Envejecer bien No es algo que pase antes de los treinta, pero juro que sí a partir de los 40 (¡he chequeado el tema con mis amigas, claro!). Resulta que cuando aparecen las primeras señales del paso del tiempo en nuestro rosto, nos asalta la intriga por saber cómo seremos en la tercera edad. Queremos saber dónde habrán dejado sus huellas los años con mayor intensidad. Porque, si bien es cierto que todos envejecemos, ¿quién no quiere hacerlo sin perder sus rasgos y su belleza distintiva? A quienes se distraigan con este tema frente al espejo, les cuento que los expertos en el cuidado de la piel aseguran que es posible tener una idea de cómo seremos después de los 60. Dicen que para eso solo basta detenerse en la estructura y en los rasgos de nuestra cara. Amén de repasar cuál es el estilo de vida que llevemos, claro. Pero sobre los daños que provoca en nuestra salud y aspecto físico, el fumar, tomar sol en exceso, no dormir o vivir estresada, no tengo hoy nada para sorprenderlas. Por eso, aquí van, las novedades: - Aquellas personas que hayan nacido con una estructura facial ovalada o en forma de corazón tienen un punto a su favor. A pesar de la ineludible pérdida de grasa y de masa muscular que se provoca con los años, el rostro seguirá manteniendo su forma armoniosa, lo que no ocurre con las caras alargadas o excesivamente flacas. - Los pómulos bien marcados también son claves para un buen envejecimiento facial. Las mejillas tienden a vaciarse y caer, pero si están sujetas por una buena base ósea (o sea, los pómulos), no lo harán, al menos, no tanto. - Si durante toda la vida renegaste por tu piel mixta o grasa, a la vejez cualquiera de estas dos características te harán feliz. Las arrugas se marcan mucho más y se manifiestan antes en las pieles secas. Y a no dormirse en los laurales creyendo que si nuestra madre o nuestra abuela lucieron un cutis de porcelana, la historia se repetirá. Según los expertos, el componente genético supone solo un 20%, el resto es cosa nuestra.
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