Soñador
Francisco Álvarez Hidalgo
Soñador de contrato a largo plazo, que sobre nube de alborozo flota, amé en la vecindad de la derrota, en la víspera negra del hachazo.
Hueco y sangrante al deshacerse el lazo, desorientado y con el alma rota, me lamí los ultrajes, gota a gota, y volví a andar con el amor del brazo.
Jamás me disuadió roca ni abismo, ni detuvo mi paso el alarmismo a que conducen múltiples caídas.
Era yo soñador de sueños de oro, con el arranque y terquedad del toro que arremete a pesar de las heridas.
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Vitalidad
Francisco Álvarez Hidalgo
Reciedumbre de roble la que un día se aposentó en la gleba de mi mente, me penetró hasta el fondo, y contundente me contagió y satura todavía.
Ni tiemblo ya, ni me alzo en rebeldía, pero mantengo en pie, firme y candente, la convicción de ser mar y rompiente, resistencia frontal, pura energía.
Mis ideas son mármol de Carrara que voy labrando, como si tallara golpe a golpe las formas de una diosa.
Pueden no ser las más significantes, pero son mías, vivas, palpitantes, gritando desde un alma silenciosa.
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