Si os aproximáis conscientemente al sol con el deseo de llegar a
ser como él, terminaréis recibiendo algo de su vida, de su calor
y de su luz.
Y ¿queréis tener amigos? Sabed también que el sol os
enseñará los mejores medios de atraerlos.
¿Cómo no dirigirse hacia un ser cerca del cual nos sentimos vivificados, reconfortados e iluminados?
Mientras que evitamos a aquel que es
frío, apagado y sin vida; o bien, si estamos obligados a
frecuentarle, hacemos todo lo posible para protegernos
cerrándonos ante él.
Mirad las flores: se cierran durante la noche, mientras que por
el día se abren al sol. En efecto, esto es un lenguaje. Las
flores nos hablan, nos dicen:
«Sólo podéis abrir los corazones y las almas repartiendo la luz y el calor.»
Pero ¿quién las comprende?"
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