Aunque pienses que tus ramas y tus raíces están
perdiendo fuerzas.
Aunque creas que tus hojas están ya secas.
Aunque tu tronco y tu corteza por las heladas y los
azotes del vientos se resquebraje. Dirige la mirada de tus
ramas y de tus hojas hacia ese mar que esta tan cerca, que
te dará de beber para saciar tu sed y te regará cada día
con gotas iluminadas de cariño y alegría, vistiendo todo tu
cuerpo de vida y color, cariño y pasión.
Porque no es lo mismo ser un árbol muerto y seco, que un
árbol vivo y frondoso. Por eso eleva tus brazos en la noche
hacia la luz de las estrellas y agárrate a su estela y así
encamina tus pasos hacia la luz que te va dibujando la luna
para alcanzar ese cielo que cada noche ves en tus sueños.
Y no pienses que tus raíces crecen en tierras movedizas, pues
es lógico a veces tener miedos, ya que su cepa es regada por
savia renovada que te da la experiencia e irán cogiendo
firmeza y se agarraran más fuerte a esa tierra fértil que será
regada por el lago de la vida y que traerá a tus días una bella
melodía para saciar la sed de las mañanas y los miedos de
las madrugadas.
Entonces cuando despiertes veras tu reflejo en el espejo y
descubrirás que todo fue un sueño. Un sueño del cual saliste
vencedor, con mucha más fuerza, con mucho más brío y
con un alma más bella.
Reflexión: Cada una de nuestras vivencias nos deben enseñar
el camino correcto hacia la claridad, para así poder surcar los
retos de la vida con seguridad y así llegar hasta el final de
nuestros días caminando siempre por el sendero de la verdad,
la alegría y la felicidad, entonces habremos conseguido vivir
cada día iluminando nuestras mañanas con una bella sonrisa.
Cuida tu árbol de vida, porque es lo que te hará nacer y renacer
una y otra vez. Lucha, Vive, Rie, Disfruta y Se Feliz.