Nuestro país, junto con sus miserias, produce numerosas glorias. Entre ellas tiene un lugar destacado el humor. Hace décadas que el humor gráfico ha conquistado una posición destacadísima. Algunos nombres y personajes han calado muy hondo, como los próceres inmortales que nos enseñaron a reverenciar.
Entre los grandes creadores sobresale Nik, con una producción variada, caudalosa y sin signos de agotamiento. Al contrario, luce pleno de energía e inteligencia. Su sonda penetra hondo en los conflictos humanos y en la realidad argentina. Como no lo puedo abarcar por completo, elijo referirme a sus aportes sobre la situación local. Día a día nos ofrenda agudas observaciones que hacen reír, sonreír, a veces llorar. Su efecto es emoliente para esta "mujer golpeada" que es nuestra Argentina de los últimos años.
Veamos algunos ejemplos.
Un personaje manifiesta que otra vez aumentó la cantidad de personas que se van del país. Ya hay un millón de argentinos viviendo en el exterior. Otro le contesta: ¿Sabías que van a cambiar el himno? ahora empezará "Huid, mortales..."
Metiéndose en la política doméstica, Nik muestra a un ser reflexivo que señala: "Cobos y Scioli están mudos, el kirchnerismo perdió el olfato, al campo le falta tacto, la presidenta hace oídos sordos, y el PJ opera ciegamente" "¿En resumen?" ?pregunta su interlocutor. "En resumen, este país no tiene ningún sentido..." Entonces Gaturro desliza su punto de vista: "Más que sentir, di-sentimos. Y más que sentimientos, tenemos resentimientos". Levanta un cartel: "¡¡Terminenlá, plis!!
No evade la graciosa burla directa, a través de un comentarista. "Dicen que el kirchnerismo quiere armar un monopolio de amigos." "Bueno, esa sí que sería la noticia del año..." "¿Cuál?" "Que a Kirchner todavía le quede algún amigo..."
Otra burla, referida al desprecio por las leyes, las instituciones y la seguridad jurídica, se expresa mediante un dibujo en el que se ve a Néstor Kirchner pisando un montón de libros grandes que se suponen las leyes, y predica: "Debemosh trabajar juntosh, argentinosh... Para que las leyesh, la Constitushión y las institushiones ocupen el lugar que se mereshen..." Bajo las suelas.
Señala con coraje el hosco extremismo del ex presidente. En la imagen se ve a un grupo de personas, y una de ellas explica lo que están viendo: "Por momentos pareciera que toma las decisiones así... Kirchner como pingüino kamikaze suicida (tiene puesto un cinturón de explosivos y un detonador en la mano): ¡¡Argentinoshhh!! ¡¡Shoy yo o nada!! Bye-Bye..."
Pero Nik tampoco es concesivo con otros protagonistas de la política nacional. Lo revela este diálogo:
Personaje uno: Al final, el gran drama argentino es un simple tema de preposiciones. Fijate, nuestros próceres del siglo pasado quedaron en los billetes.
Personaje dos: ¿Y los políticos actuales?
Personaje uno: Se quedan con los billetes.
En la misma línea se inscribe la siguiente conversación:
-Muchos de los que estamos hoy en funciones, en los ´70 éramos jóvenes idealistas... Pero tres décadas después mantenemos los ideales.
-¿Ah, sí?
-¡Claro que sí! Ahora tenemos el departamento ideal, el auto ideal, el country ideal, el sueldo ideal.
Seguro que Nik debe sufrir la decadencia argentina como la enorme mayoría de los ciudadanos. Ese padecimiento estimula su creatividad. Entonces no es extraño que se le ocurran salidas como una en la que el padre sugiere a su familia que en vez de mirar al gobierno argentino por la CNN, miren un rato a Los Locos Adams: "¡¡¡Me hacen sentir renormal!!!"
Luciendo admirable valentía le moja la oreja a un sector que pocos se animan a cuestionar. Y lo hace mediante una caracterización de enorme elocuencia: "¡¡¡Ja, ja, ji, ji, ji... Me encantó cuando remataste con la frase "Porque lo más importante para nosotros es la dignidad de nuestros trabajadores"!!! Moyano contesta: "Ji, ji, ji... ¿Viste? ¡¡¡Y además se lo creyeron!!!"
Entre los múltiples asuntos que afectan a la Argentina sobresale el fenómeno de la anomia, cada vez más acentuado, y al que no se lo combate. Nik lo describe con otro de sus diálogos filosos:
-La gente se queja, porque en este país los delincuentes entran por una puerta y salen por la otra.
-Tranquilo, porque el gobierno ya escuchó, ya oyó el reclamo...
-¿Y qué va a pasar con el reclamo?
-Va a entrar por una oreja y va a salir por la otra.
El tema económico es objeto de incontables chistes, bromas e ironías. Nik, como virtuoso del idioma que enriquece con segmentaciones de palabras o cambios de ortografía, lo muestra desde diferentes ángulos.
Veamos este ejemplo:
Un personaje se queja amargado: "Primero hice soja y me fundí, hice trigo y me fundí, hice avena y me fundí... Otro le pregunta: "¿Y del gobierno qué opina?" "¡Qué va a opinar, si es un asesino cereal".
Siguiendo con los problemas económicos, no podía faltar el negocio político del fútbol. Uno dice: "Sí, el gobierno ya controla todo lo relacionado con el fútbol". Su compañero contesta con una larga reflexión: "Muchachos, donde antes cantábamos Olé, olé, olé, es un sentimientoooo que no puedo parar, ahora deberemos cantar Olé, olé, olé, estoy muy y muy contento con la luz y el gaaaas."
Pinta con eficacia envidiable una visión de nuestra decadencia en el siguiente diálogo:
-Alemania es el mayor productor mundial en industria pesada, China e India son los mayores productores de tecnología, Venezuela y los países árabes son los mayores productores de petróleo... Y la Argentina, como era de esperar, se mantiene firme en su rubro.
-¿Alimentos?
-No, el mayor productor mundial de conflictos ridículos.
Gaturro levanta su cartel: ¡¡¡We are the champions, my friends!!!
Como remate recordemos algo de la política internacional y el costoso pegoteo con Chávez. Chávez dice a Cristina: "A nuestros pueblos, a nuestra gente, vamos a darles pan". Cristina responde con excepcional sinceridad: "Sí, porque circo ya tienen demasiado".
Cierro mandando este mensaje: ¡Bravo, Nik! El pueblo te agradece.