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De: 2158Fenice (Mensaje original) |
Enviado: 02/07/2010 06:13 |
YO SÉ QUE NADA SOY,QUE NADA TENGO,
NADA PERDIERA EL COSMOS SI ME FUERA,
NADA SERÉ EN LA TUMBA CUANDO MUERA,
TAN SOLO EL PAGO DE MORIR DEVENGO.
MÁS,SI SOY DON DE AMOR,RENDIDO
VENGO A TORNAR EN AMOR MI NADA ENTERA,
SOLO EN TU CORAZÓN GUARDAR QUISIERA
EL ANSIA DE QUERERTE QUE RETENGO.
PUES TE LLAMA MI SER,COMO RECLAMA
EL ACEITE PURISIMO LA LLAMA PARA ARDER
Y BRILLAR SIN CONSUMIRSE;
!QUIÉN PUDIERA EN TU ESENCIA HALLAR ASILO,
ADELGAZAR LA VIDA COMO UN HILO
Y EN ELLA ETERNAMENTE CONFUNDIRSE!.
José Piedrahita
Cantos Íberos (1955)
LA POESÍA ES UN ARMA CARGADA DE FUTURO
Cuando ya nada se espera personalmente exaltante, mas se palpita y se sigue más acá de la conciencia, fieramente existiendo, ciegamente afirmado, como un pulso que golpea las tinieblas,
cuando se miran de frente los vertiginosos ojos claros de la muerte, se dicen las verdades: las bárbaras, terribles, amorosas crueldades.
Se dicen los poemas que ensanchan los pulmones de cuantos, asfixiados, piden ser, piden ritmo, piden ley para aquello que sienten excesivo.
Con la velocidad del instinto, con el rayo del prodigio, como mágica evidencia, lo real se nos convierte en lo idéntico a sí mismo.
Poesía para el pobre, poesía necesaria como el pan de cada día, como el aire que exigimos trece veces por minuto, para ser y en tanto somos dar un sí que glorifica.
Porque vivimos a golpes, porque apenas si nos dejan decir que somos quien somos, nuestros cantares no pueden ser sin pecado un adorno. Estamos tocando el fondo.
Maldigo la poesía concebida como un lujo cultural por los neutrales que, lavándose las manos, se desentienden y evaden. Maldigo la poesía de quien no toma partido hasta mancharse.
Hago mías las faltas. Siento en mí a cuantos sufren y canto respirando. Canto, y canto, y cantando más allá de mis penas personales, me ensancho.
Quisiera daros vida, provocar nuevos actos, y calculo por eso con técnica qué puedo. Me siento un ingeniero del verso y un obrero que trabaja con otros a España en sus aceros.
Tal es mi poesía: poesía-herramienta a la vez que latido de lo unánime y ciego. Tal es, arma cargada de futuro expansivo con que te apunto al pecho.
No es una poesía gota a gota pensada. No es un bello producto. No es un fruto perfecto. Es algo como el aire que todos respiramos y es el canto que espacia cuanto dentro llevamos.
Son palabras que todos repetimos sintiendo como nuestras, y vuelan. Son más que lo mentado. Son lo más necesario: lo que no tiene nombre. Son gritos en el cielo, y en la tierra son actos.
Gabriel Celaya
ACASO...
Como atento no más a mi quimera no reparaba en torno mío, un día me sorprendió la fértil primavera que en todo el ancho campo sonreía.
Brotaban verdes hojas de las hinchadas yemas del ramaje, y flores amarillas, blancas, rojas, alegraban la mancha del paisaje.
Y era una lluvia de saetas de oro, el sol sobre las frondas juveniles; del amplio río en el caudal sonoro se miraban los álamos gentiles.
Tras de tanto camino es la primera vez que miro brotar la primavera, dije, y después, declamatoriamente:
-¡Cuán tarde ya para la dicha mía!- Y luego, al caminar, como quien siente alas de otra ilusión: -Y todavía ¡Yo alcanzaré mi juventud un día!-
Antonio Machado, 1907
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LLUVIA
La lluvia tiene un vago secreto de ternura, algo de soñolencia resignada y amable, una música humilde se despierta con ella que hace vibrar el alma dormida del paisaje.
Es un besar azul que recibe la Tierra, el mito primitivo que vuelve a realizarse. El contacto ya frío de cielo y tierra viejos con una mansedumbre de atardecer constante.
Es la aurora del fruto. La que nos trae las flores y nos unge de espíritu santo de los mares. La que derrama vida sobre las sementeras y en el alma tristeza de lo que no se sabe.
La nostalgia terrible de una vida perdida, el fatal sentimiento de haber nacido tarde, o la ilusión inquieta de un mañana imposible con la inquietud cercana del color de la carne.
El amor se despierta en el gris de su ritmo, nuestro cielo interior tiene un triunfo de sangre, pero nuestro optimismo se convierte en tristeza al contemplar las gotas muertas en los cristales.
Y son las gotas: ojos de infinito que miran al infinito blanco que les sirvió de madre.
