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POETA RASCASO: Desolusión
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De: el poeta rascaso  (Mensaje original) Enviado: 20/10/2010 16:04

“Desilusión”

 

 

     Calmo mis nervios con un poco de mate, (bebida argentina) mientras veo una película “Up Stream” en donde la trama es un choque entre un padre y dos hijos competidores. Quien injustamente, lucha con el alcohol, el maltrato de su esposa y sus hijos uno favorito el otro no, así rechazando al primero que es tan bueno como el otro en un duelo de toda una vida en una piscina (pileta) por ser el mejor nadador de Australia. Y cuando la adversidad los lleva por el lado contrario, su padre se convierte en un ser repugnante, abusivo y maltratador. A pesar de que un hijo gana medalla de plata; y el otro se queda marchitado atrás por ser el favorito del padre quien sigue sufriendo las consecuencias por no haber ganado. Aunque uno de ellos va a representar a su país en los juegos olímpicos del 1960 en Melbourne, Australia, a pesar de todo, el ganador nunca fue suficiente para él... aunque se ganó una beca para estudiar en Harvard University, nunca quiso aceptar el destino… e hizo su vida separada. En donde se casó y ahora vive en New York... Si esto fue una historia real de la vida.

     Cuando la palabra “desilusión” nació en mí, es que me venía machacando la mente desde muy temprano en la mañana, salió a vislumbrar mis sentimientos. La cual significa: Perdida de la ilusión, desencanto, se sale del engaño o del error. Lo cual es lo opositivo de “ilusión” es un concepto, imagen o idea sin realidad, sugerida por la imaginación o por error de los sentidos. Esperanza infundada. Apariencia distinta de la real con lo que se ve un objeto o una figura, debido a diversas causas y circunstancias. ¿Estaré yo viviendo bajo estos efectos? ¡A pesar de los años que ya han pasado! Desde que todo esto me ocurrió…

     Y hoy yo me encontraba debatiéndome entre la desilusión y la depresión, cuando mis pensamientos llegaron a lo más bajo o mejor dicho a lo peor ¡tan temprano en el día! Sentía como mi cuerpo temblaba, ¿no sé por qué razón? Me había convertido como en un ser de piedra, inmovible, casi paralizado y lleno de ira. Fue cuando mi programa de NA vino a mí ayuda con sus herramientas, ¡debe de haber sido eso cuando empecé de cómo salir de esos pensamientos!

     Ya que en el Hospital de Veteranos, no tienen esas herramientas ni tiempo para nosotros a menos que no vayas a morirte allá en “PIC.” (O por la forma regular, en donde muchos casos no son atendidos por falta de una cita, o tu doctora de cabecera  a pesar de que todos tienen más de 2 espacios para los “Walk In’s que tienen alguna emergencia” casi nunca nos atienden como es debido por no echarse otra carga más encima, aunque ya es demasiado lo que tienen a diario, porque todos están hacinados y el gobierno federal rehúsa invertir más dinero en gente capacitada para atendernos, así es qué es: a morirnos en espera en la sala de emergencia, la cual siempre esta llena) A esperar que venga alguien a sacarte de tú miseria, oyéndote hablar de lo que ya ellos saben porque se los he dicho en un millón de veces aunque ya lo tienen todo en el monitor, o es que les gusta ser redundante y consumirte el poquito de tiempo que sinceramente te dan de “SU” tiempo. (Claro todos le dicen el sistema del protocolo y diagnostico.) Es que no creo que ninguno de ellos sepa lo que es dormir debajo de las estrellas debajo de alguna escalera sucia, usando sus zapatos como almohada y un viejo cartón de sábana o sepan lo que es estar destituido en la calle sufriendo de tantas adicciones y malos ejemplos, no creo que la DSM IV TR, tenga algún diagnostico para este sufrimiento ni droga que lo pueda curar para sacar de tu mente muertes y el tiempo que fuiste un expresidiario o el deseo de seguir consumiendo alcohol y drogas. (Es lamentable mirarlos a la cara de Willie Lowman, quien es un carácter en la obra de Arthur Miller, Death of a Salesman), gente que ha perdido su devoción, y el propósito de su trabajo, simplemente por un “Pay Check” y una prolongación que solo emite mas de lo mismo: “La Complacencia.” Invernadero de tantos Osos, que ya no les quedan más cuevas a donde ir a reposar. Lamentable. Cuando les podrían dar esos puestos a otros más frescos con el sincero deseo de ayudarnos a nosotros los veteranos, sin los que siguen llegando. Nos ofrecen la luna y las estrellas para reclutarnos para después de caídos tirarnos a los lobos en un hospital de veteranos en especial aquí en la isla de Puerto Rico, en donde ya los pacientes no caben en el hospital de veteranos.

