Y no oculto mi desgracia
a esta luna que me burla.
Y cuando acorto distancia
su redonda cara nubla.
Mis ojos mojan mi sombra,
mi sombra busca tu luz,
tu luz me esquiva y me nombra
y me mantiene en esta cruz.
Vuelvo a mirar hacia el cielo
con los ojos enturbiados,
lagrimas de puro celo
me corren por ambos lados.
No coquetees con el viento,
luna no me seas tan esquiva,
que aunque estrellas halla un ciento
solo tu seras mi diva.
Prometo entregarte mi alma
en esta noche nublada
si me dejas que con calma
disfrute tu luz helada.