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El rincón de la poesía: El poeta y sus mascotas
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Respuesta  Mensaje 1 de 2 en el tema 
De: 2158Fenice  (Mensaje original) Enviado: 01/03/2011 08:26

Poemas

        

Bek

Soy el débil vestigio que olfatea
mi perro sin cesar, como en lectura
de texto arcano, de acepción oscura,
a cuya exégesis tenaz se emplea.

Sólo un rastro en el aire, que espolea
su condición de amigo, y lo apresura
a suspender la nueva travesura
con que en mi ausencia a solas se recrea.

Orienta las orejas hacia el ruido
que sólo él oye, a punto de ladrido,
inmóvil, la nariz inquisitiva.

Abro la puerta y entro; y se abalanza
sobre mí con la fuerza y confianza
de su naturaleza primitiva.
 

  FranciscoÁlvarez Hidalgo       

Mishka

Pobre Mishka, tan bella, tan celosa…,
perenne reina del hogar, sujeta
sólo a normas que implanta o interpreta
de acuerdo a su aquiescencia caprichosa.

Fue la niña mimada, mariposa
de giros súbitos, de mente inquieta,
maniobrando su ardid de marioneta
sobre cualquier humano que la acosa.

Pero Bel-la llegó, con el embrujo
de quien se sabe bella, y le redujo
las horas de atención, que no el cariño.

No hay animadversión ni hostilidades,
sólo un cierto bagage de ansiedades,
como al nacer en casa un nuevo niño.
 

FranciscoÁlvarez Hidalgo                

Bel-la

¿Qué prisa tienes de crecer, chiquilla?
Siete meses atrás, tan diminuta,
y hoy casi adolescente, que permuta
continuamente cuna y escudilla.

Al fondo de tus ojos, a la orilla
de tu arsenal de trucos, tan astuta,
se fragua cada treta, y se ejecuta
de acuerdo al plan que en tus retinas brilla.

Trato de anticiparme a tus acciones,
mas siempre llego tarde; no hay ladrones
con mayor ejercicio de destreza.

Cuatrera de mi vida, atracadora
de mi atención y tiempo: Se te añora
cuando cierra tus ojos la pereza.

   FranciscoÁlvarez Hidalgo            

Ben

Voluminoso gato, vagabundo
de porte señorial, que me visitas
tan cumplido a diario, y solicitas
discretamente tu ración. Oriundo

de cuatro casas más allá, tu mundo
es el nido adoptado a que te invitas,
el estante alfombrado en que dormitas,
o tu sosiego al sol, meditabundo.

Llevas la calma de quien desconoce
la faz del miedo, y aunque abierto al roce,
sabes alzar la zarpa del castigo.

Y has escogido a Bek, gentil gigante,
camarada de tacto, tan galante
que nunca encontrarás mejor amigo.

FranciscoÁlvarez Hidalgo              

Elliot

No seguiría usanza ni costumbre
si tuvieras que ser rebautizado;
gato tal debería ser nombrado,
por su rasgo primario, ‘mansedumbre’.

Tal vez tiene sabor a servidumbre,
por no ser más viril o inusitado;
pero es que la dulzura te ha marcado,
sobresaliendo entre la muchedumbre.

Ni un solo gesto adverso, ni un indicio
de enojo o tirantez si te acaricio,
rosa de piel en orfandad de espinas.

Estrecho tus patitas en mi mano
sin percibir tus garras, y en tu arcano
lenguaje de ojos me hablas y examinas.

         

Logan

Todavía te extraño, mi pequeño,
partido años atrás, como quien deja
su cuerpo, roto ya, sin una queja,
y hacia campos de azul orienta el sueño.

Ignoro hasta qué punto fui tu dueño,
o si enredó tu astucia la madeja
de mi propia razón, que aún hoy refleja
cierta inseguridad. Tan hogareño,

tú, mi negrito, tan gentil y blando,
con qué destreza te arrogaste el mando
de nuestra afectuosa convivencia.

Nunca fui tu señor, tú fuiste el mío;
y fue tu voluntad el labrantío
que laboré feliz… hasta tu ausencia.

 
   
FranciscoÁlvarez Hidalgo   
 
El gato

No tuvo nombre. Simplemente ‘el gato’.
Ni origen familiar. Advenedizo.
Llegó de noche, entrando al cobertizo
a través del ventano. Era el retrato

del hambre y el temor, y sin contrato
se incautó del lugar. Viento y granizo
lidiaron en la noche, y el hechizo
de un alba espléndida tocó a rebato.

Lo sorprendió la dueña a la mañana,
y una fuga inicial, pero cercana,
sugirió interacción de voluntades.

Fue el precio una escudilla de alimento,
y el gato sin bautismo, lento, lento,
progresó de recelo a afinidades.

 
 
 
Princess

Lucía gargantilla de diamantes
que al sol lograban parecer genuinos;
gentil exploradora de caminos
inverosímiles, mas no distantes.

Sus pasos eran rítmicos, galantes,
sobre el muro, a la sombra de los pinos,
observando en acción los estorninos
meciéndose en los cables ondulantes.

Saltaba junto a mí, coqueteaba
rozando mis tobillos, y maullaba
con acento de gata seductora.

Elliot y Ben fijaron residencia
un día en mi jardín, y su presencia
ahuyentó a la princesa trepadora.


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Respuesta  Mensaje 2 de 2 en el tema 
De: karmyna Enviado: 02/03/2011 07:39
Imagenes con mensajes de amor    

Gracias por compartir tan lindas poesias
Es grato leerte
 
feliz miercoles
karmyna


 
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