(El más grande representante del monólogo político durante más de 35 años en la Argentina)
Qué país! ¡Qué país! ¡No me explico por qué nos despelotamos tanto...si éramos multimillonarios!
Ud. iba y tiraba un granito de maíz y ¡Paf!, le crecían diez hectáreas...
Sembraba una semillita de trigo y ¡Ñácate!, una cosecha que había que tirar la mitad al río porque no teníamos dónde meterla... Compraba una vaquita, la dejaba sola en el medio del campo y al año se le formaba un harén de vacas...
Créame, lo malo de esta fertilidad es que una vez, hace años, un hijo de puta sembró un almácigo de boludos y la plaga no la pudimos parar ni con DDT. Aunque la verdad es que no me acuerdo si fue un hijo de puta que sembró un almácigo de boludos, o un boludo que sembró un almácigo de hijos de puta. Tato Bores
Tato Bores es el nombre artístico del humorista argentino Mauricio Borensztein, (Buenos Aires, 27 de abril de 1927 - ídem. 11 de enero de 1996). Si bien actuó en cine, teatro y televisión, es en este último medio donde con su humor político marcó a generaciones de argentinos. Es apodado el Actor Cómico de la Nación.
Inició su carrera en 1945 junto a Pepe Iglesias “El Zorro”, en Radio Splendid, y con Fanny Navarro en el teatro Maipo. En 1946 integró el elenco de La escuela humorística, donde caracterizó a Igor, quien luego reaparecería en un programa radial llamado Las aventuras de Igor. En 1957 comenzó su labor televisiva en La familia Gesa (Canal 7 en Caras y Caretas), contando chistes políticos. Participaba así del gran auge del género, abierto por los monólogos de Pepe Arias sobre la caída de Perón, presentados en el Comedia y El Nacional en 1956. En 1958, cuando el gobierno de Frondizi enfrentaba una crisis ministerial, se presentó por primera vez vestido de frac, con habano, lentes y peluca, para estar preparado “por si le ofrecían algún ministerio”, y ya no abandonó ese atuendo. Tato Bores renovó el lenguaje televisivo, incorporando monólogos políticos recitados a una velocidad increíble.
En cada programa fingía hablar con el presidente de turno, sin importar quien fuese, dando a la trágica o muchas veces absurda realidad un giro cómico, para así hacerla quizá algo más aceptable.
Sus hijos continúan sus pasos en el espectáculo, uno como productor y otro (Sebastián) como director, quien estrenó en agosto de 2005 su primera película La suerte está echada.