Si nos valemos de la percepción
para justificar nuestros propios errores,
nuestra ira, nuestros impulsos agresivos,
nuestra falta de amor
en cualquier forma que se manifieste,
veremos un mundo lleno de maldad
destrucción, malicia, envidia
y desesperación.
Tenemos que aprender a perdonar,
no porque al hacerlo seamos
" buenos" o "caritativos",
sino porque lo que vemos
no es real.