La Confitería Ideal, en Suipacha 384, abrió sus puertas en 1912.
El valor patrimonial de esta confitería reside especialmente en los aspectos históricos, culturales y simbólicos que representa.Es parte de la memoria colectiva de los habitantes de Buenos Aires y se localiza en el circuito de esparcimiento nocturno de la Ciudad.
La Ideal es reconocida desde hace largo tiempo por las veladas de tango que en ella se desarrollan.Desde el punto de vista arquitectónico, es un exponente típico de las confiterías construidas en las primeras décadas del siglo XX.
Sus características originales se han mantenido hasta nuestros días, junto con algunos elementos destacables como la importante escalera, ornamentos y detalles de terminación.El edificio posee dos plantas, su autor fue el ingeniero C.F. González. En la fachada el granito gris forma un zócalo de un poco más de un metro, continuado por mármol veteado. El acceso está enmarcado por dos óvalos de bronce; una farola de bronce de cada lado, con cinco luces, lo jerarquizan. Otras dos farolas de tres luces y dos bellas marquesinas de vitraux, a manera de cuarto de esfera, completan la ornamentación de la planta baja. La planta alta está dedicada al salón de tango, y en la planta baja funciona la confitería propiamente dicha.
El salón confitería está recubierto por una boiserie original de roble de Eslavonia. Diez columnas con estuco marmolado definen la utilización del amplio espacio, presidido por lo que fuera el palco de la orquesta de señoritas, utilizado hasta fines de los años cuarenta.
En la actualidad permanece cerrado por reformas.