Poemas de amor,de soledad, de esperanza
Por
Francisco Álvarez Hidalgo
"Náufrago soy de rumbos intentados que no alcanzaron la aspirada meta; sombra de cuanto imaginé, silueta sin rasgos propios, de astros apagados.
Pero me hago a la mar cada mañana, enfilando la proa a un mundo nuevo, del que apenas sé nada..Sólo llevo fe en una playa mítica, lejana."
Sueños
Voy perdiendo los sueños de futuro, por tanto tiempo en infecunda espera. Ahora sueño hacia atrás, a mi manera, sobre un ayer vital que recapturo.
Lo reencarno, y gentil lo configuro de acuerdo a mi visión, dejando fuera sombras de hierro, formas de madera, y laminando el núcleo en oro puro.
En su autenticidad y centelleo irreprimiblemente me recreo, renaciendo mi espíritu de antaño.
No más vueltas en órbitas inciertas; tantas ventanas y tan pocas puertas sirven, más que al amor, al desengaño.
Muerte
La muerte no es cruel, ni hostil, ni es puerta a lo desconocido, a lo espantoso; ni el típico esqueleto cuyo acoso, guadaña en mano, apenas nos deserta.
¿Cómo decir que es su llegada incierta, si con nosotros nace, en misterioso vínculo, sin disfraz, y su azaroso cortejo a cada paso nos despierta?
Morimos poco a poco cada día; no es sorpresa ni enigma, es profecía dictada sobre el borde de la cuna.
El fin no es más que el éxodo al descanso, el río que se duerme en el remanso, la apacibilidad de la laguna.
Boina y cachava
Al aire, al sol rendido del ocaso, en el silencio de la tarde incierta, sobre el banco en la plaza ya desierta, boina y cachava, espejo del fracaso.
O tal vez no. Quien da el último paso y se adentra en la sombra, se reinserta en su mundo anterior, por cuya puerta vino al nacer. Retorna con retraso.
Morir en las alturas de la vida es demora en volver, no despedida, y es bendición si inesperadamente.
Se nos fue este viejito en un suspiro, con la paz de los justos; y a eso aspiro, a dejar una huella intrascendente. |