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Respuesta  Mensaje 1 de 1 en el tema 
De: 2158Fenice  (Mensaje original) Enviado: 30/09/2010 06:23

 

Se puede ampliar el presente tanto como se quiera,
o lanzarse vertiginosamente hacia el futuro,
o dar marcha atrás que es lo más peligroso
porque ahí están los recuerdos,todos los recuerdos,
los buenos,los regulares y los execrables.
Ahí está el amor,o sea estás vos,y las grandes lealtades
y también las grandes traiciones.
Ahí está lo que uno pudo hacer y no hizo,
y también lo que pudo no hacer y sí hizo.
  
Mario Benedetti
 
 
El porvenir de mi pasado
 
 
Nada menos.
O tal vez una primavera
que avanzaba a destiempo.
O un suplicante desde el Más Acá. 
Ateo de aburridos sermones y supuestos martirios.  

Eso fui y muchas cosas más. Un niño que se prometía
amaneceres con torres de sol. Y aunque el cielo viniera
encapotado, seguía mirando hacia delante, hacia después,
a renglón seguido. Eso fui, ya menos niño, esperando
la cita reveladora, el parto de las nuevas imágenes, las
flechas que transcurren y se pierden, más bien se borran
en lo que vendrá. Luego la adolescencia convulsiva,
burbuja de esperanzas, hiedra trepadora que quisiera
alcanzar la cresta y aún no puede, viento que nos lleva
desnudos desde el suelo y quién sabe hasta
(y hacia) dónde.

Eso fui. Trabajé como una mula, pero solamente allí, en
eso que era presente y desapareció como un despegue,
convirtiéndose mágicamente en huella. Aprendí definiti-
vamente los colores, me adueñé del insomnio, lo llené
de memoria y puse amor en cada parpadeo. Eso fui en
los umbrales del futuro, inventándolo todo, lustrando los
deseos, creyendo que servían, y claro que servían, y
e puse a soñar lo que se sueña cuando el olor a lluvia
nos limpia la conciencia. Eso fui, castigado y sin clemen-
cia, laureado y sin excusas, de peor a mejor y viceversa.
Desierto sin oasis. Albufera.

Y pensar que todo estaba allí, lo que vendría, lo que se
negaba a concurrir, los angustiosos lapsos de la espera,
el desengaño en cuotas, la alegría ficticia, el regocijo a
prueba, lo que iba a ser verdad, la riqueza virtual de mi
pretérito.

Resumiendo: el porvenir de mi pasado tiene mucho a
gozar, a sufrir, a corregir, a mejorar, a olvidar, a des-
cifrar, y sobre todo a guardarlo en el alma como
reducto de última confianza.

Mario Benedetti

Fragmento de su libro de relatos. Año 2003

                                                                                                              

Reir Llorando

Viendo a Garrik -actor de la Inglaterra-
El pueblo al aplaudirlo le decía:
"Eres el más gracioso de la tierra,
Y más feliz..."

Y el cómico reía
Víctimas del spleen, los altos lores
En sus noches más negras y pesadas,
Iban a ver al rey de los actores,
Y cambiaban su spleen en carcajadas.

Una vez, ante un médico famoso,
Llegóse un hombre de mirar sombrío:
-Sufro -le dijo-, un mal tan espantoso
Como esta palidez del rostro mío.

Nada me causa encanto ni atractivo;
No me importan mi nombre ni mi suerte;
En un eterno spleen muriendo vivo,
Y es mi única pasión la de la muerte.

-Viajad y os distraeréis.

-¡Tanto he viajado!
-Las lecturas buscad.

-¡Tanto he leído!
-Que os ame una mujer.

-¡Sí soy amado!
-Un título adquirid.

