HOMBRE QUE MIRA MÁS ALLÁ DE SUS NARICES
Hoy me despierto tosco y solitario no tengo a nadie para dar mis quejas nadie a quien echar mis culpas de quietud
sé que hoy me van a cerrar todas las puertas, que no llegará cierta carta que espero, que habrá malas noticias en los diarios, que la que quiero no pensará en mí y lo que es muchísimo peor pensarán en mí los coroneles que el mundo será un oscuro paquete de angustias que muchos otros aquí o en cualquier parte se sentirán también toscos y solos que el cielo se derrumbará como un techo podrido y hasta mi sombra se burlará de mis confianzas
menos mal que me conozco
menos mal que mañana o a más tardar pasado sé que despertaré alegre y solidario, con mi culpita bien lavada y planchada, y no sólo se me abrirán las puertas sino también las ventanas y las vidas, y la carta que espero llegará y la leeré seis o siete veces y las malas noticias de los diarios no alcanzarán a cubrir las buenas nuevas y la que quiero pensará en mi hasta conmoverse y lo que es muchísimo mejor los coroneles me echarán al olvido y no sólo yo muchos otros también se sentirán solidarios y alegres y a nadie le importará que el cielo se derrumbe y más de uno dirá que ya era hora y mi sombra empezará a mirarme con respeto
será buena tan buena la jornada que desde ya mi soledad se espanta.
Mario Benedetti
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"La palabra es un ala del silencio..." Pablo Neruda
SONETO LXIV
(Cien sonetos de amor, Tarde)
De tanto amor mi vida se tiñó de violeta y fui de rumbo en rumbo como las aves ciegas
hasta llegar a tu ventana, amiga mía: tú sentiste un rumor de corazón quebrado
y allí de la tinieblas me levanté a tu pecho, sin ser y sin saber fui a la torre del trigo, surgí para vivir entre tus manos, me levanté del mar a tu alegría.
Nadie puede contar lo que te debo, es lúcido lo que te debo, amor, y es como una raíz natal de Araucanía, lo que te debo, amada.
Es sin duda estrellado todo lo que te debo, lo que te debo es como el pozo de una zona silvestre
en donde guardó el tiempo relámpagos errantes.
Pablo Neruda, 1959
No camines delante mío,podría no seguirte
No camines detrás mío,no sabría dónde conducirte
Camina a mi lado y seremos siempre amigos.
Anonimo chino
Hasta que tengamos recuerdos,
el pasado perdura
Hasta que tengamos esperanzas,
el futuro nos espera
Hasta que tengamos amigos,
el presente vale la pena de ser vivido.
Anonimo
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Tierra nativa
" Es la luz misma,la que abrió mis ojos toda ligera y tibia como un sueño, sosegada en colores delicados sobre las formas puras de las cosas. El encanto de aquella tierra llana,extendida como una mano abierta,adonde el limonero encima de la fuente suspendía su fruto entre el ramaje. El muro viejo en cuya barda abría a la tarde su flor azul la enredadera,y al cual la golondrina en el verano tornaba siempre hacia su antiguo nido. El susurro del agua alimentando,con su música insomne en el silencio,los sueños que la vida aún no corrompe,el futuro que espera como página blanca. Todo vuelve otra vez vivo a la mente, irreparable ya con el andar del tiempo,y su recuerdo ahora me traspasa el pecho,tal puñal fino y seguro. Raíz del tronco verde,¿Quién la arranca?Aquel amor primero,¿Quién lo vence?Tu sueño y tu recuerdo,¿Quién lo olvida,tierra nativa,más mía cuanto más lejana? "
Luis Cernuda (España - 1902-1963)
Cuando se mueren los sueños
Saldrá el sol mañana, floreceran los jazmines, llegará la primavera, nacerán amores, hijos, historias, poemas, brotarán hasta los árboles secos, pero las ventanas de aquellas ilusiones perdidas, cerrarán sus postigos, las luces se harán pozos oscuros, y recién entonces , tu y yo , podremos llorar.
Cuando un sueño se muere, uno comienza lentamente a morir, y lo hace sin dejar huellas, callado sin despedidas, arrugando el interior de los bolsillos, retrayéndose como quien huye, evitando el estruendo, esperando una lluvia, que tarda en llegar.
El redoble de los tambores se va acallando y las primeras sombras de la noche deslizan su cortina de misterio y soledad. Algo concluye, se va, desaparece, muda y el dolor que grita su nombre, sabe a final, han muerto los sueños, ya no tenemos la utopía y alguien recoge las cenizas del incendio.
Silvio Lerer (Argentina)
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