Consejo de los Ángeles: Si todos quisiéramos seguir el mismo camino, la autopista de la vida siempre estaría atascada.
En este preciso momento, cada persona tiene una experiencia diferente de la vida. Unos nacen y otros mueren.
Algunos viven momentos de felicidad y otros auténticas tragedias. Algunos se dejan la comida en el plato para hacer sitio al postre, mientras que otros se mueren de hambre y buscan entre la basura algo que llevarse a la boca. Y todas estas escenas ocurren simultáneamente.
Pero llega un momento en la vida de cualquier persona en que es necesario contemplar la singularidad de las experiencias de cada uno. A veces, el instinto de liberar a todo el mundo de su sufrimiento nace de un gran corazón, pero también puede nacer de la molesta sensación de que cada persona es diferente y de que las lecciones que cada uno recibe de la vida son distintas.
Cuando el impulso de ayudar nace de la creencia de que cada persona debe pensar, actuar y comportarse de la misma manera, entonces no obramos por compasión, sino por un erróneo deseo de uniformidad.
¿Cómo podemos reconocer y aceptar las diferencias entre nuestras experiencias y las de los demás?
Hace falta conocimiento, esperanza, mantenerse alerta y aceptar un elevado objetivo en la vida. Si ante el misterio humano pides respuestas a los ángeles, te guiarán hasta un sentimiento de paz y comodidad dentro del misterio.
El objetivo no es que te concedan respuestas o complicadas teorías, sino que te proporcionen formas creativas de responder a la vida, con luz en tu corazón.
Meditación de los Ángeles: Respetaré la singularidad del camino que elige cada persona e intentaré abrirme al misterio,
|