Esa mujer que se refleja en el cristal, su rostro envejecido, su leve inclinación de hombros
y el cansancio de su expresión; las huellas de la vida en la piel.
Para el tren y te observa mientras la reconoces sorprendida: una figura familiar que mira entre la gente.
Tú frente a ti, costándote saberte en el reflejo de un tren de cercanías que llega a la estación
María J. de la Vega
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