LOS HELADOS
Las mejores y las peores golosinas heladas para comprar en el quiosco
Los helados de quiosco ya no son lo que eran: cada vez más marcas de golosinas sacan versiones heladas de sus productos. Acá te contamos cuáles están buenas y cuáles no.
La modalidad de sacar a la venta golosinas clasicas convertidas en helados al parecer fue un acierto. En las heladeras de los quioscos cada vez hay más Tofi y Bananita Dolca y menos palitos de agua. ¿Pero cuántas de éstas golosinas heladas estan a la altura de sus antecedentes?
Los helados de quiosco conforman una categoría propia y technicolor. En la jerga heladera, se los conoce como “impulsivos”: los ves en la calle y lo comprás para el consumo inmediato. Una categoría, que a su modo, tiene mucho que ver con las golosinas.
Hoy las heladeras de los quioscos están inundadas de sabores conocidos, como Nesquick, o Bon O Bon. Esto siempre conlleva un riesgo: son golosinas muy queridas, y el helado debe estar a su altura. No puede ser tan sólo un manoseo del departamento de marketing. Por eso, compramos esos helados, lo probamos, y aquí te contamos si cumplen o desilusionan.
1. Barrita Helada Aguila
Desde su packaging, ya se ve que apunta al consumo adulto: prolijo, minimal, metalizado. No tiene palito, sino que es un bombón rectangular, motivo por el cual tal vez no resulte lo más cómodo para comer. Pero logra su cometido. Parece un helado premium, y en gran parte lo es. Está bañado en chocolate (de verdad, ese que viene del cacao), y la crema de su relleno es una de las mejores. Buena textura y rico sabor.
2. Tofi Crocante
No seamos injustos: no es que sea pésimo, pero no tiene nada que ver con el Tofi. Primero, su calidad es el paradigma de lo industrial. Baño simil chocolate, y un relleno grasoso, que no recuerda a ninguna vaca campestre. El dulce de leche del interior es la señal alusiva al verdadero Tofi, pero aparece congelado. Y el crocante del exterior (logrado con cereal y maní) es un poco chicloso. No es que sea feo, pero es un helado más. Comparado al verdadero Tofi, pierde, y por goleada.
3. Aguila Mini Torta Helada
Su forma es redonda, un círculo perfecto desde donde sale un palito, lo cual es original. Aquí, la marca emula sin dudas a un alfajor, lo que en idioma Aguila se llama “torta”. Dos galletas blandas encerrando un helado de crema, todo bañado en chocolate. Si te gustan los helados con bizcocho, te convencerá la propuesta. Eso sí: no esperes encontrar el dulce de leche que promete: sus delgadas líneas de dulce son realmente delgadas.
4. Nesquik Vasito
¿Es el Nesquik una golosina? El límite es difícil de discernir, pero en el caso del helado, sin duda apunta hacia ese lado. Con una crema sabor chocolate (elaborada realmente con Nesquik), y un centro de salsa de cacao (que mantiene su textura semilíquida a pesar del frío), en un pequeño vasito de oblea recubierto por dentro por un baño de repostería bastante malo. En resumen, un postrecito idéntico a los mousses de chocolate que sirven en restaurantes de medio pelo. Para un quiosco, no está mal. Pero el verdadero Nesquik le gana por un par de cuerpos.
5. Corazón Bon o Bon
Tiene forma de corazón, y eso está bien, ya que esta famosa versión arcoriana del Serenata de Amor se instituyó como regalo romántico. Y, hay que admitirlo, el helado está bastante bien. Con su sabor a maní, que a muchos podrá impresionar, se gana el premio al más original de los helados de quiosco, y la cobertura de chocolate con leche que lleva es gruesa, resistente y sabrosa. Es distinto al Bon o Bon original, pero se defiende muy bien.
6. Bananita Dolca
Ya resulta increíble que exista una golosina como la Bananita Dolca, con sus décadas sobreviviendo al hostil mundo de la competencia. Y este helado cumple realmente todas las expectativas. El mismo sabor artificial a banana, el mismo color amarillo casi fluo, y una buena cobertura de chocolate con leche, en un formato de mini helado, apenas un tentempié al paso. Perfecto. Para comprar de a decenas para un cumpleaños retro.
7. Cofler Blanco
Según el paquete, el relleno de crema de chocolate basa su sabor en el Cofler. Lo cierto es que, y sólo en este caso, el helado sobrepasa a la golosina. Así es: mientras que la familia de productos Cofler no es gran cosa (al menos, no lo suficiente como para generar un culto por ellos), este helado se muestra contundente, sabroso, con una crema de buena calidad y un exterior de chocolate blanco rígido, crujiente, que logra el contraste ideal con el relleno.
8. Rocklets Cono
Un cucurucho generoso, bañado por arriba con mini Rocklets de colores. La idea a priori parece buena. Pero, tras la experiencia, surge la decepción. Al estar guardado en freezers, los Rocklets aparecen congelados, lo que les quita el brillo característico, y buena parte del sabor. A su vez, los confites sólo están arriba; pronto el cucurucho se transforma en un helado de crema desteñido por las grageas. A no confundirse: esta crema es rica. Pero aburrida para tanta expectativa. En teoría, lleva salsa de chocolate. Nosotros apenas la vimos...