Beatriz Zuluaga la mujer, la poeta, la periodista.
Por: Quehacer Cultural
Fecha de publicación: 20/03/2024
Falleció en Bogotá a los 90 años de edad la escritora manizaleña Beatriz Zuluaga Vargas, brillante y valerosa mujer de vanguardia que en su época sobresalió por sus singulares posturas vitales, gran poeta, destacada periodista, en esencia, un maravilloso ser humano.
Parte de su vida profesional y personal transcurrió en Manizales, ciudad donde entre otras ocupaciones dirigió el suplemento cultural del diario La Patria y fundó, junto Ema Gutiérrez de Arcila y otros intelectuales de las décadas del 60 y el 70 del siglo pasado, la Casa de la Cultura.
Su obra literaria está recopilada en los libros: La ciega esperanza (1961), Este cielo boca abajo (1970), Las vigilias del sueño (1989), Eres Eros (1997), A corazón abierto (2004), Si preguntan por mí (2021), Por los caminos de Caldas, escrito en asocio de su esposo, Omar Morales Benítez y en varias antologías nacionales e internacionales.
“Se hizo a sí misma poeta con una voz descarnada, erótica y al mismo tiempo, social. Como ella misma afirmaba tenía mucho qué decir y encontró en la prosa un medio para expresar, en un lenguaje brillante, su asombro por la vida”.
Su interés por la tradición cultural de Manizales y Caldas lo plasmó en el artículo La Cultura publicado en el libro Manizales (1982), en el que participaron varios autores sobre diferentes temas, donde anota “Así la crítica que se haga de ahora en adelante, sobre la cultura caldense, está en el deber de romper las amarras de su visión recortada, parcializada, fácilmente olvidadiza de que la vida intelectual del Caldas no se detiene en el “grecolatinismo”. No. Viene de más atrás. Con este no comienza. Ese no es su único origen. Hay que comenzar a buscarlo con cuidado. Y advertir que, después de ellos y sus epígonos, sigue avanzando”.
En una entrevista en abril del 2014 para Papel Salmón, separata cultural de LA PATRIA, la profesora de la Universidad de Caldas María Hilda Sánchez Jiménez escribió: “Estoy frente a Beatriz Zuluaga de Morales, una mujer colombiana reconocida por su trayectoria en la poesía, por la forma como nos ha logrado transmitir a los colombianos, como también a intelectuales de América Latina sus versos, para compartir la vida a través de sus escritos. Ha sido una persona que para Manizales es símbolo, no sólo por lo que ha escrito, sino también por su trayectoria como persona. Una escritora que para las nuevas generaciones ha sido un ídolo de referencia fabulosa. Abrió muchos caminos en una sociedad que se ha ido considerando muy conservadora en sus ideales. Beatriz dio pasos enormes para que las mujeres tuviéramos un referente en su poesía, su vida, su obra. Permitió mostrar que las mujeres podemos tener muchas expresiones de libertad, por medio de nuestros escritos y acciones”.
La poeta Águeda Pizarro, directora del Museo Rayo, dijo en su cuenta de Facebook: “Esa voz grave, la expresión de su rostro, la entrega a nosotras sus hijas y hermanas, Beatriz rapsoda que nos entrega su rapto, Beatriz guerrera que nos da su paz y su furia, Beatriz alma, Beatriz nervio, Beatriz nuestra, Beatriz ¡Almadre¡”
Cuando llegues…
habrá un florecimiento de amapolas.
Un himno nuevo entonará la sangre;
y al sentir el milagro de tus manos,
brotarán de mi canto lirios blancos.
Me vestiré los tules nupciales de la aurora.
Bañaré mis cabellos con reflejos de sol;
habré puesto a mi boca el dulzor de las mieles,
y a mis senos, arrullos con preludios de amor.
Cantarán los minutos mis arterias cansadas.
Ya mi espera se tiende con caminos de luz;
pon a tus pies sandalias tejidas de ilusiones,
que hallarán primavera cantando plenitud:
Cuando llegues…
habrá germinación en los vergeles
al abrirse mi carne en floración;
y en el dulce cansancio de la entrega,
se mecerá una cuna y una flor.
Beatriz Zuluaga