A veces tenemos tanta prisa que no podemos pensar lo que decimos, por eso necesitamos llevar dentro un corrector, una vez que nos recuerde que debemos cuidar las palabras y considerar sus efectos sobre los demás antes de que salgan de nuestra boca.
Para cuidar lo que decimos, conviene centrarse y estar seguro de que el corazón y la cabeza se mantienen conectados, y una de las mejores formas de hacerlo es decirnos:
“Serénate y respira”
Y respira con suavidad, ya que no es necesario hiperventilarse para sentir el efecto. Basta un buen suspiro para centrarnos y hablar al mismo tiempo con el corazón, la mente, el alma y el espíritu.
Presta atención a tu corrector. Los ángeles son buenos editores y te ayudarán en cuanto se lo pidas. Practica la respiración con los ángeles.
Imagina que cada suspiro consciente es un baño de paz para las células de tu cuerpo.
Meditación de los ángeles: En la duda, lo mejor es una profunda inspiración de sabiduría
|