     Y hoy sin saberlo, me metí a bañar, pero encontré que el baño estaba sucio, es que me dio un poco de asco, así que me armé con cubo, mapo, escoba e hice una liga de cuanto desinfectante tenía en la casa y me puse a limpiar para ocupar mí mente de mis malos pensamientos, a pesar de mi frágil estado de salud. Fui a mirar el baño de mí hijo y estaba peor. Desde luego con mi condición y bronquitis muy mala que me ha mantenido bajo suero, esteroides, medicamentos y antibióticos. Es que entre mal al hospital pero salí peor por algo que adquirí en el 6to piso mientras estuve ahí recluido y me puse a limpiar mi casa ya que mí hijo no me ayuda en nada, él solo tiene 18 años e inmaduro para darse de cuenta de mi real condición.

     Así que sin pensarlo dos veces fui y empecé con el clorox para matar el hongo y bacterias de los dos baños. Mientras los remojaba, se me ocurrió bajar para descongelar una carne molida, así que la metí en una hoya con agua y la puse a cocinar en fuego alto y subí. Mientras limpiaba, Mayra una amiga del grupo de Narcóticos Anónimos, me llama y me pongo a hablar con ella y va pasando el tiempo, cuando de momento me da una peste a fuego y ha algo quemándose, y era la carne molida que se había secado y se me estaba achicharrando en la hoya. Pero nada salí corriendo a pique de caerme por las escaleras ya que estaba fuertemente medicado, explicándole lo que me había pasado, y se echó a reír. Terminé la conversación, bajé, y salvaguardé lo que se pudo reciclar de la carne, el resto se lo dí a los perros.

     Subí y limpié un baño, el de mí hijo primero, se lo dejé nuevo, entonces recordé que tenía hambre, así que bajé y me puse a cocinar con el resto de la carne molida, la adobé, le añadí dos huevos, cebolla, jugo de soya, papa y zanahoria molida e hice un pastelón en el micro honda. Saqué un pedazo y con un poco de jugo, después de beberme mi medicamento para no hacerlo en un estómago vacío, me senté a almorzar. Cuando me entra otra llamada por teléfono de Lola, quien me había traído unas viandas con jamonilla guisadita. Bajé y acepté su obsequio y un libro que me dejó para que me entretuviera leyéndome algo. Hablamos por un ratín, mientras me quedaba parado en la acera de la vereda de donde yo vivo… en pantalones cortos, sudado, apestoso, descalzo, descamisado, sin afeitar y despeinado, como si no me importara nada en esta vida. Y mucho menos mi aspecto físico.

     Después de terminar de hablar, subí para terminar de limpiar mí baño el cual quedó como un espejo de limpio, me senté a terminar mi almuerzo, el cual había dejado sobre el coffee table, ya frío y me puse a ver un poco más de televisión para distraer un poco más mi mente de troglodita.

     Entonces fue que me puse a meditar con la palabra: “desilusión” y mí estado depresivo más la enfermedad que me aqueja y la ingratitud de mí hijo, porque no se da cuenta del mal estado en que yo me encuentro. Porque a pesar de mis dolencias y enfermedad cada día me levanto antes que él a las 5am le empiezo a hacer desayuno, lo levanto, me cercioro que tenga su dinerito para gasolina y peaje a diario ya que viaja desde Fajardo hasta Aguas Buenas que es donde queda Met Tech. Quiere ser un mecánico.

     Limpio, friego, lavo ropa, cuido los perros (los cuales son de él) en fin, ¿qué no hago por él? El y yo vivimos solos. No hay mujer en la casa. Yo sé que su capacidad inmadura no lo deja entender algunas de estás cosas. Yo trato de darle lo que un padre nunca me dio a mí. Ya que yo me crié en la calle y sin un padre, con una madre analfabeta que no sabía leer ni escribir, pero hizo lo que pudo por todos nosotros. Y esa no es la clase de vida que yo quisiera para mi hijo al cual yo amo. Pero su ingratitud me mata, y yo debo de entenderlo, pero hay muchas veces que se me hace muy difícil. En especial viniendo de donde yo vengo, de la calle, la hostilidad y de tantos fracasos en mi vida.

