![Potrebbe essere un'immagine raffigurante 1 persona](https://scontent.faoi1-1.fna.fbcdn.net/v/t1.0-9/150417563_454355612423353_5326887710858479941_n.jpg?_nc_cat=109&ccb=3&_nc_sid=825194&_nc_ohc=BFY2dlz3LdUAX-P4N_U&_nc_ht=scontent.faoi1-1.fna&oh=2851f4a70361e20c46f4528005f56bca&oe=60610B4D)
Carta N° 1
Querida Larisa:
Ya te estoy escribiendo y apenas pasaron doce horas de tu boda.
Ya estarás navegando rumbo a París. Qué emoción!
Tu boda fue bellísima. La iglesia estaba tan bien arreglada llena de flores, y tu estabas tan hermosa!
Con qué elegancia Marcos y tú caminaron hacia la salida mientras se oían los acordes de la Marcha Nupcial!
Mantenme informada de los eventos agradables de tu viaje.
Te quiere
Julia
Querida Larisa:
Cómo anda esa luna de miel? Me imagino que serás muy feliz.
En tu carta me cuentas
de tus paseos con Marcos por cubierta a la luz de la luna. Debe ser muy romántico.
Es verdad que el agua del mar se ve completamente negra? Me imagino que reflejará la luna, no?
Por acá pocas novedades. Se ha sumado al grupo de amigos un muchacho que viene de Córdoba.
Es amigo de un amigo del primo de ... ya sabes. El tema es que es muy agradable.
Se llama Emilio. Es una risa cómo habla!
Sin más, me despido de tí con todo mi cariño.
Julia
Querida amiga:
Cómo están tú y Marcos? Ya llegaron? Qué tal la casa que compró Marcos? Se ve el Sena y la Torre Eiffel?
Cuéntamelo todo, amiga!
Por acá todo esta bien.
Ese muchacho, Emilio, decididamente se ha incorporado a nuestro grupo de amigos.
Arturo le está enseñando a jugar al tenis porque no sabe. Qué raro, no?
Arturo sospecha que tiene un origen bastante humilde pero que se está esforzando por encajar.
En todo caso, es un muchacho muy educado.
Estudia abogacía, como papá.
Sin más, me despido con un beso.
Julia.
Querida mamá:
Acá estoy ya instalado en la casa de Roberto. Por fin me pude ir de esa pensión maloliente!
Roberto me introdujo en su círculo de amigos. Son muy ricos y muy elegantes, pero a mí no me engañan esas personas.
No tema mamá, sé cuidarme sólo.
La quiere
Emilio
Querido hijo:
Mi patrona me está haciendo el favor de escribir esta carta. Le he contado mi historia y me ha comprendido sin juzgarme.
Yo sé que Ud. quiere tranquilizarme pero, Emilio, yo conozco a esta gente. No son buenas personas.
Deje de perseguir sueños de venganza. Ud. no es como ellos ni lo será nunca, gracias a Dios.
Hágalo por Alberto, por favor! El no querría esto!
Estudie Emilio, sólo estudie, recíbase y vuelva a Córdoba.
Recuerde mis palabras.
Su madre que lo quiere.
Querida madre:
Con respecto a su carta permítame decirle que está usted muy equivocada. Yo puedo ser como ellos. Claro que sí!
Son egoístas, encerrados en su mundo, ignorando a los demás! Yo puedo ser así si me lo propongo!
Roberto de la Cuesta me introdujo a su círculo y me aceptaron sin problemas.
A mis nuevos "amigos" les resulta gracioso mi hablar cordobés!.
El hijo, Arturo, me está enseñando a jugar al tenis. Han construido una cancha en su casa.
Imagine! Cancha en su casa! Miserables!
La hermana, Julia, es muy agradable y buena... y muy bonita.
Creo que no le soy indiferente. Mmm...
Aún no sé cómo encarar esto.
No se preocupe más por mí, mamá. Estoy muy bien.
La quiere
Emilio
Querida Larisa:
Ay, amiga! Creo que estoy enamorada! Emilio es el responsable de estas palabras. Es tan amable, tan educado y tan apuesto!
