Un giorno,
all’improvviso
farai qualcosa che facevo anch’io
proprio allo stesso modo
in cui la facevo io
e te ne meraviglierai moltissimo
perché non avresti
mai pensato
di potermi somigliare così tanto.
Un giorno,
all’improvviso
ti guarderai il dorso delle mani
e con il pollice e
l’indice
ti pizzicherai la pelle , sollevandola
e conterai il tempo che
impiega a stendersi
pensando a quando lo facevi alle mie
mani.
Un giorno,
all’improvviso
ti ritroverai stanca, ad abbracciare un figlio
mi chiederai
scusa per le volte che ho pianto
sapendo già che ti son state tutte
perdonate.
Un giorno,
all’improvviso
sarò con te in ogni gesto
o nel muoversi delle
foglie
nel frusciare di un gatto nel giardino
o nelle orme di un
pettirosso sulla neve
come solo l’eterna presenza di una madre lo
può.
(Caterina Turroni – “Lettera
di una Madre alla Figlia”)
Un día, de repente
mientras te estarás peinando,
en silencio te acordarás de
un gesto mío
y
te descubrirás a sonreír pensándome.
Un día, de repente ...
pedaleando
veloz bajo las primeras
gotas de
una caliente lluvia de septiembre
sentirás un olor llegarte a la nariz
y
me verás delante del fuego,
por un instante.
Un día, de repente
harás algo que yo también hacía
justo del mismo modo en que lo hice yo
y te maravillarás muchísimo
de eso porque
no hubieras creído nunca
poder parecerte tanto a mí.
Un día, de repente
te mirarás el dorso de las manos
y
con el pulgar y el índice
te pelliscarás la piel, levantándola
y
contarás el tiempo que emplea a extenderse
pensando a cuando se lo hacías a mis
manos.
Un día, de repente
te encontrarás cansada, a
abrazar a un hijo
me pedirás disculpas
por las veces que he llorado
ya sabiendo que te fueron
todas perdonadas.
Un día, de repente
estaré contigo en cada gesto
o en el moverse de las hojas
en el crujir de un gato en el jardín
o en las huellas de un petirrojo
en la nieve
como solo
la eterna presencia
de una
madre lo
puede.
(Caterina Turroni "Carta de
una Madre a la Hija")