     Y cuando caigo en esta depresión-desilusión, me ahogo dentro de un vaso de agua, porque yo me pregunto… ¿Qué más puedo yo darle? Sin tener que seguir comprando amor, sí, el amor de mi hijo. ¡Eso creo algunas veces! Cuando mi capacidad de ser humano me elude, y se une a ese viejo ser, un monstruo que hace mucho yo tengo arrestado muy dentro de mí. Y entre los dos me incapacitan y me tratan de destruir. ¡Haciéndome sentir como un inútil! Así como lo hizo una vez el U.S. Army cuando me tiraron en la calle sin ninguna oportunidad a rehabilitarme, porque ya mi periodo de utilidad había caducado después de casi 7 años de buen servicio, si claro fui un buen sargento y salí como tal.

     Y mi valor se confunde con la pena, y mis debilidades se confunden con el dolor que yo siento por dentro. Y para mí no es fácil nada de esto. Entonces me pongo a pensar en lo que yo he sido antes. Un ex-soldado-suicida, que lo único que aprendí de ellos era matar, deambulante, adicto, alcohólico, estudiante, convicto, traficante, en fin son tantas las cosas que he sido que ya no sé ni ¿quien es quién yo soy? A pesar que hay muchas cosas muy buenas en mí. Como el jamás abandonar a mis hijos, los cuales e emancipado, haciendo trabajos menéales, (jamás viví de cupones ni de la obra social ni mucho menos en caseríos) hice una hermosa casa, amo a una linda mujer quien vive en la Argentina, sé que mi hijo me ama en su forma de ser, he escritos dos borradores de libros que espero publicar algún día, he ayudado por 11 años a los adictos en la calle que todavía sufren a través del programa de auto-ayuda (el cual no existe en el hospital de veteranos) de Narcóticos Anónimos en el cual llevo el mismo tiempo. Y no sé cuantos más he ayudado a conseguir una buena vida, cuando los he podido ayudar. Para evitarles que caminen por donde yo he caminado. Soy el mejor ejemplo que puedo darles. He hecho mucho por ex-convictos para poder pagar por aquella vida que yo tronche en un accidente de carros en el cual una persona murió siendo yo el culpable de todo ello. Jamás lo he olvidado, ni el tiempo que me costó en la cárcel. Muchas personas me han dicho que no mire hacia atrás, pero la verdad es que jamás volveré a ser el mismo de antes aquel orgulloso soldado que hubiese dado su vida fielmente por una patria que jamás reconoció nuestra etnicidad o minoridad porque nos trataban muy mal y gracias a Dios que no soy “NEGRO” porque me hubiese ido peor. Puesto que es mucho el daño que me hicieron y yo he seguido  haciéndome para destruirme, para mantenerme aquí en donde estoy de donde jamás sabré si podré salir. Para vivir el resto de mis días con un poco de felicidad. ¡No sé qué pasará conmigo!

     Hoy me he dado de cuenta que manteniendo mi mente ocupada a pesar de lo que me esta pasando, buscó las fuerzas para seguir luchando día a día, para poder sobrevivir, en vez de vivir una vida simple. Yo sólo miro hacia atrás y me pregunto: “¿qué hubiese pasado, si el servicio militar al cual yo estuve adherido por casi 7 años me hubiese rehabilitado en vez de tirarme a la calle destituido y marcado?” A ser un infeliz por el resto de mi vida. Sin ambición brincando de trabajo en trabajo de una forma menial, sí, perdido y en muchos casos preso o sin un norte. ¡Fui muy bueno en lo que hacia antes de tratar de cometer suicidio! Y hoy me tiran migajas, tratando de insultar mi inteligencia, con lo poquito que he podido ganar en cada batalla que he luchado en contra del ejercito y el departamento de veteranos, quienes tal vez algún día me hagan un poco de justicia poética. ¿Quién sabe? Porque todos me rechazaron, no leían, y asumían muchas cosas, hasta que gané mi apelación en Washington D.C. Fue de la única forma que aquí en esta isla por fin accedieron a ver las injustitas que conmigo han hecho, es que hay muchos que piensan un algo así como en la película del “Rainmaker.” Desde el 1973 hasta hace muy poco había vivido una vida de destitución, hoy tengo 61 años, pero todavía me queda un poco de orgullo y dignidad algo que me quitaron en las Fuerzas Armadas cuando me echaron a la calle.

 

Luis Valentín Calderón

El Poeta Rascaso



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