Para conseguir relaciones auténticas con otra persona es imprescindible empezar por relacionarnos de forma auténtica con nosotros mismos.
Gran parte de los conflictos de las personas en el mundo actual tienen un paralelismo con los problemas ecológicos. Al igual que se hace un mal uso de los recursos naturales, el hombre utiliza incorrectamente sus propios recursos: las emociones. Pero hay caminos para volver a ser “ecológica”: si aprendes a gestionar ecológicamente tus emociones, es posible que puedas transformar diferentes situaciones negativas en oportunidades de crecimiento.
Abono emocional. Ayudan a crecer y a vivir. Proporcionan nutrientes y energía emocional: agradecimiento, felicitaciones, sonrisas, abrazos, caricias, ternura.
Agujero en la capa de ozono. Pérdida de protección en nuestro interior que hace que recibamos algunos estímulos sin protección ni filtro alguno. Por ejemplo, juicios de valor, críticas, susceptibilidades.
Biodegradable. Emociones que hay que permitir que cambien, evolucionen o desaparezcan. Las “no biodegradables” pueden llegar a envenenarnos.
Cartografía emocional. Es nuestro mapa mental. Información con carga afectiva que señala zonas de peligro, de exploración, rutas adecuadas. Contiene la memoria emocional.
Contaminación. Afectos en mal estado, como mal humor, irritación, enojo, desánimo, resentimiento o rencor. Se contagian y contaminan el clima emocional global.
Conservas emocionales. Situaciones agradables cuyo recuerdo podemos guardar para evocarlo cuando lleguen los malos tiempos.
Desierto. Momento emocional en el que uno se siente en tierra yerma, solo y sin recursos.
Efecto invernadero y lluvia ácida. Emitimos muchas partículas tóxicas y contaminantes que rebotan como lluvia ácida y reducen a cenizas nuestra vida interior: el mal humor, el rencor, las agresiones, la envidia, los celos, la crítica constante, la queja, el sentirse víctimas y la tendencia a señalar siempre los defectos de los demás.
Energía emocional. Es el combustible que nos ayuda a vivir: auto motivación, alegría, amor, ternura y todas las emociones positivas.
Reciclaje. Transformación de un sentimiento que da la oportunidad de evolucionar y descubrir nuevas posibilidades de nuestro interior. Los celos pueden ser una oportunidad para detectar puntos de mejora, transformarse en más autonomía y seguridad; la envidia, en solidaridad; la ira, en energía positiva.
Reservas naturales y espacios protegidos. Espacios de intimidad reservados a nosotros mismos. Nos ayudan a respirar y a disfrutar de una mejor calidad de vida. Deben expandirse a medida que crecemos.
El amor sobrevive. Para conseguir relaciones auténticas con otra persona es imprescindible empezar relacionándonos de forma auténtica con nosotros mismos. La coherencia y la autenticidad nos van a permitir construir un “yo” maduro y sólo en este caso podremos iniciar con posibilidades la construcción de un “nosotros”.
Cuando nos desconocemos, o cuando nos conocemos pero no nos aceptamos a nosotros mismos, podemos acabar siendo aquello que creemos que va a ser apreciado por los demás. Nos traicionamos y a la vez nos condenamos a establecer relaciones ficticias que no nos contentan a nosotros y obviamente, tampoco a nuestra pareja.
Además pueden provocarnos desequilibrio y enfermedad. Ser parte de la relación de pareja significa ser responsables de un modelo humano más amoroso, más creativo, independiente y pacífico. Sólo así tendrás posibilidades de que el amor sobreviva.
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