Soy sol de la mañana, soy agua de deshielo soy salvaje, soy dócil..., azúcar y veneno. Soy ángel, duende, diosa; soy demonio, soy clero, soy presencia divina, soy cuco de tus sueños.
Soy volátil, corpórea; soy corazón de acero, soy meta inalcanzable; soy tu muelle...
y un puerto sólo para tus velas... Evanescente, frágil, soy canto de otro cielo.
Aullido de penumbras...
¡espanto hasta a los muertos! Soy un hilo del alba, soy fuego en el infierno, soy madre de la música, soy hija del silencio.
Soy risa, llanto, vida; soy vacío, soy centro, soy urgencia y espera; soy explosión de sueños. Tambor en tus pestañas, soy ternura en tus dedos, soy amor, soy locura, soy pasión, soy cerebro.
Soy verdad, soy mentira;... enigma...
¡y lo celebro! Soy espíritu al viento, que jamás tendrá dueño salvo que lo decida...
Soy caricia en las teclas, soy temible en el ruedo, soy la fiesta que ansía un amante sincero. Soy dulce en mis mañanas, soy tormenta,
soy trueno, soy lluvia, soy sequía, soy placer y tormento.
No soy buena ni mala, soy mujer, miel de enero, al mundo le doy hijos y a la tierra... sustento, para preñar el surco... Soy trasnoche que ahuyenta un pudor pasajero, para que un par de frases, sean paridas en verso.
Tina Bouciguez.
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