ELEGÍAS A LA MUERTE DE LA PALABRA
SEGUNDA ELEGÍA
II
Si se muere la palabra (si se muere),
correré por los campos
a enterrar su ropaje estremecido.
Bajo árbol añoso recrearé
los versos más quietos,
y la iré soplando en la tierra,
despacito, como quien sopla el silencio.
Si se muere la palabra (si se muere),
las paredes de mi voz se llenarán
de oscurecido acento.
Todo será tan triste, que
los pájaros hablarán como sabios
y los hombres dormirán como pájaros.
III
¿Y qué haremos después?
Soplaremos olas para inundar otras riberas.
Dibujaremos casitas en los vidrios empañados.
¿Y qué más?¿Qué haremos después?
El amor.Sí, lo sé.
Pero ¿Y qué más?
Diremos adiós a los trenes que pasan.
Cortaremos violetas para su tumba.
¿Y después? Comeremos.
¿Cómo íbamos a dejar de comer?
Y dormiremos.
Sin decirnos hasta mañana,
pero dormiremos.
No se oirá un murmullo.
Un eco. Una voz.
Jugaremos en silencio.
Pero ¿Y después?
¿Qué haremos después?
Reírnos.
Porque la risa no habrá muerto.
Nos reiremos tanto, que la tierra
echará anclas para escucharnos.
Sí. Pero ¿Y después?
Ah, me olvidaba:
juntaremos monedas.
Con ellas compraremos
palabras a otros mundos
y letras tan brillantes como soles.
Pero no las entenderemos.
Entonces,habrá que gritar
con los brazos a los vientos
la estafa consumada.
¿Y qué haremos después?¿Qué haremos?
............................................
Colgad en la puerta una hoja de muérdago y una rosa blanca.
Cuando vuelva,que sepa que estábamos esperándola.
Enrique Roberto Bossero ( Argentina )