Cada gota de lluvia tiembla en el cristal turbio y le dejan divinas heridas de diamante. Son poetas del agua que han visto y que meditan lo que la muchedumbre de los ríos no sabe.
¡Oh lluvia silenciosa, sin tormentas ni vientos, lluvia mansa y serena de esquila y luz suave, lluvia buena y pacifica que eres la verdadera, la que llorosa y triste sobre las cosas caes!
¡Oh lluvia franciscana que llevas a tus gotas almas de fuentes claras y humildes manantiales! Cuando sobre los campos desciendes lentamente las rosas de mi pecho con tus sonidos abres.
El canto primitivo que dices al silencio y la historia sonora que cuentas al ramaje los comenta llorando mi corazón desierto en un negro y profundo pentagrama sin clave.
Mi alma tiene tristeza de la lluvia serena, tristeza resignada de cosa irrealizable, tengo en el horizonte un lucero encendido y el corazón me impide que corra a contemplarte.
¡Oh lluvia silenciosa que los árboles aman y eres sobre el piano dulzura emocionante; das al alma las mismas nieblas y resonancias que pones en el alma dormida del paisaje!
Federico García Lorca
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Pasando siempre las poesías de tantos años coleccionadas
No dejen de creer que las palabras y las poesías sí pueden cambiar el mundo. Pase lo que pase, nuestra esencia está intacta. Somos seres llenos de pasión. La vida es desierto y es oasis. Nos derriba, nos lastima,nos enseña, nos convierte en protagonistas de nuestra propia historia. Aunque el viento sople en contra, la poderosa obra continúa: y ustedes pueden aportar una estrofa... No dejen nunca de soñar, porque en sueños es libre el hombre... Walt Whitman
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Ahora Quiero Amar Algo Lejano
Ahora quiero amar algo lejano... a algún hombre divino que sea
como un ave por lo dulce,
que haya habido mujeres
infinitas y sepa de otras tierras,
y florezca su palabra en sus labios perfumada: suerte de selva virgen bajo el viento...
y quiero amarlo ahora.Está la tarde blanca
y tranquila como musgo espeso. Tiembla mi boca y en mis dedos finos se deshacen mis trenzas lentamente.
Siento un vago rumor...
Toda la tierra está cantando dulcemente...
Lejos los bosques se han cargado de corolas desbordan los arroyos de sus cauces y las aguas se filtran en la tierra
así como mis ojos en los ojos que estoy soñando embelesada...
Pero ya está bajando el sol tras de los montes...
Las aves se acurrucan en sus nidos... la tarde ha de morir, y él está lejos... Lejos como este sol que para nunca se marcha, y me abandona, con las manos
hundidas en las trenzas, con la boca húmeda y temblorosa, con el alma sutilizada, ardida en la esperanza de este amor infinito que me vuelve dulce y hermosa...
Alfonsina Storni
La Invitación Amable
Acércate, poeta; mi alma es sobria,
de amor no entiende, del amor terreno,
su amor es más altivo y es más bueno.
No pediré los besos de tus labios.
No beberé en tu vaso de cristal,
el vaso es frágil y ama lo inmortal.
Acércate, poeta sin recelos ...
ofréndame la gracia de tus manos,
no habrá en mi antojo pensamientos vanos.
¿Quieres ir a los bosques con un libro,
un libro suave de belleza lleno?
Leer podremos algún trozo ameno.
Pondré en la voz la religión de tu alma,
religión de piedad y de armonía
que hermana en todo con la cuita mía.
Te pediré me cuentes tus amores
y alguna historia que por ser añeja
nos dé el perfume de una rosa vieja. Yo no diré nada de mí misma porque no tengo flores perfumadas
que pudieran así ser historiadas. El cofre y una urna de mis sueños idos
no se ha de abrir, cesando su letargo, para mostrarte el contenido amargo. Todo lo haré buscando tu alegría y seré para ti
tan bondadosa como el perfume de la vieja rosa. ¿La invitación esta ... sincera y noble.
Quieres ser mi poeta buen amigo
y sólo tu dolor partir conmigo?
Alfonsina Storni
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POESÍA DE COLOMBIA
Desde mi silencio
Soy más fuerte que mis brazos y más débil que mi llanto;
más triste que mis suspiros, más alegre que mi canto.
Soy la que tú no conoces: la que vive sepultada
tras los labios y la piel, tras la frente y la mirada.
Soy aquella que no has visto; soy la que alienta
escondida entre los impenetrables muros de su propia vida.
Pero detrás de mí misma, desde mi silencio a voces,
soy la que he querido ser: soy la que tú no conoces.
Dora Castellanos Colombia
SONETO LXXXIII
Es bueno, amor, sentirte cerca de mí
en la noche,invisible en tu sueño,
seriamente nocturna, mientras yo
desenredo mis preocupaciones como si fueran redes confundidas.
Ausente, por los sueños tu corazón navega, pero tu cuerpo así abandonado respira buscándome sin verme, completando mi sueño como una planta que se duplica en la sombra.
