CUANDO VEAS UN COLIBRÍ, UN ALMA AMADA
TE VINO A VISITAR
Cuenta una leyenda guaraní, que la muerte no es el
final de la vida, pues el hombre, al morir, abandona el cuerpo en la Tierra pero
el alma continúa su existencia.
La leyenda dice que se desprende
el alma y vuela a ocultarse en una flor a la espera de un mágico ser.
Entonces, es cuando aparece
el " mainimbú " (nombre
guaraní del Colibrí) y recoge las almas desde las flores, para guiarlas
amorosamente al Paraíso. Esta es la razón de que vuele de flor
en flor.
Antiguamente se creía que el
colibrí provenía de un país de hadas y quien tenga hoy el placer de
contemplarlo, no estará lejos de opinar lo mismo.
El Colibrí habita en toda
América pero especialmente en zonas tropicales. Hay
distintas especies : el sunsún de
Cuba no alcanza los 5 centímetros de longitud y es el pájaro más pequeño
que se conoce.
El nido es diminuto como su dueño:
tiene el tamaño de una nuez. Cuando vuela, sus alas
vibran a una velocidad increíble y es imposible distinguirlas.
Mientras absorbe el néctar parece como si su cuerpo se encontrara
suspendido en el aire.
Si lo ven, pónganse contentos, porque
se cuenta que cuando un picaflor o colibrí se acerca
a una casa, es señal de que habrá gratas visitas y que una
alma será amorosamente guiada al Paraíso.
Para los que creen en la magia y en los sueños
...
Es utilizado como amuleto para el
amor. Representa la sabiduría, la fuerza de voluntad,
la inteligencia, la audacia, la conciencia Su prestigio se remonta hasta las
antiguas culturas precolombinas.
una leyenda peruana
cuenta que es de buena suerte porque es el único que ha
visto a dios y ha hablado con él; otra dice que dos jóvenes que pertenecían a
tribus enemigas se enamoraron, y la Luna les ayudó para que estuvieran juntos en
algún momento, cuando él convertido en colibrí, la reconociera a ella,
convertida en flor; también se cuenta que el Sol y la Luna se enamoraron, y
entonces él se transformó en colibrí para poder acercarse a
ella.
En México, hay una
también muy antigua, que dice que el colibrí, un
pajarillo cenizo y feo, al ver la sequía que azotaba a la tierra, decidió
emprender el vuelo para buscar a los dioses y pedirle el favor de la lluvia.
Viajó en busca de Tlaloc, Ehecatl, Coatlicue, Atl …
y así hasta lograr que entre todos trajeran de vuelta
las aguas a su cauce. Cuando, después de tanto vuelo y tanto luchar, volvió a
casa, todos los habitantes lo recibieron agradecidos, y en pago a su gran fuerza
de voluntad, le regalaron plumas de todos los colores, convitiéndolo en una de
las aves más hermosas.
El colibrí
maya es una de
las que más me gustan. Dice que cuando los dioses habían creado todo, se dieron
cuenta que no había quién llevara los deseos y pensamientos de un lado a otro,
entonces, al no tener maíz ni barro, tomaron una piedra de jade y tallaron una
flecha, pequeñita… cuando soplaron sobre ella el aliento de vida, salió volando…
habían creado al colibrí. Por su belleza los hombres intentaron poseerlo y los
dioses dijeron que si alguien lo agarraba, moriría… Si un colibrí vuela cerca de
ti, es porque viene por tus
pensamientos.
El mito fundacional de la
cultura mexicana, cuenta que
Huitzilopochtli, el colibrí del sur,
condujo a los hombres desde Astlan hasta Tenochtitlan; Huitzilopochtli era el
dios de la guerra florida, la que hacía florecer al corazón, y las almas de los
guerreros caídos en batalla se convertían en un
colibrí.
Eduardo Galeano, “ en Memoria del fuego ”
cuenta que hace muchos, cuando el cielo estaba tan encima que todos se
daban de cocazos, el colibrí decidió hacerlo subir hasta las alturas que ahora
gobierna. Al final dice que “ Quien fue capaz de levantar el cielo, en cualquier
momento podría derrumbarlo. ”
También es considerado
un animal de
poder, esos espíritus que nos protegen, describen la
naturaleza de quienes se identifican con él. Debe ser por toda esta magia,
colmada de tradición, que el colibrí simboliza tanta cosa buena. Mi nombre
es Ketzalhuitzizillin,
que en náhuatl significa colibrí hermoso. Por eso es que yo soy
un colibrí, un hermoso colibrí. Hay gente de la que me quiere que prefiere
llamarme Ketzalli, es más fácil y a mí me gusta; otra, que también me quiere pero no se acostumbra, prefiere
llamarme “ Olga
“.
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