-¡Noble he nacido!
-¿Pobre seréis quizá?
-Tengo riquezas.
-¿De lisonjas gustáis?
-Mis tristezas.
-¿Vais a los cementerios?
-Mucho... mucho...
-De vuestra vida actual ¿Tenéis testigos?
-Sí, mas no dejo que me impongan yugos:
Yo les llamo a los muertos mis amigos;
Y les llamo a los vivos, mis verdugos.
Me deja -agrega el médico- perplejo
Vuestro mal, y no debe acobardaros;
Tomad hoy por receta este consejo
"Sólo viendo a Garrik podréis curaros".
-¿A Garrik?
Sí, a Garrik... La más remisa
Y austera sociedad le busca ansiosa;
Todo aquel que lo ve muere de risa;
¡Tiene una gracia artística asombrosa!
-¿Y a mí me hará reir?
-¡Ah! Sí, os lo juro;
Él sí; nada más él; más... ;¿Qué os inquieta?
-Así -dijo el enfermo-, no me curo:
¡Yo soy Garrik!... Cambiadme la receta.
. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .

Cuántos hay que, cansados de la vida,
Enfermos de pesar, muertos de tedio,
Hacen reir como el actor suicida,
¡Sin encontrar para su mal remedio!

¡Ay! ¡Cuántas veces al reir se llora!
Nadie en lo alegre de la risa fíe,
Porque en los seres que el dolor devora
¡El alma llora cuando el rostro ríe!

Si se muere la fe, si huye la calma,
Si sólo abrojos nuestra planta pisa,
Lanza a la faz la tempestad del alma
Un relámpago triste: la sonrisa.

El carnaval del mundo engaña tanto,
Que las vidas son breves mascaradas;
Aquí aprendemos a reír con llanto,
Y también a llorar con carcajadas.

Juan de Dios Peza

 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
                                                                                                                                                               
Quiero Saber . . .
  

No me interesa lo que haces para ganarte la vida.

Quiero saber cual es tu dolor, y si te atreves a soñar

que te permites encontrar lo que tu corazón añora.

No me interesa cuantos años tienes.

Quiero saber si te arriesgarías a parecer un tonto por amor,

por tus sueños o por la aventura de estar vivo.

No me interesan qué planetas hacen la cuadratura de tu luna.

Quiero saber si has tocado el centro de tu propio dolor,

si las traiciones de la vida te han abierto o si te has encogido

y cerrado por el temor a sentir más dolor!

Quiero saber si puedes sentarte con el dolor, mío o tuyo,

sin moverte para esconderlo o para resolverlo.

Quiero saber si puedes estar con el gozo, tuyo o mío;

si puedes danzar, salvajemente y dejar que el Éxtasis

te llene hasta las yemas de los dedos de las manos y de los pies,

sin advertirnos que debemos tener cuidado y ser realistas,

ni recordarnos las limitaciones de ser humanos.

No me interesa si es verdadera la historia que me cuentas.

Quiero saber si puedes desilusionar a otra persona para

ser auténtico contigo mismo; si puedes soportar la acusación

de ser un traidor y no traicionar tu alma.

Quiero saber si puedes ser fiel y por lo tanto confiable.

Quiero saber si puedes sentir la belleza aún cuando

no todos los días son bellos, y si puedes encontrar

la fuente de tu vida en SU presencia.

Quiero saber si puedes vivir con el fracaso, tuyo o mío,

y a pesar de ello pararte a la orilla de un lago y gritar

"¡SÍ!" al plateado de la luna llena.

No me interesa saber donde vives ni cuanto dinero tienes.

Quiero saber si puedes ponerte de pie, después de una noche de dolor

y desesperanza, agotado y golpeado hasta los huesos,

y hacer lo que hay que hacer por los niños.

No me interesa quién eres, ni cómo llegaste aquí.

Quiero saber si permanecerías conmigo

en el centro del fuego sin echarte para atrás.

No me interesa donde has estudiado, ni que has estudiado,

ni con quién lo has hecho.

Quiero saber que es lo que te sostiene desde adentro

cuando todo lo demás falla.

Quiero saber si puedes estar solo contigo mismo y si te agrada

verdaderamente la compañía que buscas en los momentos vacíos.

Oriah, soñador de la montaña.(Anciano Indio)

 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 

  
 
 
 
 
 
 
 
 
 


    


  

  
 


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