La Desiderata es básicamente un compendio de reglas generales para ser feliz en la vida. Su origen está rodeado de un halo de misterios que aumenta la emoción de la experiencia que supone su lectura. Dicen que se encontró en la pared de un monasterio del siglo XVI, también que la escribió un tal Max Ehrmann en 1952. Igualmente se dice y esto es lo más extendido, que hace quinientos años fue escrito por un monje ciego y moribundo. Otros aseguran que es anónimo y se halló en una iglesia de Baltimore. Sea quien fuera el que escribió éste maravilloso consejo global, se invita al lector a una revisión comparativa de las actuaciones que ofrece.
DESIDERATA
Camina plácidamente entre el ruido y la prisa,
y recuerda qué paz puede haber en el silencio.
En la medida de lo posible y sin traicionarte
procura vivir en buenos términos con todo aquel que te rodea.
Di tu verdad tranquila y claramente;
y escucha a los demás, incluso al aburrido y al ignorante;
ellos también tienen una historia que contar.
Evita a los ruidosos y a los agresivos,
ellos afligen al espíritu. Si te comparas con otras personas,
puedes tornarte vanidoso y amargo;
porque siempre habrá personas más grandes y más pequeñas que tú.
Disfruta de tus logros y también de tus planes.
Mantén el interés en tu propia carrera, por humilde que sea;
es una verdadera posesión en las cambiantes fortunas del tiempo.
Sé cuidadoso en los negocios;
pues el mundo está lleno de trampas.
Pero no dejes que esto te ciegue a la virtud del mundo;
muchas personas luchan por grandes ideales;
y en todas partes la vida está llena de heroísmo.
Sé tú mismo. En especial, no finjas afectos.
Tampoco seas cínico ante el amor;
porque frente a la aridez y al desencanto,
el amor es perenne como la hierba.
Toma con serenidad el consejo de los años,
y renuncia graciosamente a los dones de la juventud.
Nutre la fuerza del espíritu para protegerte de las desgracias inesperadas,
pero no te crees falsos fantasmas.
Muchos miedos nacen de la fatiga y la soledad.
Sin olvidar una justa disciplina,
sé amable contigo mismo.
Eres un hijo del Universo,
no menos que los árboles y las estrellas;
tienes derecho a estar aquí.
Y no importa si te resulta evidente o no,
no hay duda de que el Universo se está desarrollando como debe.
Por ello procura estar en paz con Dios,
de la manera en que lo concibas,
y cualesquiera sean tus trabajos y aspiraciones,
mantén la paz en tu espíritu en la ruidosa confusión de la vida.
A pesar del trabajo duro, las falsas esperanzas y los sueños rotos,
este sigue siendo un mundo hermoso.
Procura estar alegre. Lucha por ser feliz.
Desiderata
Anonimo
Passa tranquillamente tra il rumore e la fretta,
e ricorda quanta pace può esserci nel silenzio.
Finché è possibile senza doverti abbassare,
sii in buoni rapporti con tutte le persone.
Dì la verità con calma e chiarezza; e ascolta gli altri, anche i noiosi e gli
ignoranti; anche loro hanno una storia da raccontare.
Evita le persone volgari e aggressive; esse opprimono lo spirito.
Se ti paragoni agli altri, corri il rischio di far crescere in te orgoglio e acredine,
perché sempre ci saranno persone più in basso o più in alto di te.
Gioisci dei tuoi risultati così come dei tuoi progetti.
Conserva l’interesse per il tuo lavoro, per quanto umile;
è ciò che realmente possiedi per cambiare le sorti del tempo.
Sii prudente nei tuoi affari, perché il mondo è pieno di tranelli.
Ma ciò non acciechi la tua capacità di dinstinguere la virtù;
molte persone lottano per grandi ideali, e dovunque la vita è piena di eroismo.
Sii te stesso.
Soprattutto non fingere negli affetti, e neppure sii cinico
riguardo all’amore;poiché a dispetto di tutte le aridità e disillusioni esso è perenne come l’erba.
Accetta benevolmente gli ammaestramenti che derivano dall’età,
lasciando con un sorriso sereno le cose della giovinezza.
Coltiva la forza dello spirito per difenderti contro l’improvvisa sfortuna,
ma non tormentarti con l’immaginazione.
Molte paure nascono dalla stanchezza e dalla solitudine.
Al di là di una disciplina morale,
sii tranquillo con te stesso. Tu sei un figlio dell’universo, non meno degli alberi e delle stelle;tu hai il diritto di essere qui.
E che ti sia chiaro o no, non vi è dubbio
che l’universo ti stia schiudendo come si dovrebbe.
Perciò sii in pace con Dio,
comunque tu lo concepisca, e qualunque siano le tue lotte e le tue aspirazioni,
conserva la pace con la tua anima pur nella rumorosa confusione della vita.
Con tutti i suoi inganni, i lavori ingrati e i sogni infranti,
questo è ancora un mondo stupendo.
Fai attenzione.Cerca di essere felice.
(Trovata nell’antica chiesa di S. Paolo, Baltimora. Datata 1692.