Van a tener que perdonar pero no se veía nada,ya no sé si es mi problema o el de todos
¡¡¡Feliz Navidad!!!
"A quienes no tuvieron, y soñaron, a cuantos alcanzaron, y perdieron, a los apáticos que no apreciaron la paz, el gozo, el bien que recibieron, a los misántropos que sofocaron las antorchas que se les encendieron, a todos, al despierto y al dormido: Volved al sueño que se os ha perdido."
Francisco Álvarez Hidalgo
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No me dejéis crecer, quiero una vida de niñez permanente, con visiones que trasciendan al tiempo, a las razones,en una navidad indefinida.
Sea verdad el mito, nadie impida la realidad del sueño, que hay ladrones dispuestos a usurpar las ilusiones, dejando el alma estéril o vencida.
Quiero siempre escuchar las campanillas del trineo nocturno, las mejillas contra el frío cristal de la ventana.
Nunca Papá Noel falta a la cita; aunque nunca le he visto, su visita se evidencia al albor de la mañana.
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No quedan ya zagalas ni pastores, ni en la noche, a la luz de las estrellas, bajo las burdas mantas, ellos y ellas contrarrestan el frío con sudores.
Distribuye el invierno los rigores de su escarchada alforja; de sus huellas no se alzan danzas, himnos ni doncellas diseminando pétalos de flores.
El silencio es la nieve de la nieve, un estrato intangible. ¿Quién se atreve a profanar su monacal sosiego?
El tiempo es blanco, los relojes quietos, tenue la luz, colmados los abetos… Qué suerte, Dios, no haber nacido ciego.
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Olvidaré al invierno, que se atreve
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a desplegar en campos y ciudades
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su monótona túnica de nieve;
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y en tristes, lúgubres oscuridades
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envuelve los paisajes de la mente,
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anestesiándolos en soledades.
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Lo olvidaré para mirar de frente
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el arco del exótico trineo
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y su efusivo auriga sonriente.
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Sueños de niños elevarse veo
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de cada chimenea, en espirales
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con el humo, en inquieto balanceo,
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enviando inequívocas señales
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de la curiosidad adormecida
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cansada de esperar tras los cristales.
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Y tú y yo esperaremos su venida
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tendidos en el suelo, junto al fuego,
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el alma en flor, la piel estremecida,
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redescubriendo sin cesar el juego
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que encadena sentido y sentimiento,
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y enlaza el arrebato y el sosiego.
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Tropezará sobre la calle el viento,
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en el hogar crepitará la llama,
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y sobre ti caerá mi atrevimiento,
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cálida catarata que derrama
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suavidades con tintes de locura
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y que en cualquier lugar te hará una cama.
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Moldearán mis manos tu escultura,
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me besarás, recibirás mi beso,
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y dormiré abrazado a tu cintura,
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soñando en un viaje sin regreso,
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por un camino azul de fantasía,
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donde he dejado ya tu nombre impreso.
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Y al despertarnos el albor del día
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veremos que está el árbol navideño
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engalanado con la sinfonía
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de colores que vimos en el sueño.
Regalos de Navidad
Duele esta navidad mercantilista; tanto obsequiado, tanto recibido, vaga el amor confuso, revestido de ruin disfraz y máscara egoísta.
No es el amor que nos llenó la vista, frágil, desnudo, trémulo, atrevido, que se arrulla entre júbilo y gemido, nuestra derrota y triunfo, su conquista.
Es un amor de carnaval, fachada, beso superficial, sonrisa helada, regido por la forma, el interés.
Se nos marcan festejos y costumbres, y vamos en olor de muchedumbres con la misma rutina cada mes.
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