El centinela de la aurora
Hace unos años un grupo de hombres se retiraron a una estación científica el polo para permanecer durante diez meses, separados del mundo, hermanados por una pasión común: la de estudiar los fenómenos metereológicos de aquella zona del planeta. Entre los técnicos había uno cuyo trabajo consistía en espiar las auroras boreales, ya sabéis, esas fantásticas sinfonías de color que se producen en la atmósfera a partir de los doscientos kilómetros, por su ocupación le llamaban " el centinela de la aurora".
Os lo podéis imaginar alerta en la larga noche polar, soportando la soledad y el frío mientras los demás descansan, espiando cada noche cada cambio de color, de intensidad, de forma, reteniendo en sus pupilas y en su corazón el espectáculo para poder transmitir a sus compañeros lo que había visto y observado.
Su nombre no se ha conservado. ¡Qué importa quien fue el "centinela de la aurora" Su trabajo, su fidelidad, su desvivirse por ser testigo fiel, hizo avanzar el trabajo del grupo con los que formaba cuerpo... Eso es lo que cuenta.
de la red