara el movimiento social de 1910.

A todas ellas y a quienes les han seguido hasta el día de hoy, honor y perpetua memoria.