Erguida, serás otra que vivirá mañana, pero de las fronteras perdidas en la noche, de este ser y no ser en que nos encontramos.
Algo queda acercándonos en la luz de la vida como si el sello de la sombra señalara con fuego sus secretas criaturas.
PABLO NERUDA
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Más allá del amor...
Todo nos amenaza: el tiempo,que en vivientes fragmentos divide al que fui del que seré,
como el machete a la culebra;la conciencia,la transparencia traspasada,la mirada ciega
de mirarse mirar;las palabras,guantes grises,polvo mental sobre la yerba,
el agua,la piel;nuestros nombres,que entre tú y yo se levantan,
murallas de vacío que ninguna trompeta derrumba.
Ni el sueño y su pueblo de imágenes rotas,ni el delirio y su espuma profética,
ni el amor con sus dientes y uñas nos bastan.
Más allá de nosotros,en las fronteras del ser y el estar,una vida más vida nos reclama.
Afuera la noche respira,se extiende,llena de grandes hojas calientes,de espejos que combaten:
frutos,garras,ojos,follajes,espaldas que relucen,cuerpos que se abren paso entre otros cuerpos.
Tiéndete aquí a la orilla de tanta espuma,de tanta vida que se ignora
y se entrega:tú también perteneces a la noche.
Extiéndete,blancura que respira,late,oh estrella repartida,
copa,pan que inclinas la balanza del lado de la aurora,
pausa de sangre entre este tiempo y otro sin medida.
Octavio Paz
De : Piedra de sol / Fragmentos ...
.....son llamas los ojos y son llamas lo que miran, llama la oreja y el sonido llama, brasa los labios y tizón la lengua, el tacto y lo que toca, el pensamiento y lo pensado, llama el que lo piensa, todo se quema, el universo es llama, arde la misma nada que no es nada sino un pensar en llamas, al fin humo: no hay verdugo ni víctima... ¿Y el grito en la tarde del viernes?, y el silencio que se cubre de signos, el silencio que dice sin decir, ¿No dice nada?, ¿No son nada los gritos de los hombres?, ¿No pasa nada cuando pasa el tiempo?
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—no pasa nada, sólo un parpadeo del sol, un movimiento apenas, nada, no hay redención, no vuelve atrás el tiempo, los muerto están fijos en su muerte y no pueden morirse de otra muerte, intocables, clavados en su gesto, desde su soledad, desde su muerte sin remedio nos miran sin mirarnos, su muerte ya es la estatua de su vida, un siempre estar ya nada para siempre, cada minuto es nada para simepre, un rey fantasma rige sus latidos y tu gesto final, tu dura máscara labra sobre tu rostro cambiante: el monumento somos de una vida ajena y no vivida, apenas nuestra,
—¿La vida, cuándo fue de veras nuestra?, ¿Cuando somos de veras lo que somos?, bien mirado no somos, nunca somos a solas sino vértigo y vacío, muecas en el espejo, horror y vómito, nunca la vida es nuestra, es de los otros, la vida no es de nadie, todos somos la vida —pan de sol para los otros, los otros todos que nosotros somos—, soy otro cuando soy, los actos míos son más míos si son también de todos, para que pueda ser he de ser otro, salir de mí, buscarme entre los otros, los otros que no son si yo no existo, los otros que me dan plena existencia, no soy, no hay yo, siempre somos nosotros, la vida es otra, siempre allá, más lejos, fuera de ti, de mí, siempre horizonte, vida que nos desvive y enajena, que nos inventa un rostro y lo desgasta, hambre de ser, oh muerte, pan de todos,
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puerta del ser, despiértame, amanece, déjame ver el rostro de este día, déjame ver el rostro de esta noche, todo se comunica y transfigura, arco de sangre, puente de latidos, llévame al otro lado de esta noche, adonde yo soy tú somos nosotros, al reino de pronombres enlazados,
puerta del ser: abre tu ser, despierta, aprende a ser también, labra tu cara, trabaja tus facciones, ten un rostro para mirar mi rostro y que te mire, para mirar la vida hasta la muerte, rostro de mar, de pan, de roca y fuente, manantial que disuelve nuestros rostros en el rostro sin nombre, el ser sin rostro, indecible presencia de presencias...
quiero seguir, ir más allá, y no puedo: se despeñó el instante en otro y otro, dormí sueños de piedra que no sueña y al cabo de los años como piedras oí cantar mi sangre encarcelada, con un rumor de luz el mar cantaba, una a una cedían las murallas, todas las puertas se desmoronaban y el sol entraba a saco por mi frente, despegaba mis párpados cerrados, desprendía mi ser de su envoltura, me arrancaba de mí, me separaba de mi bruto dormir siglos de piedra y su magia de espejos revivía un sauce de cristal, un chopo de agua, un alto surtidor que el viento arquea, un árbol bien plantado mas danzante, un caminar de río que se curva, avanza, retrocede, da un rodeo y llega siempre:
México, 1957 OCTAVIO PAZ
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