Cuando salimos a pasear en el carruaje por la ciudad, (¡nunca solos por supuesto!) no deja de observarne y
cuando yo lo miro, baja la vista! Tan diferente a otros amigos de Arturo, tan seguros de sí mismos y a veces un poco impertinentes.
Estudia abogacía y pronto se recibe.
No es maravilloso?
Cómo me gustaría que estuvieras aquí y no viviendo en París!
Podríamos compartir tantas cosas!
Te extraña muchísimo
Julia
Estimado Dr. Arias:
Me decido a escribirle porque una preocupación está alterando mi tranquilidad.
Se ha incorporado al círculo de amistades de
mis hijos un joven cordobés.
El muchacho es muy correcto y educado pero me preocupa su origen.
Mi hijo Arturo le tuvo que enseñar a jugar tenis porque no sabía.
Tampoco monta con elegancia sino que más bien se agarra para no caerse.
¿Qué muchacho de clase no sabe esas cosas básicas?
Mi hija se ha hecho muy amiga de él y eso me preocupa.
El joven en cuestión se llama Emilio Navarro. Lo he descubierto más de una vez observándose.
Hay algo que no encaja aquí por lo que le encargo que ponga en marcha un discreto plan de investigación.
Por supuesto, no ahorre en gastos.
Infórmeme todas las semanas si hubo algún avance.
Le estoy agradecido.
Lisandro Gómez Aguilar
Señor L. Gómez Aguilar:
Siguiendo sus indicaciones he instruido a un par de hombres expertos en el tema que nos convoca.
Después de las indagaciones preliminares informo a Ud. que el joven Emilio Navarro es efectivamente oriundo de Córdoba.
Estudia abogacía y parece ser un alumno dedicado e inteligente.
No se registran faltas en su conducta y no hay prontuario a su nombre.
Se seguirá investigando.
Atte.
Estimada señorita Julia:
Me permites que te diga Julia y te tutee? Me parece que te conozco de toda una vida!
No puedo creer que haya tenido tanta suerte! Cuando acompañé a Roberto a la boda de tu amiga,
(Larisa creo que se llama) y te vi ahí... Ah! Tan linda, tan fresca, insistí a Roberto para que me presentara lo más pronto posible.
Fue así que fui a tu casa y conocí a tu hermano y me sentí muy bien recibido por todos.
Sólo tu padre me observa con severidad, con el ceño fruncido. Pero es lógico!
Yo haré exactamente lo mismo si llego a tener una hermosura de hija como tú!
Oh...disculpa mi atrevimiento. Me dejé llevar por mi entusiasmo.
No se repetirá.
Afectuosamente:
Emilio
Estimado Emilio:
Por supuesto que puedes dejarte llevar por el entusiasmo. Tienes mi permiso.
Y en cuanto al tuteo ¡de acuerdo! Me parece genial!
No hagas caso a mi padre, Emilio. Es un hombre mayor, de otra época.
Toda la vida ha sido presidente de esa asociación que une moralidad, buenas costumbres y no sé cuántas tonterías más. Ha dedicado su vida a forjar una sociedad "libre de pecado" y bla bla bla, rodeado de viejos carcamanes acompañados por sus esposas avinagradas.
Esa cruzada se ha llevado su alegría. No hagas caso, Emilio. Preocúpate porque YO te reciba bien.
Afectuosamente
Julia
Señor L. Gómez Aguilar.
Continuando con las averiguaciones le informo que el muchacho estuvo viviendo en una pensión en la calle de la Victoria, número 1286.
Allí también ha demostrado buen comportamiento según informó la casera. No ha subido mujeres al cuarto ni ha llegado bebido.
Llegó de Córdoba hace seis meses con casi toda la carrera cursada, aparentemente con el deseo de recibirse acá.
El señor Roberto de la Cuesta es compañero suyo en la facultad, de allí su amistad y su introducción a la esfera social en la que Ud. se mueve.
Todo podría ser casual...o no.
Continuaré con las investigaciones.
Atte